El tren de la Champions empieza alejarse para el Betis, que más bien debería empezar a preocuparse seriamente por intentar amarrar una plaza para europea aunque no sea en la máxima competición de clubes del continente.

Dos victorias, un empate y tres derrotas en las últimas seis jornadas, con sensaciones que en muchos momentos no han sido las mejores, invitan a reflexionar a un cuadro verdiblanco que si bien no transmite sensaciones de equipo caído, sí parece estar cerca de su techo, de ahí que tendrá que apretar y mucho en lo que resta de campeonato para amarrar plaza europea.

Si la puesta en escena del Betis en El Sadar fue mala, ante la Real fue todavía peor. Los donostiarras salieron al campo con mucha más determinación que los verdiblancos, ganando todos los duelos y balones divididos y teniendo el control del balón. La presión alta de los de Imanol hizo mucho daño al cuadro verdiblanco en al salida de la pelota. Sorloth y Brais presionaban a los centrales béticos y Kubo y Oyarzabal tapaban las opciones de pase a los laterales, y en el centro del campo siempre había superioridad numérica de los donostiarras, por lo que las pérdidas, con malas entregas, y pelotazos arriba a la nada fueron constantes en un unos veinte minutos de juego espantosos por parte de los anfitriones.

Hasta el propio Pellegrini estaba enfadado con sus pupilos. "Vamos a tenerla", les espetaba el chileno, que veía cómo su equipo estaba en manos de una Real que no concretó su dominio en ocasiones claras de gol. Hasta los centros al área de Aihen fueron un peligro para un Betis que no gustaba a una hinchada la cual hizo mostró su enfado con un runrún que dio paso a algún que otro pito pasado el primer cuarto de hora. Normal la reacción de la parroquia verdiblanca al ver a su equipo incapaz de generar nada de fútbol, con Guido, Guardado y William Carvalho superados, y Canales y Rodri con poca aparición. Sólo un voluntarioso Ayoze lo intentaba en solitario arriba.

Sin embargo, la ocasión más clara de la primera mitad fue para el Betis, en un centro chut de Ruibal que acabó envenenándose para obligar a Remiro a realizar una buena para mandar el balón a córner (27’). Fue un aviso de la mejoría del equipo heliopolitano tras la pausa de hidratación. A partir de ahí, el Betis tuvo más la pelota, Canales tuvo más presencia y su equipo, más presencia en área realista, aunque sin peligro real. Mientra, la Real pareció contentarse en cómo estaba siendo el partido, no quiso arriesgar más de la cuenta y la primera parte concluyó con el cero a cero inicial.

Tan poco le gustó a Manuel Pellegrini lo que vio en la primera mitad que hizo dos cambios ofensivos. Borja Iglesias y Luiz Henrique entraron por Guardado y Rodri y lógicamente el juego del Betis fue otro. Los verdiblancos salieron más intensos, se vio una mejor cara y más llegadas arriba. Luiz Henrique por la derecha ante Aihen y, sobre todo, Miranda, apoyado por un sensacional Ayoze, percutían por los costados.

Los balones a la espalda de los laterales de los albiazules fue un recurso bien utilizado por el cuadro verdiblanco y las ocasiones llegaron. El punta tinerfeño en un giro dentro del área (64’) tras un centro de Miranda lo remató alto por muy poco. Después (68’) Luiz Henrique metía un gran centro al área pero Borja Iglesias estuvo muy mal en el remate, al igual que en pérdidas y entregas fácil en una floja segunda mitad en la que evidenció su mal momento.

La Real no estaba bien. El guión de la segunda parte era el primero pero con los papeles cambiados en ambos equipos. Esta vez, fue el Betis el que buscó la portería de Remiro y llegó la ocasión más clara para el Betis en las botas de Canales. El cántabro, tras la enésima buena conexión entre Miranda y Ayoze, remató con la derecha algo forzado y el balón se fue alto por muy poco cuando la afición bética cantaba ya el gol.

Imanol no le gustaba lo que veía y al igual que Pellegrini movió el banquillo y agotó los cinco cambios con veinte minutos de partido aún por delante. La Real intentó equilibrar el partido y algo lo logró con Mikel Merino y cambiando a Gorosabel de lateral para tapar a un Luiz Henrique que se fue diluyendo, mientras en el flanco izquierdo Miranda y Ayoze siguieron a lo suyo. Así, otra buen centro de Miranda lo recibió Borja Iglesias en el área para dejarle la pelota a Ayoze, cuyo disparo lo cortó Gorosabel in extremis. Pero también intentó golpear en el alargue en un disparo de Mikel Merino desde la frontal que obligó a Rui Silva a realizar una buena parada.

Sin tiempo para más, empate sin goles en un partido, en muchas fases, de bajo nivel de fútbol para dos aspirantes a la cuarta plaza. Una plaza que a día de hoy se ve más difícil para un Betis que atraviesa por una fase irregular de juego y de resultados.