nutrición

Un estudio duda de la eficacia de los impuestos sobre bebidas azucaradas

  • Reino Unido impondrá desde abril una tasa extra al sector de los refrescos para frenar los índices de obesidad y diabetes

Estudio sobre patrones de consumo.

Estudio sobre patrones de consumo. / ruesga bono

Un impuesto aplicado sobre el azúcar a los refrescos podría tener la consecuencia involuntaria de aumentar el consumo de alcohol, pero la imagen es mixta, según revela una investigación publicada en la edición digital de Journal of Epidemiology & Community Health.

Como muchas bebidas alcohólicas contienen cantidades similares o mayores de azúcar (43 kilocalorías por cada 100 mililitros de cerveza y 85 kilocalorías el vino) y tienen otros daños bien conocidos, "un enfoque más matizado sobre una gama de bebidas puede ser más eficaz que un impuesto único sobre las bebidas azucaradas", según los investigadores.

A partir de este mes de abril se impondrá un impuesto a la industria sobre las bebidas gaseosas con alto contenido de azúcar en Reino Unido, en un intento por frenar el aumento de la obesidad y la diabetes. Muchos otros países, como Hungría, Finlandia, Francia, Bélgica, Portugal, México, Chile, Tailandia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, ya han seguido este camino. Varios estudios de modelos financieros han demostrado que subir el precio de las bebidas azucaradas podría hacer una pequeña pero significativa reducción en los patrones de compra, particularmente entre los hogares más pobres. Pero se sabe poco sobre el impacto potencial de tal alza en las ventas de alcohol.

Para analizarlo, científicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en Reino Unido, aplicaron una herramienta especializada para estudiar la demanda del consumidor en los datos sobre el gasto de los hogares en alimentos y bebidas en 2012 y 2013 a partir de una muestra representativa a nivel nacional de alrededor de 32.000 hogares en Reino Unido.

Los incrementos de precios pueden tener un mayor impacto en la reducción del consumo de alcohol que el de los refrescos, sugieren los autores. Pero enfatizan: "Aunque este análisis puede resaltar las relaciones significativas entre las bebidas compradas, no puede explicar por qué surgen estas relaciones", y agregan: "Esta imagen mixta indica la complejidad de estimar el impacto de un único aumento de precios". De este modo, concluyen que "elevar el precio de bebidas azucaradas endulzadas tiene el potencial de aumentar y disminuir la compra de alcohol, sugiriendo que opciones de precios más matizadas a través de una gama de bebidas pueden ser más efectivas que un impuesto único sobre las que tienen niveles elevados de azúcar".

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