Nuevas tecnologías

Aislamiento social, entre los principales riesgos de la dependencia a las nuevas tecnologías

Menores viendo dispositivos electrónicos.

Menores viendo dispositivos electrónicos.

El uso de las nuevas tecnologías es un hábito que practica la gran mayoría de las personas. El problema no es que se use, sino con qué fin se usa y el tiempo que se está conectado. Utilizamos Internet para todo y no nos damos cuenta de la repercusión que tiene en la salud. Cuando no sabemos algo, corremos a consultarlo en la red. Necesitamos respuestas para todo y estar permanentemente conectados. 

Son comportamientos compulsivos que generan una dependencia. Algunos lo llaman adicción, pero dentro del comité científico hay disparidad de opiniones con respecto a este concepto. Cualquiera puede "engancharse" a las nuevas tecnologías, pero es el público infantil y adolescente, los grupos más vulnerables en este sentido. Seguramente muchos de ellos, habrán recibido dispositivos móviles estas navidades. 

Estamos ante un gran problema porque el abuso de las nuevas tecnologías trae una serie de consecuencias entre las que se encuentra el aislamiento social. La psicóloga infanto-juvenil Mercedes Maruenda, nos recuerda que: "La dependencia puede aislarlos del mundo real, en una etapa en la que son fundamentales las relaciones con el grupo de iguales, y limita un desarrollo emocional saludable”.

Es una cuestión de educación

Tenemos que tener en cuenta que, en el caso de la dependencia a las nuevas tecnologías que, en la actualidad, la persona desde que nace o, incluso desde antes, está rodeado de aparatos que han facilitado esta “adicción”. Es muy difícil de controlar porque en España los usuarios de Internet, a principios del año 2023, según datos de un informe realizado por ‘Digital 2023: España’, rondaban los 45 millones de usuarios internautas.

La dependencia al entretenimiento electrónico tiene una repercusión en la salud a largo plazo, cuya consecuencia más directa es el aislamiento de la persona, perdiendo el contacto con la realidad social, emocional y familiar. Y de forma indirecta, se reduce la interacción social y la productividad. 

Una persona tiene dependencia cuando utiliza cada vez más los dispositivos tecnológicos y poco a poco va perdiendo la capacidad de gestionar el tiempo. Además, sin que se dé cuenta, le creará ansiedad y estrés cuando no puedan utilizar los móviles.

Por ejemplo, un adolescente que haya desarrollado una adicción al móvil o relacionada con el uso del móvil no volverá a una vida normal sin móviles. De ahí que el trabajo psicológico y la construcción de mecanismos de control, sea fundamental en este tipo de casos.

Las dos caras de una misma moneda

Resulta paradójico que para que te acepten socialmente y te sientas como parte de un grupo tengas que tener un móvil y un perfil de redes sociales. Sin embargo, estar permanente conectado también te aísla del mundo real en otros aspectos.

Aunque este tipo de adicciones puede afectar a cualquier persona sin importar su edad, son los jóvenes los principales afectados. Los nativos digitales, aquellos que han nacido en plena época digital y de internet, están más expuestos a estas nuevas tecnologías.

Hay que decir que el término "adicción", no está ampliamente aceptado por la comunidad científica, sino que se suele utilizar para hacer referencia a un uso excesivo de los mismos, pero que no quiere decir que sea una adicción como tal.

Pomba Liñares, psiquiatra y pediatra, y Mónica Villar, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga aseguran que "en los últimos años han aumentado casi un 50% y se han agravado los problemas de salud mental en niños y adolescentes, con más síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas". Explican, además, que "el Covid y los meses de aislamiento y restricciones para el contacto social han influido, pero la situación no se ha revertido tras la vuelta a la normalidad". 

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