Desde el punto de vista urbanístico, probablemente lo más señero del proyecto de La Rinconada que ha tenido financiación de los Feder DUSI sea la que se llamará Plaza del abrazo, un gran espacio multifuncional bajo el futuro viaducto del Pago de Enmedio, que incluirá áreas para conciertos o zonas para patinadores. Pero, teniendo en cuenta que la ciudad tiene resueltos la mayoría de sus equipamientos, las prioridades del proyecto giran en torno a cuatro ejes: la innovación, la tecnología, el ahorro energético y el medio ambiente. Permitirán, por ejemplo, cambiar toda la flota de vehículos del Ayuntamiento por otros de carácter eléctrico; se cambiará, también, todo el sistema de alumbrado público por otro de tipo led, que supondrá un ahorro en la factura municipal del 25%. También se ampliará el número de carriles bici y se interconectarán todos los parques, en los que se llevarán a cabo además otras mejoras. Igualmente, se impulsará la administración electrónica.

Según explicó este martes el alcalde, Javier Fernández (PSOE), a lo largo de este trimestre, el Ayuntamiento debe presentar la temporalidad del proyecto, los plazos con los que se ejecutarán las distintas medidas, y la intención es que, ya en los presupuestos de 2017, se incluyan al menos dos millones de euros.

La solvencia económica de La Rinconada, uno de los pocos ayuntamientos con deuda cero de la provincia, es determinante, puesto que todo el dinero del programa debe ser adelantado y la UE sólo lo abona una vez justificada la acción, muchas veces con bastante retraso.

Fernández recuerda, en este sentido, que la solvencia con la que se han gestionado otros programas de este tipo en La Rinconada y su elevado grado de ejecución (por el que han recibido incluso felicitaciones de Europa) han podido pesar en la nueva convocatoria. Se venía trabajando en ella desde hace dos años. Más de mil colectivos y vecinos se habían adherido a ella, una cifra que supera con creces la de otros proyectos. El regidor subraya, además, que frente a lo que ocurría en anteriores convocatorias de los Feder, en los que se valoraban sobre todo las acciones concretas, ahora se prima la "estrategia", el objetivo que se persigue con el programa, primando el medio ambiente, la innovación o la lucha contra el cambio climático, que son más áridos de abordar, que requieren de más planificación y tener proyectos muy definidos.