Cuando la bata del estudiante cotiza
Absueltos un recepcionista y un cliente de un cámping de abusar de un menor
La Audiencia de Sevilla subraya lo "rocambolesco" de la denuncia, ya que ésta provenía de un cliente que discutió con el recepcionista y acusó a éste de instigar al otro a mantener relaciones con el chico.
La Audiencia de Sevilla ha absuelto a dos hombres acusados de abusar sexualmente del hijo de la dueña de un cámping por lo "rocambolesco" de la denuncia, que partió de un cliente que se había ido del establecimiento sin pagar.
La sentencia de la Audiencia, no considera probado que el recepcionista del cámping hiciese tocamientos a menores de edad ni que hubiese puesto en contacto al hijo de la dueña con un hombre de 58 años, quien supuestamente hizo al chico una felación a cambio de 10 euros.
Los jueces absuelven a los dos adultos, para quienes el fiscal pidió hasta cuatro años y medio de cárcel, por lo "rocambolesco, confuso y turbio" de la situación, pues la denuncia partió de un cliente que se había peleado con el recepcionista, tras irse del cámping sin pagar porque le habían robado.
La madre del menor y dueña del establecimiento, situado en un pueblo de la provincia de Sevilla, interrogó a su hijo -cuya edad no precisa la sentencia- y denunció los hechos a la Policía Nacional el 17 de junio de 2007.
Personada como acusación particular, pidió para los dos procesados la misma condena de cárcel que el fiscal por delitos de provocación sexual y abuso de menores y una indemnización de 24.000 euros por el daño moral causado.
La sentencia, sin embargo, considera que "no se ha practicado una mínima prueba de cargo acreditativa de los hechos", debido a la "evidente enemistad" del denunciante con el recepcionista y por las circunstancias del menor de edad que corroboró los delitos.
Este chico, de proceso educativo "dificultoso, problemático y convulsivo", estudiaba en un colegio interno del que había sido expulsado alguna vez, él mismo reconoció que fumaba porros y un testigo declaró en el juicio que le había visto fumando, tomando cervezas y repartiendo entre los clientes revistas y calendarios pornográficos.
Los jueces consideran que la situación de la denuncia era "rocambolesca, confusa, turbia, revoltosa y alterada" y en estas circunstancias no se puede culpar a los dos adultos de la corrupción del menor.
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