Betis - Girona | La crónica

Borja Iglesias es la llave de la felicidad para el Betis (2-1)

  • Los verdiblancos supieron sufrir para aprovechar la inspiración de su 'nueve' para llegar al parón en un justificado estado de euforia

  • El gallego anota dos goles para remontar un partido que se había complicado contra un buen Girona que se adelantaba nada más comenzar

Borja Iglesias golpea el balón con la derecha para transformar el penalti del 1-1.

Borja Iglesias golpea el balón con la derecha para transformar el penalti del 1-1. / Juan Carlos Muñoz

Borja Iglesias es un gran 9, es el elegido por Luis Enrique para la última convocatoria de España previa al Mundial de Catar y tener a un delantero centro de ese nivel es la mejor llave para la felicidad. El gallego juega en el Betis, que es el que apostó por él y le paga su salario, y eso equivale a que los béticos se vayan un partido detrás de otro con una sonrisa de oreja a oreja. Frente al Girona, volvió a suceder, el cuadro de Pellegrini sumó tres puntos más y llega a este parón por las selecciones con la sensación de que es un justificado aspirante a meterse en la zona más noble de la Liga Santander, es decir, a pelear por jugar la próxima Liga de Campeones.

Ganar partidos así es el mejor de los salvoconductos para ello. Una tarde complicada, un rival con un magnífico trato del balón, una cita sin Fekir y ahora, durante más tiempo, sin Juanmi. Pero da igual, el Betis sabe jugar con los tiempos y esperar al momento más oportuno para golpear. Un día es de una manera, tal vez más brillante, y otro es cuestión de esperar al error del rival, como el protagonizado esta vez por Samu Saiz con ese pase de gol que le abrió los caminos a Borja Iglesias.

Pero que nadie se confunda, la pelota del recién entrado en el juego le llegó al nuevo delantero de la selección española más o menos en el centro del campo. Había que galopar, tener fuerza para ello y también para que la sangre llegara hasta el cerebro para resolver con la calidad con la que lo hizo Borja Iglesias. El Panda aguantó la llegada del defensa y no tuvo el menor problema, golpeo seguro con la izquierda, con la que no tira los penaltis de la magnífica forma en la que lo hace, y el balón entra con nitidez en la portería de un Juan Carlos que nada puede hacer.

Borja Iglesias había acabado de un plumazo con el apuro, porque el Betis ha mejorado una infinidad a la hora de protegerse en los tramos finales cuando va ganando y el Girona ya tuvo todas las dificultades que antes sorteó. Apenas algunos centros y ese gol anulado por fuera de juego corroborado por el VAR de Manu Vallejo, poca cosa. El Betis no sólo tiene a un gran delantero centro, también sabe defenderse de maravilla cuando se pone por delante.

Eso sí, fue un partido cargado de dificultades para los heliopolitanos, una de esas citas a las que sólo les dan trascendencia los profesionales dedicados al análisis de los rivales y que después sorprenden al aficionado medio, no a quienes tienen que dedicarse a buscar los caminos para desentrañar a un Girona que nada tiene que ver con su escaso pedigrí en la máxima categoría. Pellegrini era consciente de ello y sólo apostó por Montoya en el lateral derecho como un elemento escasamente utilizado hasta ahora.

Guido Rodríguez y Luiz Felipe se felicitan por el triunfo al final del partido. Guido Rodríguez y Luiz Felipe se felicitan por el triunfo al final del partido.

Guido Rodríguez y Luiz Felipe se felicitan por el triunfo al final del partido. / Juan Carlos Muñoz

El chileno devolvía al equipo titular respecto a la cita europea del jueves a Rui Silva, Pezzella, Álex Moreno, Guido Rodríguez, William Carvalho, Rodri y Borja Iglesias. Es decir, entraban ocho futbolistas nuevos, con Montoya por Aitor Ruibal, y sólo repetían Luiz Felipe, Luiz Henrique y Canales. Nada de confianzas y sí tratar de tener al equipo más fresquito posible.

Iba a hacer falta ante un Girona que apostaba por un dibujo que se le suele indigestar a la tropa de Pellegrini. Casi todos los rivales que parten con tres centrales atrás y laterales muy largos para apoyar en todas las facetas del juego le crean dificultades a este Betis y los rojiblancos no iban a ser una excepción en este sentido. Hasta el punto de que siempre conectaban por el medio con Riquelme y en menor medida con Reinier para romper la presión que intentaban, sin éxito, Guido Rodríguez y William Carvalho.

En uno de esos pases de riesgo desde atrás, Riquelme tuvo la colaboración del lateral Miguel Gutiérrez por la izquierda. Éste sorteó un par de obstáculos y aprovechó el arrastre de Tati Castellanos con Luiz Felipe para dejar absolutamente solo a Arnau delante de Rui Silva. Gol para el Girona y el Betis debía hacer un ejercicio de inteligencia futbolística para desentrañar la partida de ajedrez que le planteaba el rival.

Afortunadamente para los verdiblancos, éstos cuentan también con muchos registros y no tardarían mucho en resolver el primer envite. Una prolongación de tacón de Borja Iglesias para Rodri fue peleado por el extremeño y Bernardo lo agarró de forma clarísima para impedir su avance. Apenas habían transcurrido ocho minutos desde el 0-1 y ya estaba Borja Iglesias ejecutando con su tradicional maestría el penalti para colocar las tablas y paliar ese contratiempo inicial.

Pero el Betis jamás se sentiría cómodo durante todo el primer periodo. El Girona siguió como si nada hubiera ocurrido y tenía la valentía necesaria para sacar la pelota desde atrás a través de los tres centrales abiertos y con la ayuda del veterano Oriol Romeu. Más o menos así iba a transcurrir también el segundo acto, aunque los cambios de Pellegrini le iban a hacer mucho más bien que los del expulsado Míchel a los suyos.

El chileno fue adelantando a sus futbolistas con las permutas, arriesgó con Willian José arriba en lugar de Luiz Henrique y el premio se lo dio Borja Iglesias al aprovechar ese pase de Samu Saiz. El Betis se va al descanso por las selecciones convencido de que éste volverá a ser su año, de que no sólo es haber ganado la Copa del Rey, es que está subido en una ola de felicidad deseada por el surfista más reputado. Y buena parte de culpa, en el sentido positivo, le corresponde al nueve, a un Borja Iglesias que es la mejor llave para gozar, incluso cuando no está Fekir y Canales no tiene el mejor día. Pero éste es el Betis de Manuel Pellegrini, un gran equipo y por eso gana, gana y vuelve a ganar.

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