Investigación

Una seta alucinógena como potencial tratamiento para las personas alcohólicas

Una seta alucinógena como potencial tratamiento para las personas alcohólicas

Una seta alucinógena como potencial tratamiento para las personas alcohólicas

El mundo de la ciencia, la psicología y las sustancias psicodélicas, es un triángulo cuyos vértices han estado siempre unidos. Y es que no hay sustancias químicas buenas o malas por sí mismas; lo que las diferencia o las convierte en el reverso de la moneda es el uso y la dosis que se aplique. En esa delgada línea está la forma de convertir un remedio en veneno o viceversa. De hecho, ha aumentado la investigación sobre la eficacia de las drogas psicodélicas como tratamiento efectivo para la ansiedad severa, la depresión y el síndrome de estrés postraumático. Se cree que estos medicamentos pueden, incluso, abordar el miedo existencial que experimentan algunos pacientes en las etapas finales de su vida.

Ahora, un nuevo descubrimiento ha vuelto a sorprender por sus resultados aparentemente contradictorios. ¿Sanar una adicción con otra? Es posible y así lo ha comprobado un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). El mismo muestra que una especie de setas alucinógenas tienen un efecto positivo en el tratamiento del alcoholismo. 

En concreto, dos dosis de psilocibina, un compuesto que se encuentra en las setas alucinógenas, reduce el consumo excesivo de alcohol en un 83 por ciento de media entre los bebedores compulsivos cuando se combina con la psicoterapia.  En la investigación, participaron 93 hombres y mujeres con dependencia del alcohol que fueron asignados al azar para recibir dos dosis de psilocibina o un placebo antihistamínico.

RESULTADOS

La investigación tuvo una duración de 32 semanas en las que los participantes recibieron hasta 12 sesiones de psicoterapia y esas dos dosis de, o bien psilocibina, o bien un placebo. Las dosis eran medidas en función al peso corporal de los participantes y durante las fases del consumo, que duraron ocho horas, se controlaba su presión arterial y frecuencia cardíaca.

En este período desde el inicio de su tratamiento, los que recibieron psilocibina redujeron el consumo excesivo de alcohol en un 83 por ciento con respecto a su consumo antes de comenzar el estudio. Pero lo más llamativo es que casi la mitad dejó de beber por completo ocho meses después de su culminación. Por su parte, los que habían recibido antihistamínicos redujeron su consumo de alcohol en un 51 por ciento, aunque sólo un cuarto de ellos dejó el alcohol completamente ocho meses después.

"Nuestros resultados sugieren claramente que la terapia con psilocibina es un medio prometedor para tratar el trastorno por consumo de alcohol, una enfermedad compleja que ha demostrado ser notoriamente difícil de manejar", dice el autor principal del estudio y psiquiatra Michael Bogenschutz.

De todas formas, los autores del estudio destacan una importante limitación del mismo: la gran mayoría de los participantes del estudio eran capaces de adivinar si habían recibido o no la psilocibina. Tal y como recoge The New York Times, los autores explicaron que "las expectativas sesgadas podrían haber influido en el resultado. [...] Por lo que este problema sigue siendo un desafío para la investigación clínica sobre psicodélicos". 

Aún así, los resultados son esperanzadores para estos investigadores que continuaran explorando este campo de cara al futuro para hallar este mecanismo de inhibición que también tiene un componente positivo en la salud mental y en cómo influye en los adictos. 

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