Crímenes

Las claves de la resolución del crimen de Juana Canal dos décadas después

La Guardia Civil en la finca de Navalcruz en Ávila

La Guardia Civil en la finca de Navalcruz en Ávila / EFE/M.R.M.

Un crimen resuelto después de casi dos décadas. Así ha sido como la desaparición de Juana Canal, que ha traído a los familiares por la calle de la amargura durante 19 años, se ha convertido en menos de 5 meses en una muerte y un asesinato. La aparición de unos restos óseos en junio de 2022 y otros en octubre de este mismo año y el posterior pinchazo del teléfono del principal sospechoso del crimen han permitido la extraña desaparición con una nota para la familia del presunto asesino: se había marchado después de una "discusión" y de haber ingerido muchas "pastillas".

Así es como se ha resuelto

La Policía Nacional y la Guardia Civil detuvieron al hombre que era pareja de Juana Canal en Fuente el Saz (Madrid) tras recabar indicios sobre su participación en la desaparición de la mujer en febrero 2003 a través de varias escuchas telefónicas en las que decía que no creía que la policía le descubriese.

El sospechoso deslizó en una conversación telefónica con otra persona que no creía que la Policía le pillase, de lo que también se desprende que existiría al menos un encubridor del supuesto asesinato machista.

El pinchazo del teléfono del detenido, J.P.R., fue autorizado hace semanas por el Juzgado de Instrucción número 3 de Ávila, que de la misma forma impulsó la inspección de la Policía Científica y Judicial a finales de septiembre en la casa donde vivía Juana, en la calle Boldano del barrio madrileño de Pueblo Nuevo.

La Guardia Civil en la finca de Navalcruz en Ávila La Guardia Civil en la finca de Navalcruz en Ávila

La Guardia Civil en la finca de Navalcruz en Ávila / EFE

Además, un operativo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil halló varios restos óseos que podrían corresponder a la desaparecida, todo en la misma zona de Navalacruz (Ávila) en la que en 2019 un senderista descubrió un fémur y un cráneo cuyo ADN coincidía con el de Juana Canal.

Tras su detención el miércoles, el hombre ha confesado el crimen y  ha vuelto a estar presente en el registro de una finca situada a pocos kilómetros del lugar en el que se encontraron los restos de la que fue su pareja, cuya propiedad era de la familia del sospechoso.

Una vez que finalicen estas diligencias, también autorizadas por el juzgado que lleva el caso, se prevé que el detenido pase a disposición judicial este viernes.

En el momento de su desaparición, Juana Canal tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada, aunque tenía una nueva pareja, J.P.R.

El 22 de febrero de 2003, el día de su desaparición, uno de sus hijos encontró en el piso familiar una carta en la que el ahora arrestado le decía que ella se había marchado después de una "discusión" y de haber ingerido muchas "pastillas".

La familia no volvió a saber nada de Juana Canal hasta finales del pasado mes de junio, cuando a través de la asociación SOS Desaparecidos la Policía Nacional le comunicó que un fémur y un cráneo hallados por un senderista en Ávila en 2019 pertenecían a la desaparecida.

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