Athletic-Betis | La crónica

El Betis se mira en el espejo y lo noquean

  • El equipo de Pellegrini, muy superior con su fútbol ofensivo durante una hora, se deja ir y cae en el minuto 89 cuando el Athletic se vuelca a la desesperada

  • Juanmi empató a los 7 minutos y Fekir hizo el 1-2 en el 52

  • Vídeo resumen del Athletic-Betis

Fekir busca una salida a su jugada ante Nico Williams.

Fekir busca una salida a su jugada ante Nico Williams. / RBB

El Betis cerró su sobresaliente año natural de 2021 con una dolorosa derrota en Bilbao que al aficionado verdiblanco, no obstante, no le va a privar de tomarse las uvas satisfecho e ilusionado por el tercer puesto en la Liga y muy orgulloso con el juego de su equipo. Y fue esa forma de jugar tan vistosa, valiente, ofensiva, la que puso al Betis el partido de San Mamés en su mano y luego se la arrebató.

Porque los béticos, tan superiores que fueron y se vieron con la pelota en sus pies, tan bonito como jugaron, empezaron a mirarse en el espejo cuando el marcador reflejaba aún un corto 1-2 y cualquiera que conozca el fútbol español sabe que en esa plaza, el anfitrión acaba apretando y haciendo sufrir por muy limitado que sean sus recursos. Cuando Athletic Club se fue con todo a la desesperada, el Betis siguió mirándose al espejo, encantado de ser tan guapo, para acabar noqueado con un postrero y afortunado gol de Óscar de Marcos. El veterano jugador de banda derecha chutó desde el borde del área y la pelota, al tocar en Víctor Ruiz, que tapaba, se desvió lo suficiente para colarse (89’).

Antes, en la primera hora de litigio, quedó patente por qué el Betis pelea por entrar en la próxima Champions y cruzará el año tercero. Porque volvió a jugar como los ángeles con la pelota. Y conviene resaltar el “con”. Que otra historia bien distinta es el “sin”, faceta tan importante como la primera para que los triunfos lleguen.

Manuel Pellegrini, zorro viejo, tuvo clarísimo a su llegada al Betis dónde concentra la plantilla sus virtudes, de mediocampo para arriba –incluso los laterales son más ofensivos que defensivos– y concentra todas las fichas de su apuesta ahí, en el juego con balón. En Bilbao también.

La ausencia de Guardado la cubrió el preparador chileno con William Carvalho, una pieza más ofensiva que llevó a Guido a anclarse más y que cuatro talentosos concertinos, el propio Carvalho, Canales, Fekir y Juanmi, explotara el bueno juego de arrastre y de espaldas de Willian José. Mucha gente por delante del balón. Y más con Bellerín y Álex Moreno como extremos virtuales que invitaban a Juanmi y Canales o Fekir a asomarse al balcón del área.

Pero ese audaz planteamiento tenía un revés en el apartado del “sin” la pelota. Y muy pronto se vio. En la primera acometida del Athletic, Muniain participó en una doble pared precisamente por el pasillo central y habilitó a Iñaki Williams, cuyo control hacia la portería bética le dio medio gol. Rui Silva salió entregado, tratando de tapar portería pero consciente de que estaba a merced del delantero. Y el mayor de los Williams acomodó perfecto su cuerpo para el golpeo ajustado y con efecto al palo izquierdo del guardameta luso. El asistente levantó el banderín, pero el VAR lo desdijo tras tirar unas ajustadísimas líneas.

Corría el minuto 2 y el Athletic, el mismo que ocho días antes había malogrado un puñado de ocasiones en este mismo escenario, acertó esta vez a la primera. Las cosas de este caprichoso juego.

Pero si hay un equipo hoy seguro de su método, de la fiabilidad del mismo, es este Betis que ha pergeñado Pellegrini. Lejos de acusar el golpe, empezó la disertación de su fútbol desbocado, con llegadas masivas de potenciales rematadores.

A los cinco minutos del 1-0, Canales recibió en la esquina derecha, vio la primera de las numerosas irrupciones al área de Álex Moreno y el catalán se lanzó para conectar un remate de cabeza cruzado. Agirrezabala desvió el balón, que se iba fuera. Pero ahí volvió a emerger el instinto, la listeza y la rapidez de Juanmi, prodigioso a la hora de acompañar los ataques. Fue al segundo palo con la antelación suficiente para empujar el balón a la red.

Ese gol a los 7 minutos desencadenó a un Betis que fue un huracán, con los laterales como extremos y hasta siete piezas azules atacando. Hubo muchas llegadas y poco remate. Álex Moreno se la puso rasa a Willian José en el 36, pero le bloquearon el misil. Fekir y Canales fueron el eje doble en tres cuartos de campo y en torno a ellos giró el juego bético, en el que llamó la atención la profusión de taconazos tan estéticos como efectivos. Fue un placer ver al Betis en esa primera mitad.

Tras el descanso, ese acoso sí tuvo colmillo: Álex Moreno cortó un pase horizontal y Fekir obligó a Agirrezabala a una gran parada (48’), Willian José falló un mano a mano en una contra (51’) y por fin Carvalho entró en el área, se giró y cedió atrás para que Fekir conectara un zurdazo al techo de la portería (52’).

Parecía que lo más difícil estaba hecho. Pero coincide la salida de campo de Guido, que estaba cansado y con amarilla, con la entrada de Berenguer y Sancet en el Athletic, que le dieron otro aire al ataque vasco. El Betis no supo mantenerse en su sitio cuando los leones apelaron a la heroica, se dejó ir y de los que entraron desde el banquillo, sólo Joaquín sacó la cabeza (y de hecho a punto estuvo de hacer el empate a tres).

Apareció ese Betis que tiembla sin el balón (qué importante es el “sin”), también el infortunio, y un desmarque al espacio de Iñaki Williams, otro más, acabó con un sorprendente zurdazo del extremo diestro que se coló por la escuadra derecha con violencia. El aire ya soplaba a favor del Athletic y quizás por ello Gil Manzano vio falta de Fekir donde el Betis, mientras se miraba al espejo, no la vio antes del 3-2 definitivo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios