Alavés - Betis | La crónica

Tello premia el arrojo de Pellegrini

  • Un tiro ajustado del catalán, en un córner en corto ya en el minuto 94, plasma la superioridad en Vitoria del Betis, que antes estrelló dos balones en la cruceta

  • El entrenador apostó por ganar con los cambios y lo hizo

Duarte intenta frenar a Fekir en un lance del partido.

Duarte intenta frenar a Fekir en un lance del partido. / Adrián Ruiz Hierro / EFE

Manuel Pellegrini le ha devuelto la sonrisa al bético de un plumazo. O más bien, de un zurdazo. El que soltó Tello a las mallas de Pacheco cuando apenas había tiempo para más en Mendizorroza. Ese gol valió una victoria en el estreno de la Liga 2020/21 y vino a premiar la superioridad del Betis ante el Alavés y también el arrojo de su nuevo entrenador, que lejos de conformarse con el punto que le daba a su equipo el 0-0, dio tres pasos adelante: Ruibal por Joaquín (67’), Lainez por Fekir (93’) y sobre todo, la sustitución de Tello, extremo puro, por el mediocentro William Carvalho (82’).

Lainez y Ruibal ya habían gestado un minuto antes del gol un saque de esquina para morir arriba. Y el mexicano, muy astuto, volvió a forzar otro córner pero esta vez fue clave su saque en corto a Canales, la prolongación de éste a Tello y el latigazo de éste al palo izquierdo de Pacheco. Inapelable. Gol, tres puntos para Sevilla. Y una victoria valiosísima en lo anímico. Para empezar a creer. Se reflejó en la fiesta de los verdiblancos ante las silentes gradas de Mendizorroza.

El partido en Vitoria, más que de una nueva Liga, parecía una segunda reanudación de la anterior, como ya ocurrió en junio. Tal es la obligada austeridad que ha impuesto este tiempo sin los dineros de los abonos –o al menos casi todo–, ingresos televisivos a la baja y la incertidumbre del futuro a corto plazo, que ambas escuadras salieron con unas formaciones casi idénticas a las que dispusieron la pasada campaña. De lado alavesista, la única novedad era el medio Battaglia; de lado bético, el portero Claudio Bravo. Lo demás, como hace menos de dos meses. Y entonces, el Alavés quedó el decimosexto y el Betis decimoquinto. Pero es lo que hay en esta Liga tan a la baja.

Y vistas las apreturas, la esperanza del bético, que es aún más verde que la del resto de los mortales, apuntaba al nuevo inquilino del banquillo, Manuel Pellegrini. El reputado preparador chileno no sorprendió en su primer equipo. Bajo un sistema 4-2-3-1, William Carvalho acompaña a Guido Rodríguez en la sala de máquinas, arriba pulula Borja Iglesias y en el interlineado, con cierta libertad para intercambiar posiciones, empiezan Fekir en la derecha, Joaquín por dentro –Pellegrini sabe de la llegada del portuense desde ahí– y Canales por la izquierda.

Echó a rodar la pelota y el Betis se apresuró a demostrar que es otro. Que va a morder más arriba y que no se va a marear en un monocorde fútbol de toque artificioso y casi siempre hueco. El Alavés quiso llevar el litigio por sus derroteros con un par de balones largos a Joselu que éste prolongó de cabeza con sentido, pero el equipo babazorro se estampó con sus propias carencias, los laterales largos, Édgar y Rioja, apenas aportaron profundidad ante Emerson y Álex Moreno y en cuanto Bartra y Mandi ajustaron sus marcas sobre Joselu y Lucas Pérez en esos envíos desde tan atrás, los verdiblancos fueron ganando terreno y volcando el juego hacia Pacheco.

Fue más la intención que el peligro. Las ocasiones no se desgranaban a pesar de la movilidad de los mediapuntas. Canales y Joaquín intercambiaron un rato sus posiciones, mientras que Fekir, en la derecha, empezó a tirar del grupo con sus controles y giros ante Duarte, que no lo podía frenar. Faltaba cruzar la línea hasta el área, que Borja Iglesias apareciera más y mejor. El gallego, como William Carvalho, sigue en la línea el pasado año y eso fue quizás la peor noticia del Betis en su puesta de largo.

Sí que celebra el bético la consolidación de Guido Rodríguez, quien incluso invitó a dar el paso adelante y a punto estuvo de aprovecharlo con un tirazo seco y cruzado a la escuadra derecha de Pacheco (30’). Fue la mejor ocasión del Betis en la primera parte. Le faltó pólvora, pero al menos tabicó su área.Claudio Bravo no se tuvo que emplear hasta el minuto 48, en esa fase inicial de la segunda parte en la que el Alavés sí acosó de verdad. Botó un córner Lucas Pérez desde la izquierda, Battaglia emergió y soltó un testarazo cercano y picado al que respondió el chileno con reflejos para tirarse abajo y con un brazo recio que rechazó el cuero.

Fue clave, en esa fase, que el Betis no cediera metros ante el empuje vasco y porfiara por el control. Ese carácter y esa tensión, tan ausentes el pasado curso, lo llevó a recomponer la figura con Canales al mando. Y el cántabro pudo ponerlo todo de cara con una falta directa a 29 metros del marco. Su parábola acabó en la otra cruceta, la izquierda (60’).

Entonces fue cuando el ingeniero Pellegrini movió fichas. Ruibal por un Joaquín ya sin gas. Tello por la izquierda, Carvalho fuera y paso adelante. Y cuando dos puntos se escapaban por el sumidero, la baza de Lainez. Al mexicano le dio tiempo a forzar dos saques de esquina. Y en el segundo, Pellegrini sonrió.

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