Investigación y Tecnología

Trasplante de células madre: Así funciona la terapia que ha curado al tercer paciente de VIH en el mundo

  • -Los tres pacientes llevan años sin rastro de la infección en su organismo gracias a un trasplante de sangre cuyos donantes tienen una mutación que impide al virus penetrar en las células, el gen CCR5.

  • -Este gen solo está presente en el 1% de la población europea

  • ¿Qué diferencia el VIH del Sida?

Trasplante de células madre: Así funciona la terapia que ha curado al tercer paciente de VIH en el mundo

Trasplante de células madre: Así funciona la terapia que ha curado al tercer paciente de VIH en el mundo

El VIH es una de esas enfermedades que, a día de hoy, se le siguen resistiendo a una muy avanzada ciencia. Hasta la fecha no se ha encontrado una cura efectiva que vaya más allá del inicio temprano de los  antirretrovirales y el manejo de la cronicidad de la enfermedad. Sin embargo, desde su aparición latente allá por los 80, la ciencia ha podido conocer mucho más acerca de esta enfermedad y trabajar desde tratamientos preventivos hasta terapias que reducen la infección a niveles indetectables. En estos últimos casos, algunos de estos avances, están ofreciendo a los pacientes una posibilidad futura de una verdadera cura.  El objetivo de la OMS (Organización Mundial de la Salud), es que para el año 2030 se haya erradicado la enfermedad en su totalidad. Y el camino es esperanzador tras conocerse que un tercer paciente se ha curado de forma funcional, es decir, que no tienen muestras viables del VIH en sus tejidos o son mínimos. Se trata de un paciente de Düsseldorf de 53 años, quien también padecía leucemia. Este nuevo caso se suma a los de Berlín y Londres, según el estudio publicado en la revista Nature Medicine por el consorcio IciStem, coordinado por el catalán IrsiCaixa, Institut de Recerca de la Sida.
Como en el caso de los anteriores, la llave de la curación está en las células que recibió en el trasplante, un tratamiento que se aplica en los casos más graves de enfermedad hematológica porque la mortalidad del procedimiento es muy elevada (>40 %). En este caso concreto, tas sufrir una leucemia, este paciente alemán se sometió a un trasplante de médula ósea de un donante con una mutación que impide al virus penetrar en las células, el gen CCR5, y hace que el organismo no produzca una de las puertas de entrada del VIH y, en consecuencia, dificulta la infección. Gracias a ello, más de 5 años después del trasplante, y habiendo pasado por dos recaídas de la leucemia y varias complicaciones, el paciente se estabilizó. Ahora, lleva ya cuatro años sin tratamiento antirretroviral ni rastro del virus. 

¿Cómo funciona el tratamiento con células madre?

Los tratamientos con células madre son cada vez más habituales y ofrecen buenos resultados en el tratamiento de patologías del aparato locomotor, algunos tipos de cáncer o enfermedades relacionadas con la sangre como la leucemia, el linfoma, el neuroblastoma y el mieloma múltiple.  En estos trasplantes, las células madre reemplazan las células dañadas por la quimioterapia o la enfermedad, o sirven para que el sistema inmunitario del donante combata las mutaciones derivadas. 

Las células madre viven principalmente en la médula ósea (la parte interior esponjosa de ciertos huesos). Es aquí donde se dividen para la producción de nuevas células sanguíneas. En estos casos, estos trasplantes utilizan células madre adultas o sangre del cordón umbilical.

Las células madre se introducen en una vena, muy similar a una transfusión de sangre. Las células madre viajan a la médula ósea, se injertan, y luego comienzan a producir nuevas células sanguíneas normales. Estas células madre se manipulan para que se conviertan en tipos específicos de células, como células sanguíneas, nerviosas o del músculo cardíaco.
En el caso del VIH, se basa en el uso de células madre de individuos que tienen una mutación genética que los hace resistentes al VIH (la mencionada CCR5). Esta proteína, la CCR5, se suele expresar en las células del cuerpo, pero en las personas que tienen la mutación no se expresa. El virus, para entrar a las células, necesita abrir dos puertas, la molécula CD4 y la CCR5. Si no se expresa el CCR5, el virus no puede abrir esa puerta y penetrar en las células. Lo mismo sucede con los linfocitos CD4. Así, aunque el VIH persista un tiempo y replique a pesar del tratamiento antirretroviral, el hecho de que no pueda infectar nuevas células le lleva a su desaparición.
Cabe destacar que, en los tres casos, se combinaron la infección por VIH y la leucemia. Después de agotar todas las opciones de tratamiento para el trastorno sanguíneo, los médicos optaron por un trasplante de médula ósea de un donante compatible. Para ir un paso más allá, además de la compatibilidad, el donante tenía esta extraña mutación, que se encuentra en solo el 1% de la población europea, que bloquea la entrada del virus en las células.
Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa y colíder del consorcio internacional IciStem, que ha publicado el hallazgo, se muestra siempre cauteloso pero contundente: ''Ya no es una anécdota. Son tres. En medicina no hay nada categórico y las sorpresas siempre pueden ocurrir, pero aquí podemos hablar de un caso de curación''.
Además de un trasplante de características particulares, los tres pacientes curados hasta la fecha también presentan otras similitudes. Por ejemplo, todos ellos experimentaron lo que se conoce como enfermedad de injerto contra huésped, una reacción al trasplante que los tres lograron superar y un rápido reemplazo de sus células.  ''Con la quimioterapia previa para eliminar los linfocitos enfermos, se mata casi todo, aunque a algunas células cuesta eliminarlas. Pero cuando se hace el trasplante, las células del donante destruyen las células sanguíneas que quedaban del receptor'', de forma que se fulmina cualquier célula aún oculta infectada por el virus. ''Siempre que hay esta reacción, vemos un buen pronóstico'', sostiene el científico.

Con el trasplante en sí, además, se barre todo el sistema inmune del receptor, regenerándolo completamente con las células del donante. ''Eso hace que desaparezca el reservorio viral del paciente. No es que no esté, es que no lo vemos'', matiza el investigador de IrsiCaixa.

FUTURAS APLICACIONES

El objetivo de estos estudios, según subrayan, no es curar el VIH mediante trasplantes de células madre, un tipo de tratamiento que conlleva altos riesgos y que solo tiene sentido aplicar en pacientes, como hemos mencionado, con una enfermedad hematológica grave. La meta es estudiar los mecanismos implicados para poder replicar los resultados que se consiguen a través del trasplante de células con la citada mutación en CCR5 delta 32."Una posible estrategia que ya se está explorando es introducir esta mutación a través de terapia génica", plantea Salgado. "Se está trabajando mucho en este campo, aprendiendo para intentar encontrar una aplicación que pueda servir a los pacientes", concluye la investigadora.
En esta misma línea, un estudio paralelo al de los pacientes trasplantados con células CCR5 delta 32 estudia qué otros factores relacionados con el trasplante de progenitores hematopoyéticos pueden contribuir al éxito de la terapia.

OTROS CASOS

La terapia con células madre fue la primera en ofrecer un caso real de remisión del virus en un paciente de Berlín, similar al caso que nos ocupa. El trasplante de células madre originalmente era para curar su leucemia y en consecuencia curar también el SIDA, el cual le fue también diagnosticado, una intervención que resultó positiva y que lo mantiene libre de de ambas enfermedades desde el año 2008.
También, hace tan solo unos meses, una mujer estadounidense con leucemia se convirtió en la primera mujer en curarse del VIH tras recibir un trasplante de células madre. Este caso se trata también del primero en el que se utiliza la sangre del cordón umbilical.  
De la misma forma, y con el mismo método, consiguió curarse un hombre en California este pasado mes de agosto. En todos los casos, los donantes tenían una mutación naturalmente resistente al virus que causa el sida. En un caso, además, que resultó diferente a estos, y que ha seguido seguir el mismo camino que el del paciente de Dusseldorf y los otros dos casos de curación funcional, es el de una paciente consiguió la curación funcional en nuestro país, en Barcelona. Lo hizo con un tratamiento antirretroviral y  diversas intervenciones con un inmunosupresor, la ciclosporina A.
Estos tratamientos consiguen bloquear el virus y reducirlo a un nivel indetectable en análisis, pero el VIH persiste en reservorios, de manera que, si se suspende la terapia, tiene capacidad de replicarse y puede volver a atacar al paciente.  Sin embargo, un grupo muy reducido de personas, como los mencionados, son "controladores postratamiento" y, tras dejar la medicación, consiguen mantener cargas virales indetectables.  

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