Real Betis- Girona | La crónica

Canales pone el subidón verdiblanco (3-2)

  • El gol de penalti del cántabro en la prolongación premia la fe bética para culminar la remontada ante un combativo Girona

Dicen que la fe mueve montañas y el Betis que compareció ante el Girona, justo de efectivos y de fuerzas, se aferró a esa creencia en la victoria para lograr un triunfo importante después de tres jornadas sin saborearlo. El gol de penalti de Canales en el último minuto de la prolongación encendió al Benito Villamarín, que se entregó a un equipo que encontró el premio del triunfo tras remontar en la segunda parte a un combativo Girona. Subidón verdiblanco para iniciar la segunda vuelta de la mejor manera y antes de encarar esa eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey que tanta ilusión ha despertado en Heliópolis.

Era una cita clave para este Betis de Setién. La mala racha en la Liga lo obligaba a una victoria para seguir la estela de la zona europea. Y los heliopolitanos no fallaron, pese a que el descanso la grada abroncó a los suyos tras dejarse remontar el golazo inicial de Tello en dos errores garrafales. Fue otro partido gris de los verdiblancos, a los que les costó un mundo romper la muralla defensiva del Girona, como antes ya habían hecho el Madrid, el Eibar y tantos otros que han visitado el Villamarín en esta temporada. Pero el Betis de Setién sí tiene alma, la que pusieron secundarios como Feddal o Javi García cuando el oxígeno ya faltaba en otros compañeros, y también actores principales como Canales, que ofreció una exhibición de casta y de orgullo, a los que añadió una dosis de valentía para agarrar el balón y anotar ese penalti decisivo casi en el último suspiro del encuentro.

El inicio había reflejado esa igualdad con la que transcurriría después el partido. Tras esos minutos de tanteo y con ambos equipos más preocupados por la batalla táctica en la medular, el Betis rompió el partido a balón parado. Tello, con un golpeo similar al del día del Espanyol, superó la barrera con potencia para ponérsela imposible a la estirada de Bono, que palmeó la pelota antes de que tocase la red.

Al 1-0 le siguió un arreón bético, con tres saques de esquina seguidos, pero fue un espejismo. Sin fuerzas, con numerosas pérdidas de balón, el Betis no fue capaz de hacer valer su fútbol de posesión con ventaja en el marcador. Tampoco el Girona inquietaba a Pau López, pero permanecía agazapado, sin conceder metros y a la espera de cazar un error verdiblanco.

El mismo llegó del quizá mejor jugador bético hasta ese momento. Barragán la cedió atrás para iniciar de nuevo la jugada, pero su pase fue un regalo a Doumbia, que se la cedió a Portu para que éste habilitara a Aleix García, que sólo tuvo que empujarla a la red.

El gol dejó tocado a los verdiblancos, incapaces de darle continuidad al juego en la medular. Guardado no era el faro que suele ser William Carvalho y la movilidad de Lo Celso tampoco generaba superioridad para los delanteros. Los intentos del Girona empezaron a sucederse en esa recta final. Portu, Aleix y Juanpe probaron a Pau López, que sería el siguiente en cometer un grave error. Una nueva pérdida en la salida desde atrás, esta vez de Mandi, permitió a los visitantes generar una nueva acción de ataque. No debió llevar más peligro esa jugada, pero a Pau se le escapó el balón de las manos en su barrido por el suelo, lo que aprovechó Portu para frenarse sobre la línea de fondo y ponerle el balón a Doumbia, que con un perfecto testarazo enmudeció al Villamarín, que sólo reaccionó para despedir a los suyos con una sonora pitada cuando enfilaban el túnel de vestuarios.

La puesta en escena tras el paso por la caseta se apuntó distinta. El Betis, sin el acierto en el pase de otros días, sí le puso un punto de brío a todas sus acciones, lo que empezó a desnivelar la balanza a su favor. El VAR anuló un gol de Bartra por fuera de juego, pero nada impidió el tanto del empate, en un contragolpe de manual.

A falta de fútbol de posesión, el Betis tiró de otros argumentos igual de válidos. Lo Celso recibió en campo propio y puso un balón perfecto a la carrera de Canales, que llegó en conducción hasta el área rival antes de ponérsela a Loren, que se acomodó la pelota antes de enganchar un tremendo derechazo que igualó la contienda. Corría el minuto 54 y los verdiblancos ganaron en tranquilidad con ese tanto para el 2-2.

Tampoco se hundió el Girona, que continuó a lo suyo, con Portu y Doumbia generando problemas a la zaga bética. Eso provocó un movimiento de piezas de Setién, que introdujo a Feddal por Guardado, lo que sirvió para aumentar la fiabilidad atrás con el hispano-marroquí de central por el medio y también en consistencia en la medular, con Javi García añadiendo la energía que le faltaba al mexicano. También entró Diego Lainez, que dejó descaro en su estreno y sirvió para levantar aún más a la grada.

No lo puso fácil el Girona, con Portu siempre generando quebraderos de cabeza a la zaga, pero el Betis creyó que era posible, tuvo fe y, encomendado a Lo Celso y Canales, apretó hasta el final cuando se produjo ese inocente penalti de Douglas Luiz sobre el argentino en su intento de despeje. Canales, con la misma personalidad con la que había liderado ese último esfuerzo, agarró la pelota y disparó con el aliento de todos los béticos, también los del cuarto anillo, para culminar ese subidón verdiblanco.

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