La sana virtud de la paciencia y levantarse en el Betis de Pellegrini

La polivalencia de los jugadores verdiblancos permitió al técnico verdiblanco cambiar el sistema sin apenas hacer sustituciones

Así jugaron los futbolistas del Betis ante el Villarreal

Fornals conduce el balón ante la presión de Pau Navarro y Santi Comesaña.
Fornals conduce el balón ante la presión de Pau Navarro y Santi Comesaña. / Andreu Esteban / Efe

Si hasta ahora algo definía al Betis de Pellegrini era el estilo de juego, las rotaciones del técnico, las clasificaciones europeas... Esta temporada ha incorporado una característica más al repertorio: cuando parece que está en la lona se levanta y golpea. Y lo hace desde la sana virtud de la paciencia. Sin renunciar a su fútbol. Nada de balones a la olla sin ton ni son, de cara para los centrales rivales, cuando el resultado aprieta. El empuje colectivo, el jugar todos en campo contrario y aprovechar los espacios entre líneas es innegociable en este Betis que ha hecho de la paciencia otra gran virtud que le permite rescatar puntos importantes.

Y es que la polivalencia de futbolistas como Amrabat o los de la línea de mediapuntas permiten que incluso con pocas sustituciones –sólo hizo tres en La Cerámica– el técnico pueda cambiar la disposición de su equipo, jugando con el internacional marroquí como único pivote en la segunda parte para disponer de una pieza más en ataque, o colocar a Antony junto a Cucho Hernández más cerca del área contraria.

Defensa

Con Diego Llorente y Marc Bartra ya en la convocatoria, Pellegrini no quiso tocar lo que venía funcionando y Natan, pese a un mal control que casi lo mete en un lío ante Oluwaseyi, y Valentín Gómez han demostrado ser más que fiables. No sólo en su zona, sino también apagando los fuegos generados a la espalda de un Junior que se animó en ataque dejando una autopista a su espalda. Tiene un problema a resolver el conjunto verdiblanco con esa posición en la que un veterano como Ricardo parece por delante, pero su participación con su selección durante el parón lo llevó esta vez al banquillo.

Está claro que no sólo defienden los zagueros y en esa función resulta clave la presencia de Amrabat en la medular. Impone su físico y no le da miedo ir al choque, pero incluso se muestra veloz al corte para dar más seguridad a sus compañeros.

Ataque

El Betis tiene infinidad de armas ofensivas, pero le falló la puntería. Abde generó mucho por la banda izquierda, pero le faltó lo de casi siempre: decidir y definir mejor. Los tres mediapuntas intercambiaron a menudo sus posiciones y el primer toque en las triangulaciones generó superioridades, como otras veces los cambios de juego hacia los extremos.

Cucho Hernández es jugador de goles, pero también de muchos intangibles. Se incrusta entre los centrales de forma indetectable a veces, pero le faltó lo que mejor sabe hacer: rematar. Tuvo ocasiones, pero no pareció fresco. La presión alta al inicio del Betis, que sacó durante la primera media hora al Villarreal del partido, se tornó al final en toque de corneta para la caballería con todos los futbolistas jugando en campo contrario. Y la paciencia tuvo premio con la conexión Fornals-Antony: el castellonense ve el pase decisivo como nadie.

Virtudes

La paciencia y la capacidad de levantarse cuando parece que está en la lona.

Talón de aquiles

El agujero del lateral izquierdo.

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