Altadis, Ikea y la Gavidia en el calendario de 2013
El alcalde de Sevilla está convencido de que 2013 será mucho mejor para la ciudad. Juan Ignacio Zoido mira estos días con optimismo el año que se inicia mañana porque defiende que lo que viene será mejor para Sevilla, que parece haber tocado fondo en los últimos meses.
Pero, en vista a los presupuestos municipales que ya se conocen, los planes municipales se reducen a continuar con lo mismo que se ha hecho hasta ahora: mejorar los servicios públicos, la imagen de la ciudad, fuera y dentro, e intentar desbloquear algunos de los grandes proyectos que están en el cajón. Esto es, por orden: seguir trabajando la micropolítica y conseguir una solución para Ikea, vender la Gavidia y cerrar un acuerdo para poner en marcha una nueva inicitiva en Altadis, con la que se cumpliría la promesa de abrir la ciudad al río.
A excepción de los planes para la fábrica de tabacos, los otros dos proyectos son retos fallidos en el año que acaba y que, en gran parte, dependen de la voluntad política de la Junta de Andalucía. Y también, de la capacidad del Ayuntamiento de Sevilla de pactar soluciones.
El equipo de Zoido mantiene que hay varios inversores privados interesados en la Gavidia -también los había en el pabellón multiusos para el Mundobásket y ya se ha descartado la idea- y no entiende que el segundo centro de Ikea esté bloqueado por un litigio con una vía pecuaria. No es lo mismo que piensa la oposición, que ya reveló cómo el gobierno de Zoido dejó morir otro proyecto que hubiera generado empleo en la Cartuja, la instalación de un nuevo Decathlon.
Dado que estas cuestiones pueden enconarse de nuevo y pasar un nuevo año en blanco, el Ayuntamiento baraja otros planes que sí podrían ser una realidad en breve, como es el caso del centro multidisciplinar que se pretende levantar en el antiguo Mercado de la Carne. Al gobierno de Zoido le interesa mucho activar este proyecto porque transformaría considerablemente la fisonomía de una zona clave para el turismo en la ciudad. Y también ayudaría a atraer a nuevos inversores hacia edificios del entorno, como la Fábrica de Artillería, en la que ya hay algún boceto.
Otra oportunidad estaría en los bajos del Marqués de Contadero, pero su desbloqueo depende de la Junta, que participa en el Consorcio de Turismo.
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