Que las comparaciones de los demás no perturben tu salud mental, ¿por qué una persona te tiene envidia?

Investigación y Tecnología

La envidia puede surgir de la comparación constante con los demás. Las personas que se sienten inseguras o insatisfechas con sus propias vidas pueden caer en la trampa de medir su valía en función de los éxitos de los demás

La envidia nos puede hacer sentir distintos niveles de satisfacción o de insatisfacción, pero no se puede calificar como "mala" o "buena"

Dos personas criticando.
Dos personas criticando.

La envidia es una sensación de malestar o resentimiento provocada por el éxito, logros o posesiones de otra persona y puede presentarse como un problema cuando influye en la percepción del bienestar o afecta a la autoestima. Por lo que para entender por qué algunas personas sienten envidia, es necesario explorar las raíces psicológicas y sociales de esta emoción.

En el ámbito psicológico, la envidia puede surgir de la comparación constante con los demás. Las personas que se sienten inseguras o insatisfechas con sus propias vidas pueden caer en la trampa de medir su valía en función de los éxitos de los demás. La envidia puede ser una respuesta a la percepción de una brecha entre lo que se tiene y lo que se desea, llevando a sentimientos de inferioridad y descontento.

Además, el entorno social y cultural desempeña un papel crucial en la formación de la envidia dado que la propia sociedad fomenta la competencia excesiva y el materialismo en pro de esta emoción. La presión para destacar y alcanzar ciertos estándares, a los que muchas veces no llegas, puede generar resentimiento hacia aquellas personas que parecen tener más éxito, poseer bienes más deseados o "tener más suerte que tú".

Envidia, ¿sana?

La envidia es una emoción y como tal no tiene grados. Las emociones no se califican por buenas o malas, sino que unas producen unas sensaciones mejores y otras peores. Todas las emociones son válidas y si no hay que validarlas, dejarlas salir, permitir sentirlas para poder gestionarlas porque bien gestionadas, no tienen por qué entrar dentro de la etiqueta "buena" o "mala". Por tanto, no existe la envidia sana, que sería la buena.

La envidia nos puede hacer sentir distintos niveles de satisfacción o de insatisfacción y eso va a verse influenciado por la autoestima que tenga la persona. Si la tiene baja, serán más propensas a sentir envidia hacia los demás o hacia la vida que le gustaría vivir y que ellos no tienen, pero otros sí, por lo que pueden percibir los logros de los demás como una amenaza directa a su propia valía, la cual no son incapaces de reconocer y es lo que les lleva a esa comparación constante con los demás.

El comportamiento que adopta una persona envidiosa puede tener muchos matices. Hay una respuesta motora en la que se manifiesta a través de una comparativa entre las vidas de dos personas que, en el fondo no está mal, siempre y cuando te compares para mejorarte a ti mismo. En el momento en el que la intención sea boicotear al otro, se convierte en perjudicial.

Esto suele darse en entornos donde la competencia y la lucha por destacar es una norma general. Por ejemplo, en ambientes laborales, en la escuela, entre amigos e, incluso, familiares ya que existe una gran presión y una comparación constante con los demás a quienes consideran sus rivales.

Consecuencias emocionales

La envidia puede generar tensiones y resentimientos en las relaciones, afectando la comunicación y la confianza entre las personas. Aquellos que sufren de envidia a menudo experimentan emociones que generan negatividad como la ansiedad, depresión y amargura, por lo que puede tener un impacto significativo en su bienestar psicológico.

En casos extremos, la envidia puede llevar a acciones perjudiciales, como difamación, sabotaje o conductas hostiles hacia la persona a la que se le tiene envidia, creándose ella misma un aislamiento gradual, ya que las personas envidiosas se alejan de aquellos que perciben como amenazas a su propia felicidad o éxito.

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