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La terapia electroconvulsiva (TEC) sigue siendo uno de los principales tratamientos disponibles y utilizados en psiquiatría para las enfermedades mentales graves. Se trata de una técnica de tratamiento que apareció a mediados del siglo XX en un escenario en el que no existían los psicofármacos ni otras técnicas terapéuticas para este tipo de trastornos. Se basa en aplicar estímulos eléctricos al paciente, con pulsos breves o ultrabreves, bajo control anestésico, con bloqueo neuromuscular o miorrelajación y con ventilación artificial que le proporcionan efectos terapéuticos. Así lo ha corroborado un nuevo estudio dirigido por el doctor Tyler Kaster, investigador del Centro para la Adicción y la Salud Mental en la Universidad de Toronto, que lo ha probado como una práctica médica segura.
El estudio, publicado en la revista 'The Lancet Psychiatry', es uno de los más amplios y completos en los que se compara la seguridad de la terapia electroconvulsiva con el tratamiento estándar entre personas con depresión.
Múltiples estudios realizados durante décadas han confirmado la eficacia de la TEC como intervención de salud mental para personas con depresión resistente al tratamiento. Hasta el 80% de las personas con depresión grave que reciben la TEC logran la remisión. Sin embargo, a pesar de esta tasa de éxito, sólo el uno por ciento de las personas con depresión grave la recibe, probablemente debido a la preocupación por los efectos secundarios, como las complicaciones cognitivas y médicas.
Gran parte del estigma asociado con la terapia electroconvulsiva se basa en los tratamientos iniciales en los que se administraban dosis altas de electricidad sin anestesia, lo cual causaba pérdida de la memoria, fracturas de huesos y otros efectos secundarios graves.
Este estudio examinó los registros psiquiátricos de más de 10.000 pacientes de Ontario cuya depresión era lo suficientemente grave como para requerir al menos tres días de hospitalización, y comparó el riesgo de hospitalización médica o muerte en un plazo de 30 días de los pacientes que recibieron TEC en comparación con los que no la recibieron.
Concluye que "entre los individuos hospitalizados por depresión, no hay un aumento clínicamente significativo del riesgo de eventos médicos graves con la exposición a la TEC, mientras que el riesgo de suicidio parece reducirse significativamente". Los beneficios de la TEC en los resultados de la depresión pueden superar sus riesgos en esta población".
"La TEC es el tratamiento más eficaz que tenemos en psiquiatría para la depresión", asegura el doctor Kaster, psiquiatra del CAMH, que trata a los pacientes con TEC en el Centro Temerty del CAMH para la estimulación cerebral terapéutica. "Pero los prejuicios y la discriminación en torno al tratamiento son enormes en cuanto a impedir que la gente acceda a él".
A los pacientes con una depresión grave se les suelen prescribir antidepresivos y/o psicoterapia, pero alrededor de un tercio no responderán a estos tratamientos de primera línea, y entonces se les diagnosticará una depresión resistente al tratamiento.
Existen varias intervenciones para esta enfermedad, como las combinaciones de medicamentos, nuevos fármacos como la ketamina y un tratamiento de neuroestimulación llamado estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr).
Sin embargo, cuando estos tratamientos no conducen a una mejoría o cuando una depresión se vuelve muy severa, lo que lleva a la hospitalización, a menudo se considera la TEC como el siguiente paso, ya que es muy eficaz para reducir rápidamente los síntomas de la depresión y los pensamientos suicidas.
Según otro estudio publicado por el Consenso Español sobre terapia electroconvulsiva ''su indicación se basa en criterios clínicos sobre el tipo y la gravedad de la enfermedad, la necesidad de respuesta urgente, la imposibilidad de utilizar fármacos, la resistencia o la intolerancia a otros tipos de tratamiento, las comorbilidades médicas. Asimismo también indican la importancia de la valoración de ''situaciones especiales'', como el embarazo o riesgo grave de suicidio, los antecedentes de buena respuesta en un episodio anterior y la preferencia del paciente.
"En el Women's College Hospital, creemos que el apoyo a las personas que viven con enfermedades mentales nunca ha sido más importante", añade la doctora Simone Vigod, autora correspondiente del estudio, jefa de psiquiatría del Women's College Hospital. "Hacerlo requiere proporcionar a los pacientes un espectro completo de tratamientos basados en la evidencia y fundamentados en rigurosas pruebas de investigación. Esta investigación se suma al conjunto de estudios existentes sobre la seguridad y la eficacia de la terapia electroconvulsiva'' , concluye.
Muchas personas comienzan a notar una mejoría en los síntomas después de unos seis tratamientos con terapia electroconvulsiva. Una mejoría total puede llevar más tiempo, aunque la terapia electroconvulsiva no funciona en todas las personas.
Después de que los síntomas mejoren, podría necesitarse tratamiento continuo para la depresión a fin de prevenir su reaparición. El tratamiento continuo puede consistir en terapia electroconvulsiva con una menor frecuencia pero, más a menudo, comprende antidepresivos u otros medicamentos, o asesoramiento psicológico (psicoterapia).
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