La crónica del Betis - Levante

Juanmi conduce a 45.012 béticos al éxtasis (3-1)

  • El Betis remonta en la segunda mitad el tanto inicial del Levante con los tres goles del enrachado delantero de Coín

  • La escuadra de Pellegrini corroboró que no tiene problemas al ir por detrás en el marcador, le dará la vuelta

Juanmi besa el balón que se llevó por el hat trick al finalizar el partido.

Juanmi besa el balón que se llevó por el hat trick al finalizar el partido. / Antonio Pizarro

Cuarenta y cinco mil doce espectadores han salido del Benito Villamarín en un estado de embriaguez sin necesidad de haber olido incluso una sola gota de alcohol. Ese efecto fue causado por un malagueño llamado Juan Miguel Jiménez, conocido en el fútbol por Juanmi, y que fue el encargado de firmar los tres goles con los que su equipo, el equipo de esos 45.012 hinchas, remontó como si no quiere la cosa a un Levante que lo había incomodado hasta el intermedio. Pero este Betis de Manuel Pellegrini tiene una pegada tal que no se inquieta por unas circunstancias adversas en el marcador, sabe que es capaz de remontar con tantas llegadas a la portería rival.

Juanmi fue el gran DJ de la fiesta que se ha vivido este mediodía en el feudo heliopolitano. Él se encargó de poner la música adecuada para que todos los que profesan la fe balompédica que defiende la camiseta de las trece rayas verdiblancas terminaran entonando a coro, y de forma unánime, ese "oh, Juan Miguel, oh Juan Miguel, todos queremos que marque Juan Miguel". Tenían motivos para hacerlo, su equipo ha sabido capear un momento duro de la temporada y sigue funcionando como si nada hubiera acontecido y mucha parte de la responsabilidad de ello le corresponde a este menudo delantero con una capacidad innata para olisquear el gol y estar siempre en el sitio justo en el momento preciso.

Ya le había ocurrido siete días antes en Elche, provincia de Alicante, donde fue capaz de abrir el marcador con un toque muy parecido al que protagonizó cuando Fekir le puso el balón por delante para que firmara el tercero en esta luminosa mañana sevillana y desatara la locura entre todos los suyos. Pero no sólo fue eso, en la anterior jornada también le hicieron el penalti del segundo tanto y esta vez no le iba a dar lugar siquiera al resto de los compañeros, estaba inspirado poniendo los temas para el baile en forma de goles.

Juanmi remata con el interior del pie para conseguir el 1-1. Juanmi remata con el interior del pie para conseguir el 1-1.

Juanmi remata con el interior del pie para conseguir el 1-1. / Antonio Pizarro

Se observa el desarrollo del segundo tanto, del dos a uno al Levante, y no se puede convenir otra cosa que Juanmi es un cazagoles espectacular. El córner lanzado lo pilla casi en el punto de penalti, pero cuando ve que el balón va al primer palo ya empieza a intuir la posibilidad de darle la vuelta definitivamente al marcador, después de ese disparo con el interior del pie que había puesto previamente las tablas. Juanmi se dirige desde ese punto de penalti, casi, hasta el interior del área pequeña.

Lo hace de manera indetectable, como se mueven los muñecos de Movistar cuando se explican los goles en tres dimensiones y, oh casualidad, la pelota desviada por Willian José de cabeza se encamina justo hasta donde está él mientras Víctor Ruiz está en el césped después de una llave de judo de un defensor levantinista.

Juanmi llega con toda la facilidad, sobrado, para acompañar la pelota con el interior del pie en el remate hacia la raya de la portería, que está apenas a medio metro y que Cárdenas intenta defender con absoluta impotencia. El Betis, ahí, había sido capaz de darle la vuelta al marcador, pero no iba a finalizar la fiesta en ese instante, aún quedaban algunos minutos hasta que llegara el momento definitivo, el éxtasis más absoluto.

Juanmi llega al área pequeña para firmar el 2-1. Juanmi llega al área pequeña para firmar el 2-1.

Juanmi llega al área pequeña para firmar el 2-1. / Antonio Pizarro

Minuto 78, justo un cuarto de hora después, un balón orientado por Guido Rodríguez a la espalda de la defensa es controlado por Fekir con verdadera magia y el francés observa con el retrovisor que por ahí llega Juan Miguel para firmar su primer hat trick en la Liga española. Toque suave sin mirar y el malagueño le pega con la izquierda para que Cárdenas, como Édgar Badía, se venza sin remedio. Tres a uno después de un par de minutos de revisión del VAR de la posición inicial de Fekir y entonces, como si todo hubiera estado suspendido en el tiempo, llega el momento de la explosión, de que Juanmi se ría a mandíbula abierta y que todos sus compañeros pongan especial empeño en felicitar a ese héroe silencioso que se ha convertido en la principal vía del Betis de Pellegrini hacia el gol.   

El Benito Villamarín tenía motivos de sobra para vivir una fiesta que se iba a prolongar durante muchas horas, días y no se sabe si semanas, pues después del paréntesis copero llegará el momento de rendirle visita al Barcelona y por mucho que allí no vaya a estar Fekir este Betis da mucho pie a la esperanza con su manera de entender el fútbol. Con ese libreto impuesto por Manuel Pellegrini que lo lleva a atacar con muchos futbolistas para que sea imposible para el rival defender a todos.

Golpeo con el pie izquierdo tras el pase de Fekir y el 3-1 para Juanmi y para el Betis. Golpeo con el pie izquierdo tras el pase de Fekir y el 3-1 para Juanmi y para el Betis.

Golpeo con el pie izquierdo tras el pase de Fekir y el 3-1 para Juanmi y para el Betis. / Antonio Pizarro

Ni siquiera se descompuso con ese gol tempranero de Mustafi en un córner mal defendido y espectacularmente rematado por el alemán. El Betis, con ocho cambios en el equipo inicial respecto a la cita europea con el Ferencvaros, siguió a lo suyo y ni siquiera se desesperó cuando no había sido capaz de igualar antes del descanso, pese a la opción que tuvo Guido Rodríguez también de cabeza.

No importaba, habría tiempo para llegar muchas veces más y así fue en una buena combinación por la derecha que se embarró a la hora de buscar el remate. Pero Willian José supo tener la mente fría para ver la llegada desde atrás de Juanmi y que éste empatara. Menos de diez minutos después idénticos protagonistas en el toque y en el remate para el 2-1 y ya en el 78 varía el encargado del suministro, pero el ejecutor material. 3-1 y los 45.012 aficionados del Benito Villamarín se iban camino de sus casas, o del bar más cercano, comentando que su equipo les había dado una nueva alegría y a ver hasta dónde puede llegar si sigue jugando de esta manera. Tenían motivos para ello, sin duda.

 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios