¿Qué le pasa al cerebro cuando dejamos de usar el móvil?
Investigación y Tecnología
Al reducir su uso, los niveles de cortisol bajan y esto se traduce en una sensación general de mayor calma y bienestar
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Vivimos en una era en la que el teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nuestro cuerpo. Mirarlo es, para mucha personas, lo primero que hacen cada mañana cuando suena la alarma, la cual solemos poner también en este mismo aparato, y en lo último que hacen, incluso en la cama, antes de cerrar definitivamente los ojos por la noche. Lo usamos para trabajar, entretenernos, comunicarnos, informarnos e incluso para descansar. Además, se ha convertido en un juguete para muchos niños y en una herramienta que lo calma cuando más necesitan los brazos de sus padres.
Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado qué sucede en tu cerebro cuando decides dejar de usar el móvil, aunque sea por unas horas o días? La respuesta puede sorprenderte. Estudios recientes en neurociencia y psicología han demostrado que reducir o eliminar temporalmente el uso del teléfono puede desencadenar una serie de cambios significativos en la actividad cerebral, el estado emocional y la capacidad de concentración, algo que preocupa a muchos profesionales de centros educativos que no son docentes ya que muchos menores presentan dificultades en el aprendizaje y en el habla, además de un aumento de casos de alumnado diagnosticado con TDAH.
En este contexto, vamos a ver qué le sucede a nuestro cerebro cuando lo sometemos al desconexión digital. Por lo pronto, los expertos nos aseguran que nuestra ansiedad disminuye y que mejora nuestra memoria y capacidad de enfonque. Si estás buscando mejorar tu salud mental y bienestar general, entender este proceso puede motivarte a hacer un uso más consciente de la tecnología. Sigue leyendo y descubre por qué darle un descanso a tu cerebro del móvil podría ser una de las mejores decisiones para tu salud.
Efectos neurológicos de desconectarse del móvil
Cuando dejamos de usar el teléfono móvil, el cerebro experimenta una especie de "síndrome de abstinencia digital", especialmente si se ha desarrollado una dependencia. Este proceso involucra varias áreas del cerebro, particularmente el sistema dopaminérgico, que es el responsable de la recompensa y el placer.
Las notificaciones constantes activan el circuito de recompensa cerebral, liberando dopamina, un neurotransmisor relacionado con la motivación y el placer. Al dejar de recibir esta estimulación frecuente, el cerebro puede experimentar una reducción temporal en la dopamina, generando síntomas como ansiedad, irritabilidad e incluso aburrimiento. Sin embargo, tras un corto período de adaptación, el cerebro comienza a autorregularse. Estudios realizados por la Universidad de Pensilvania han demostrado que reducir el uso de redes sociales durante solo tres semanas puede disminuir significativamente los niveles de ansiedad, depresión y soledad.
Además, al disminuir la sobrecarga de estímulos digitales, la corteza prefrontal, que es la encargada de la toma de decisiones, la concentración y el autocontrol, se vuelve más eficiente. Es decir, mejoramos nuestra capacidad para concentrarnos en una sola tarea, algo que suele deteriorarse con el uso constante de dispositivos móviles ya que según una investigación publicada en Frontiers, una de las razones por las que a unas personas les cuesta más controlar el uso de Internet que a otras "podría ser porque las señales relacionadas con Internet interfieren con los procesos de control mediados por la corteza prefrontal". A este respecto y con el objetivo de fomentar una mayor atención en clase, así como de mejorar la interacción social entre los estudiantes, dos centros educativos de Edimburgo han puesto en marcha un sistema de bloqueo de los teléfonos móviles. El alumnado cuando entra en el centro guarda su dispositivo móvil en una funda especial la cual se bloquea durante toda la jornada escolar, incluido el recreo y los horarios de comida. Solo volverán a estar disponibles al finalizar el día cuando abandonen el centro.
Mejora del bienestar emocional y la calidad de vida
Uno de los beneficios más notables al dejar de usar el móvil es la mejora en la salud emocional. Varios estudios han vinculado el uso excesivo de smartphones con un mayor riesgo de desarrollar trastornos como el estrés crónico, la depresión y el insomnio. Al reducir su uso, los niveles de cortisol, conocida como la hormona del estrés, bajan y esto se traduce en una sensación general de mayor calma y bienestar.
Otro aspecto importante es la recuperación de la capacidad de aburrirse. Aunque parezca contradictorio, permitir que la mente divague sin estímulos constantes es esencial para la creatividad y la introspección. Al dejar de usar el móvil, se incrementa la actividad de la red neuronal por defecto, una región del cerebro asociada con el pensamiento creativo y la autorreflexión.
Asimismo, el descanso mejora significativamente. La exposición a la luz azul de las pantallas antes de dormir altera el ritmo circadiano y disminuye la producción de melatonina, la hormona del sueño. Dejar el móvil varias horas antes de acostarse (al menos dos) facilita un sueño más profundo y reparador, lo cual tiene efectos positivos en la memoria, en el estado de ánimo y en la regeneración neuronal.
Por último, desconectarse del móvil permite mejorar las relaciones interpersonales. Al prestar más atención al entorno y a las personas que nos rodean, se fortalece la empatía, la escucha activa y la conexión emocional con los demás, aspectos clave para una vida emocional saludable. Así que alejarse del teléfono móvil no solo es posible, sino que, como vemos, es profundamente beneficioso para nuestra salud y aunque al principio pueda parecer difícil, los efectos positivos en el cerebro y la salud mental comienzan a sentirse en poco tiempo. Se ve reflejado en que sentimos menos ansiedad, experimentamos una mayor concentración, tenemos un mejor descanso y más bienestar emocional.
Referencias bibliográficas.
Logopedia San Chinarro. Las familias preguntan: TDAH y pantallas.
Frontiers. Control prefrontal y adicción a Internet: un modelo teórico y revisión de hallazgos neuropsicológicos y de neuroimagen.
Universidad de Pensilvania. Limiting time on social media helps reduce depression, and muting strangers on Instagram reduces fear of missing out (FOMO) and social comparison.
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