Análisis

Betis, un laberinto inquietante

  • El club verdiblanco, mediante Alexis Trujillo, confirma la continuidad de Rubi en Bilbao

  • El proyecto actual vuelve a desprender síntomas de agotamiento e involución a la espera de una reacción

Alexis Trujillo, José Miguel López Catalán y Ángel Haro, en un entrenamiento previo al derbi.

Alexis Trujillo, José Miguel López Catalán y Ángel Haro, en un entrenamiento previo al derbi. / LaLiga

El Betis ratificó ayer a Rubi y éste se sentará en el banquillo en el encuentro del próximo sábado ante el Athletic en San Mamés. Así lo manifestó ayer en los medios oficiales del club verdiblanco el coordinador del área deportiva, Alexis Trujillo.

"Rubi, sí, continúa. El cuerpo técnico va a seguir para el partido del Athletic y estaremos haciendo análisis diariamente y semanalmente. A partir de ahí queremos ver esa actitud y mejoría, y ojalá se vuelva a dar para lograr un buen resultado el sábado en San Mamés y pasemos a una situación más cómoda. Estamos todos disgustados, algo seguro que se está haciendo mal. El equipo está confeccionado para otro objetivo y estamos más pendientes de mirar hacia atrás que de otra situación", indicó el canario, quien estuvo reunido con los principales dirigentes, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, junto a otros consejeros, tras el choque ante el Granada para evaluar la situación y tomar la decisión de mantener a Rubi en su puesto.

Alexis-Marcos Álvarez y Merino-Parra, posibilidades ante un posible final de Rubi como técnico verdiblanco

Opciones como la del propio Alexis junto a Marcos Álvarez y la de Merino con el ex jugador verdiblanco Joaquín Parra también son valoradas en Heliópolis a la espera de ver qué ocurre en Bilbao. Una nueva cita importante para un proyecto que desprende de nuevo síntomas de agotamiento e involución, fruto de una gestión deportiva, con José Miguel López Catalán al frente, deficiente, como se refleja en los datos, los hechos y la hemeroteca, a día de hoy.

La figura de Rubi

El dato objetivo de Rubi en el Betis es claro: suma un 27,6% de victorias con el conjunto verdiblanco en Primera División en 29 partidos (@LaLigaenDirecto). A esto hay que agregarle que el equipo verdiblanco, muy pobre por ahora lejos del Benito Villamarín (sólo un triunfo a domicilio, 1-2 en Mallorca), es el segundo que más goles ha recibido en Primera en lo que va de temporada (47), incluidos ahí los encajados en acciones a balón parado, que sigue siendo un lastre para los de Heliópolis, como se vio de nuevo en el empate a dos del Granada.

Tampoco durante la temporada ha logrado el técnico de Vilasar de Mar plasmar del todo su filosofía de juego y acabar de romper con el fútbol de toque estéril hacia atrás en sus pupilos, inculcados a éstos en la etapa anterior a su llegada, aunque la sensación de soledad y la sombra de Setién lo han perseguido casi todo el curso. Así, salvo giro inesperado en las jornadas que restan para el final de Liga, todo hace indicar que Rubi acabará siendo una víctima más de un Betis actual que sigue pagando cara la apuesta por la continuidad de un estilo de juego basado en el toque.

La planificación de invierno

El apartado de la planificación sigue con el mismo diagnóstico. Las carencias del verano no se han cubierto en invierno y la prueba es el nivel de las dos últimas incorporaciones: Guido Rodríguez y Aleñá. La necesidad de rendimiento inmediato, en enero, era imperiosa en el Betis de cara a reforzar al equipo para engancharse a la zona de aspirantes a jugar en Europa, pero se apostó por un pivote que debía pasar una fase de adaptación, que demuestra lentitud de movimientos y poca habilidad en la salida de la pelota, y un jugador cedido por el Barcelona con falta de experiencia en Primera y de perfil repetido en una plantilla carente de físico y músculo para competir en la élite, sin jugadores con calidad física para robar balones, de ida y vuelta, algo fundamental en el fútbol actual.

El crecimiento deportivo sigue sin llegar y la época post-Serra recuerda al pasado más reciente

Además, en el análisis de la planificación no puede obviarse la ausencia de un referente en la gestión deportiva, en el día a día, con conocimiento futbolístico y personalidad para ser esa figura que imponga respeto a los profesionales en el vestuario y que dé ese plus tan necesario que debe aportar un club de fútbol en cuanto a mentalidad ganadora y gen competitivo, algo que debe estar arraigado en todos los rincones de cualquier equipo que quiera crecer. Un club que respire fútbol y en el que la tensión competitiva sea constante para evitar situaciones de acomodamiento y un clima capaz de devorar, año tras año, a futbolistas y entrenadores, como pasó en los estertores de la etapa del ex máximo accionista y sigue ocurriendo en la actual, salvo en el paréntesis que supuso la llegada de Lorenzo Serra Ferrer (como ejemplo: los derbis con y sin él en el Betis).

La figura del balear supuso un punto de inflexión y hasta Setién, en la primera temporada, tuvo su cuota de culpa en el buen funcionamiento del Betis. Después, desde enero del curso pasado, con el de Sa Pobla cada vez más apartado en la toma de decisiones, criticado por el mercado de invierno y con el refuerzo y apego de los dirigentes hacia el cántabro, de nuevo volvió una dinámica mediocre (Rennes, Valencia y fuera del objetivo europeo en la Liga) que está teniendo continuidad esta temporada y que hace recordar a lo ya vivido antes de Serra en el Betis, en etapas como la de Poyet o Víctor Sánchez del Amo. Un bucle que parece no tener fin.

El crecimiento

El crecimiento deportivo, el principal en un club de fútbol, sigue sin verse en el Betis. Aferrarse siempre al crecimiento económico, al de las redes sociales o a la construcción del Gol Sur recuerda al escuchado en Heliópolis a otras etapas no tan lejanas. Desde ABA se reconoció en su momento la falta de sapiencia futbolística, después de aparecer excusas como la deuda concursal, los temas de juzgados con Lopera o la falta de unidad en la denominada paz social para tapar una deficiente gestión deportiva. Luego, con aquel pacto con Lopera y Oliver y el denominado Betis de los béticos parecía que todo iba a ser distinto, pero sólo se vio la luz con Lorenzo Serra Ferrer.

El crecimiento deportivo sigue sin llegar y la época post-Serra recuerda al pasado más reciente

Capítulos como los vividos en las últimas juntas, con críticas hacia los críticos (o pitos en el Villamarín a los que protestaban o coreaban el nombre de Serra) con la gestión deportiva del actual consejo o cómo se votaba a todo que sí en los puntos del orden del día rememoraban también a otra época que el beticismo quiso enterrar el 15-J de 2009, de cuyo espíritu apenas queda nada.

El futuro

lncertidumbre es la palabra que mejor puede definir al momento actual de este Betis, que desprende sensaciones preocupantes y nerviosismo en su parroquia por el hecho de tener que seguir pendiente de mirar para abajo. La situación requiere de autocrítica y la cita de Bilbao se antoja fundamental en el devenir del cuadro bético, que de cara al futuro también desprende alguna duda si son los actuales máximos responsables los que siguen tomando decisiones en el plano deportivo viendo los precedentes.

¿Habrá movimientos en la oposición para formar una candidatura liderada por Serra Ferrer? ¿Las peñas seguirán apoyando lo actual? Interrogantes importantes de cara a un futuro donde también es vital conocer la historia de un club que sigue repitiendo capítulos ya vividos en una época no muy lejana a velocidad de crucero. San Mamés, siguiente parada en un laberinto inquietante.

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