La hipertensión arterial es muy frecuente. Está diagnosticada en el 15% de la población. No produce síntomas durante un periodo de tiempo de varios años por lo que su presencia suele pasar desapercibida.En situaciones de frío ambiental, para mantener la temperatura corporal, el organismo recurre a la vasoconstricción, es decir, estrecha los vasos sanguíneos con lo que aumenta la tensión arterial. Estos episodios son más frecuentes cuando los cambios de temperatura son repentinos.

En este sentido, laa literatura científica demuestra que la exposición a bajas temperaturas puede desencadenar episodios isquémicos (angina de pecho o infarto de miocardio), arritmias e insuficiencia cardíaca en personas que padecen trastornos del corazón.

2.Enfermedades respiratorias

El invierno es la estación del año en la que muchas enfermedades respiratorias empiezan a aparecer con mayor frecuencia y se propagan rápidamente. Si bien la mayoría suelen ser bastante suaves e inofensivas, algunas otras pueden ocasionar problemas muy graves en el sistema respiratorio. Los niveles altos de humedad en el aire aumentan la posibilidad de contraer enfermedades respiratorias.

Algunos ejemplos claros de estos virus son el respiratorio sincicial, la influenza y el adenovirus, los cuales tienden a disminuir las defensas y hacen proclive el accionar de bacterias que complican los cuadros y causan infecciones más severas.

3.RINITIS

 La rinitis es un trastorno inflamatorio de la mucosa nasal. Con el frío se produce una hipersensibilidad de los vasos sanguíneos facilitando la producción de exagerada mucosidad nasal.  Los estornudos, el picor, la obstrucción, las secreciones nasales y, en ocasiones, la falta de olfato que presenta la rinitis pueden estar directamente relacionados con la acción del frío y/o sequedad ambiental.

4.PSORIASIS

Con la llegada del frío y la bajada de temperaturas,se producen consecuencias negativas en enfermedades dermatológicas como la piel atópica y la psoriasis.   La psoriasis puede presentar brotes sobre todo ante picos de estrés, infecciones, ingesta de determinados medicamentos, así como los cambios bruscos de temperatura.

Con los cambios estacionales, la piel se reseca y, en ocasiones, ve comprometida su estructura y la función de barrera que realiza en el cuerpo humano. De esta forma, puede dejar de proteger frente a las agresiones del exterior. Por ello, es necesario un buen control de estos factores para prevenir y minimizar los brotes.

5.Diabetes

El frío requiere un cambio metabólico aumentando el nivel de glucosa. Además, la lesión nerviosa asociada a la hiperglucemia puede provocar alteraciones en la sensación de frío o calor, de forma que no se dispara el aviso de peligro y no se toman las precauciones adecuadas.

6.Otitis

A pesar de que el frío no produce otitis, sí facilita la colonización e infección del oído por gérmenes. Algunos estudios muestran que las variaciones bruscas de temperatura pueden estar relacionadas con su aparición y reincidencia.

7.Migrañas

El frío y los cambios de presión atmosférica pueden alterar el equilibrio del tono de los vasos sanguíneos facilitando la aparición del dolor de cabeza. Los vasos sanguíneos se contraen rápidamente para evitar una pérdida de calor corporal. La dilatación o constricción de los vasos sanguíneos se produce para regular la temperatura corporal. Este proceso tan rápido es el que nos produce el dolor de cabeza. Algunas personas que padecen migraña parecen ser más sensibles a los cambios climáticos.