El duelo del lunes entre el Levante y el Betis marcará el futuro de Juan Ramón Muñiz, el técnico granota que fue ratificado el pasado lunes y al que la vida le ha cambiado justo una vuelta después. Tras conseguir un brillante ascenso, el Levante firmó un gran arranque de campeonato que se vio truncado en la jornada sexta, precisamente en la visita al Benito Villamarín.
Los de Muñiz llegaron invictos a Heliópolis, con dos victorias y tres empates en las cinco primeras jornadas, pero allí recibieron un 4-0, en el partido quizá más redondo del equipo de Quique Setién en toda la temporada. Desde entonces, el Levante sólo ha sumado una victoria, por 0-2 en la visita a Las Palmas, en las siguientes 19 jornadas, lo que lo ha dejado como la referencia para los equipos que pretenden abandonar la zona de descenso.
Aquella jornada en tierras heliopolitanas fue la última de una serie de tres en apenas una semana -los verdiblancos sumaron un pleno de victorias ante Deportivo, Real Madrid y el Levante que los disparó en la clasificación-, mientras que ahora el duelo entre granotas y verdiblancos abre la sucesión de encuentros en apenas seis días. Protagonista principal de esa goleada bética fue Fabián, quien días antes había disputado ante el Madrid su primer partido de titular de la temporada, y quien ante el Levante brilló con un partidazo, gol y asistencia incluidos.
En esa cita de la primera vuelta en el Benito Villamarín, el Betis tuvo como rival a Álex Alegría, el delantero que cedió al Levante incluido en la operación por la que fichó a Camarasa, quien hoy viene recuperándose en la ciudad deportiva verdiblanca de la grave lesión que sufrió en noviembre.
Ahora, cinco meses después de aquel duelo entre Betis y Levante, la cita aparece con connotaciones distintas. Por un lado, los de Setién quieren mantener sus aspiraciones de jugar en Europa el próximo año; por el otro, Muñiz se la juega ante el rival ante el que sufrió el primer varapalo.
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