patrimonio

La torre de San Bartolomé recuperará su cromatismo tras ocho meses de obras

  • La primera fase atajará los problemas estructurales, la entrada de agua y recuperará los valiosos revestimientos. El coste es de 202.000 euros.

Ocho meses de obras para atajar las lesiones estructurales, los problemas de estanqueidad y para consolidar y restaurar los valiosos revestimientos. La rehabilitación de la torre de la parroquia de San Bartolomé arrancará tras la Semana Santa y contará con un presupuesto, en su primera fase, de algo más de 200.000 euros. Para recaudar fondos que permitan acometer esta importante recuperación y que posibiliten acometer una segunda fase, se ha puesto en marcha la campaña SOS Torre de San Bartolomé con la que se pretende llamar la atención de la ciudadanía, las autoridades y las empresas e instituciones que deseen colaborar. La página web habilitada es www.sos-torredesanbartolome.org. La intervención en la torre ha sido presentada esta mañana por la arquitecta que ha redactado el proyecto, Lola Robador; el vicario parroquial del templo, Pablo Martínez; el catedrático de Historia del Arte, Vicente Lleó; y el publicista y creador de la campaña parroquial, Alfonso Callejas.

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía promovió la restauración integral de San Bartolomé en los años 90, pero la actuación quedó incompleta. Este proyecto constaba de tres fases. Las dos primeras, que incluían la cubierta del templo y su interior, pudieron completarse en el año 2000 con la reapertura del templo. La última fase que afectaba a las fachadas y a la torre no se pudo realizar por la crisis económica. En los últimos años, el deterioro de la ya maltrecha torre se ha hecho más evidente con desprendimientos y problemas estructurales graves, según se pudo constatar en un minucioso estudio realizado para conocer el estado real del edificio, y cuyas conclusiones llevaron a realizar una actuación de urgencia, cubriendo el óculo superior para evitar la entrada de agua, y a colocar lonas y mallas de seguridad para evitar desprendimientos a la vía pública.

Ante este riesgo evidente para la seguridad del propio edificio y de los viandantes, se constituyó en la parroquia la denominada Junta de reparación cuyo objetivo final es la recuperación integral del templo de San Bartolomé. La Archidiócesis encargó a Lola Robador el proyecto para la restauración.

La arquitecta ha explicado durante la presentación de los trabajos las afecciones principales que presenta la construcción: “Hay importantes lesiones estructurales, que se manifiestan en numerosas grietas y fisuras en toda la torre. Hay una total falta de estanqueidad por la entrada de agua hacia el interior a través de una abertura superior tras perderse el remate. Y hay una gran pérdida de revestimientos y falta de cohesión en los que se conservan que al igual los elementos decorativos presentan riesgo de desprendimiento. Además, las campanas precisan una urgente restauración, especialmente sus yugos y ejes”. Para preservar en lo posible la integridad y autenticidad de la torre se intervendrá en el origen de sus lesiones con el fin de eliminarlas, empezando por evitar la entrada de agua por la parte superior y reforzando estructuralmente las zonas más críticas. También se consolidará con los mejores materiales y las más adecuadas técnicas las fábricas y sus revestimientos.

Los trabajos se desarrollarán en dos fases. En la primera, que será que comience tras la Semana Santa y que tendrá un coste de 202.000 euros, será la encaminada a atajar los problemas más urgentes. Comprenderá las siguientes actuaciones: refuerzo estructural en el campanario, de las fábricas, en los encuentros de las zancas y fisuras de las escaleras, o en las fisuras en el interior de los muros de la torre. La consolidación de las fábricas, pretiles, antepechos, cornisas, balcones y frontones, además de otros elementos ornamentales. La restauración de los revestimientos con la recuperación de las policromías originales de la torre, con sus materiales y texturas, junto a los revestimientos interiores y pavimentos. La restauración de la cerámica vidriada, las carpinterías de madera y cerrajería, las campanas, yugos y ejes, la instalación de la iluminación, el alumbrado de emergencia, el sistema antipalomas y el pararrayos y la cubrición del campanario para garantizar la estanqueidad.

Respecto a los revestimientos, que será la parte más visible de la intervención, Robador destaca su enorme importancia: “Presentan una rica policromía con una infinidad de matices. Las fachadas poseen una rica decoración geométrica de esgrafiados y enmarcados en los huecos, con una paleta cromática, superposición de los colores característicos del barroco sevillano, con tonos almagras, ocres, tierras, calamochas, blancos, azules… que en distintos estratos se superponen con diferentes texturas y luminosidad. Por todo ello, San Bartolomé es sin duda uno de los templos neoclásicos más bellos de Sevilla”.

Además de estas actuaciones, que son las imprescindibles, el proyecto contempla una segunda fase de actuaciones que se podrían acometer en un futuro en función de la disponibilidad presupuestaria, que estarían encaminadas a un proporcionar un mayor refuerzos estructural, la mecanización de las campanas, la mejora de las instalaciones y la recuperación de la cúpula que coronaba el campanario hasta mediados del siglo pasado. “Esperamos recuperar esta singular torre con todo su carácter simbólico, sus valores estéticos, constructivos, sus materiales y su riqueza cromática. Se pretende que esta restauración tan necesaria haga que este conjunto se proteja eficazmente salvaguardando su durabilidad, junto con un adecuado mantenimiento, revisándolo periódicamente para garantizar su perdurabilidad”. Estas obras tendrían un coste añadido de 118.754 euros.

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, Vicente Lleó, ha explicado durante la rueda de prensa la importancia histórica y patrimonial de la iglesia de San Bartolomé: “Podríamos decir que su estilo se enmarca en el clasicismo barroco o un barroco clasicista. Se encuentra a medio camino entre el neoclasicismo y la tradición barroca”. Lleó reveló que los primeros trazos del templo corresponden a Antonio Matías de Figueroa, “el último miembro de la dinastía”, aunquela construcción la llevaría a cabo José Echamorro, “a quien corresponden los alzados”.

Por su parte, el vicario parroquial, Pablo Martínez, ha resaltado la importante vida que alberga la parroquia: “Es la iglesia que más hora está abierta de toda la Archidiócesis. Doce horas al día”.

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