El Betis no quiere bajarse de la Copa del Rey antes de tiempo. Con la lección aprendida desde Talavera, los de Manuel Pellegrini liquidaron al Valladolid, uno de los gallitos de Segunda, por la vía rápida. Sin especulaciones. Con Fekir entre los once elegidos para enviar un mensaje de que el partido había que tomárselo muy en serio. Y el resultado final fue hasta corto, ante la cantidad de oportunidades de gol que acumularon los verdiblancos.

El formato copero de eliminatoria a partido único es propicio para los sustos. Que le pregunten a cualquiera de los Primera que compitieron en este día de Reyes Magos. Pero el Betis no le dio ni media opción al Valladolid de Pacheta, que notó esa falta de fondo de armario ante las ausencias del que sí dispone Pellegrini.

Tras las dos derrotas seguidas en la Liga, el entrenador chileno quería una reacción de su equipo. No sólo estaba en juego seguir en la Copa, uno de los objetivos de la temporada, sino también recuperar el camino marcado durante el 2021. Lejos quedan los tiempos en los que el torneo del K.O. era casi un estorbo para el Betis y ese mensaje se trasladó pronto al campo.

Los jugadores béticos celebran un gol.

Ya a los 30 segundos, Roberto tuvo que realizar una doble intervención ante los disparos de Aitor Ruibal y Borja Iglesias, éste en el rechace. Aunque el Valladolid también dispuso de algún acercamiento, sobre todo en un disparo de Toni Villa que Joel desvió a córner, los verdiblancos impusieron su mayor calidad.

Con William Carvalho y Fekir al mando todo es más fácil. El portugués no sólo le dio fluidez a la medular bética sino que se destapó con un golazo para abrir el partido. Con un movimiento de pies más propio de un bailarín, William se revolvió en el área para luego enganchar un disparo con la zurda cruzado imposible para Roberto.

El Betis olió la sangre y fue a por más. Otra arrancada de William la tuvo que frenar Roque Mesa en falta cerca del área. Y ahí emergió Fekir, mucho más entonado queel domingo, para lucir su exquisita zurda. Golpe magistral por encima de la barrera y 0-2.

No se movería más el marcador hasta el intermedio, pero no fue por falta de ocasiones. Si Joel desbarató la mejor ocasión local, en un mano a mano ante Weissman, Fekir y Tello desaprovecharon sendas oportunidades que parecían gol. El francés, con un disparo demasiado cruzado solo ante Roberto; el extremo, al rematar a las nubes un excelente contragolpe que metió hasta cuatro jugadores béticos dentro del área rival.

Álex Moreno conduce la pelota.

El Betis tampoco le dio opción al Valladolid a reaccionar tras el descanso. Aprovechando esos espacios que se generaron, los heliopolitanos sentenciaron pronto el partido. Una gran combinación entre Fekir, quien si no, y Aitor Ruibal acabó en el gol de Borja Iglesias, que sólo tuvo que poner el cuerpo para enviar la pelota a la red.

El 0-3 con muchos minutos por delante ya dejó el partido visto para la sentencia. Eso lo aprovechó Pellegrini para dosificar a Fekir, al que antes de la hora ya había mandado al vestuario. Al francés, con menos carga de trabajo tras las vacaciones navideñas, no era conveniente sobrecargarlo y así dejó su sitio a Canales, que prácticamente realizó un entrenamiento en el José Zorrilla.

Con todo, el Betis pudo ampliar todavía más su ventaja. Tello, de menos a más en el partido, dispuso de la mejor ocasión, pero su disparo abajo sí fue esta vez desviado por Roberto.

No se rindió el Valladolid, que buscó ese gol del honor con el que recompensar a esos fieles que acudieron al estadio en un día marcado para otros menesteres. Ese interés pucelano chocó con el de Joel Robles. Titular en los tres partidos coperos, el madrileño justificó su deseo de continuar en el Betis poniendo una muralla en su portería.

El Betis estará mañana en el bombo de los octavos de final por derecho propio. Con una goleada que marca el terreno y anticipa la ambición con la que se afronta un torneo tan especial como la Copa. Nadie quiere marcarse techo, de ahí que se reitere ese mensaje del partido a partido. Pero con actuaciones como la exhibida en el José Zorrilla, la ilusión continúa.