Betis-Sevilla

Suspensión tras un nuevo episodio vergonzoso para toda Sevilla

De Burgos Bengoetxea, palo en mano, se dirige a Lopetegui, con los béticos al fondo.

De Burgos Bengoetxea, palo en mano, se dirige a Lopetegui, con los béticos al fondo. / Antonio Pizarro

Nuevo episodio para la historia negra de los derbis según Sevilla. El primero a partido único tuvo un final indigno por culpa de un cafre que en lugar de celebrar el gol de Fekir como se merecía, como el golazo que era, eligió lanzar un palo de plástico en dirección al terreno de juego. La barra impactó sobre la cabeza del futbolista del Sevilla Joan Jordán justo delante de la posición del árbitro, De Burgos Bengoetxea.

El juez de la contienda se dirigía de inmediato hacia la zona en la que habitualmente se ubica el delegado de los partidos, justo en el centro del campo, entre los dos banquillos, con el palo de plástico que había golpeado sobre la cabeza de Joan Jordán. El colegiado vasco hacía gestos evidentes a la hora de comunicar el incidente de que él lo había visto, que no había sido necesario que nadie se lo tuviera que contar, ya que lo pilló apenas a un metro y medio del lugar del impacto.

La confusión fue absoluta a partir de ese momento. Primero, el árbitro se dedicaba a darle explicaciones a Julen Lopetegui, el entrenador sevillista, quien no se creía lo que había sucedido. Joan Jordán, mientras, se había caído inicialmente por el susto y por el impacto en el césped del Benito Villamarín, concretamente en el interior del área. Incluso le hacía gestos con posterioridad a la grada, según las imágenes televisivas, en las que les recriminaba que tenían mucha caradura, siempre según los gestos que se recogían.

Después se dirigía hacia donde está el banquillo sevillista y allí era atendido por el médico del Sevilla, Juan José Jiménez, quien finalmente comenzaba a hacerle seguir el dedo con su mirada para establecer si el futbolista se encontraba mareado. Es imposible saber el grado de inconsciencia del futbolista, pero lo cierto es que el resto de sus compañeros decidía marcharse hacia el interior del vestuario después de que también el árbitro conminara a todos a que siguieran ese camino.

No hacían lo mismo los futbolistas del Betis, que se quedaban en el césped e incluso inicialmente parecían que no se creían nada de lo que había sucedido, que pensaban incluso que había algo de ficción en la actitud de Joan Jordán. Eso se desprendía del hecho que jugadores como Juanmi o William Carvalho, que sonreían en el diálogo con sus compañeros. Paradójicamente, cuando seguían viendo los hechos en una tablet que manejaba Miranda, ya iba cambiando el rictus en los protagonistas más directos del Betis, que se ponían mucho más serios.

Sobre las 22:50 aproximadamente, la Federación Española de Fútbol publicaba un tuit en su cuenta en el que ya indicaba que el partido había quedado suspendido después del golpe que había recibido Joan Jordán en su cabeza.

El partido había quedado suspendido después de numerosas conversaciones que tenían lugar en el interior de los vestuarios del Benito Villamarín en las que participaba el árbitro del encuentro, De Burgos Bengoetxea, y también los ejecutivos de la Federación Española de Fútbol, que seguían el partido mayoritariamente desde Arabia Saudí, donde está prevista para este domingo la celebración de la final de la Supercopa de España entre el Real Madrid y el Athletic Club.

En torno a las 22:55, los futbolistas del Betis decidían salir al césped para aplaudir a sus aficionados en una clara señal de despedida y en un gesto que muchos no entendieron después de lo que había sucedido. Eso sí, todo se concretaba en un cafre en particular y posteriormente se apuntaba que incluso el individuo había sido detenido después de que Joan Jordán hubiera sido traslado a un hospital para ser examinado.

La incógnita era absoluta respecto a la reanudación o no del derbi que se estaba jugando en el Benito Villamarín. Mientras, por los videomarcadores se iban emitiendo mensajes sobre la responsabilidad de los aficionados y las numerosas multas que le han llegado al club a partir de incidentes originados en la grada.

No se sabía entonces si se iba a reanudar el partido o no. En caso de que no lo hiciera, como así fue posteriormente, la decisión le correspondería al Comité de Competición, que sería el encargado de dictaminar una fecha para el partido cabe suponer que a puerta cerrada.

A las 23:39 se marchaba el autocar del Sevilla del Benito Villamarín después de que se subieran finalmente en el autobús José Castro, José María del Nido Carrasco y el director deportivo del club, Monchi.

Esta situación no es nueva en un derbi copero, ya que sucedió una cosa parecida cuando Juande Ramos, entonces entrenador del Sevilla, fue alcanzado por una botella y se suspendió el partido, que se reanudó semanas después en Getafe. También en el Ramón Sánchez-Pizjuán hubo un derbi igualmente vergonzoso cuando un borracho se saltó y llegó a alcanzar al guardameta bético Prats. Otros momentos deleznables, sin duda, pero la que ha tocado esta vez ha sido un palo de plástico que impactaba en la cabeza de Joan Jordán.

En el acta se recogía que "la barra era de medio metro de pvc" y que el partido se había suspendido acorde a un artículo del reglamento y que el futbolista había necesitado valoración médica y que Joan Jordán había sido trasladado a un centro médico para volver a ser valorado.

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