Altar del Corpus en el Mercantil
Literatura infantil. Pilar de la Peña presentó el libro 'Una mañana de Corpus', ocho cuentos para niños inspirados en la festividad que se celebra el próximo jueves
UN altar del Corpus formado por una docena de niños. Era el panorama que se divisaba desde la mesa del salón de actos del Círculo Mercantil e Industrial. Los niños son el público más difícil; no sólo en las películas, como decía Hitchcock. Pero su comportamiento fue exquisito. Una infantería infantil que representaba a los destinatarios del libro de Pilar de la Peña Una mañana de Corpus, que ha subtitulado Cuentos para niños que aman Sevilla.
El libro es una especie de milagro, como si dijéramos el capítulo inédito de los relatos que aparecen en sus páginas. El marido de Pilar es comerciante en el Pumarejo y un día, en la cola del banco, coincidió con José Antonio Colinet, editor de Kronos. Le habló del proyecto de su mujer y no hicieron falta más presentaciones. Pilar se presentó un día en el colegio de la Sagrada Familia de la calle Fresas. Habló con Mercedes Vaquero, profesora de Latín, y le preguntó si sabía de alguien que pudiera ilustrar sus historias. Así fue como se incorporó al proyecto Gloria Cámara, profesora de Educación Especial de dicho centro.
"Hay muchas personas que olvidan, cuando crecen, lo mucho que les costó aprender a leer". En la presentación del libro, que le correspondió a este cronista, recordé estas palabras de John Steinbeck, premio Nobel de Literatura, en la introducción de su novela Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros".
En la portada, el rey San Fernando, uno de los grandes protagonistas del Corpus, navega sobre una barquita parlante y sonriente. Un guiño a Salgari y Cunqueiro, que en sus crónicas del sochantre profetizó una de las dedicaciones de Joaquín de la Peña, hermano de la autora, pregonero de las Glorias y en tiempos secretario del Consejo de Hermandades y Cofradías.
El prólogo del libro es de Luis Rueda, prefecto de Liturgia de la Catedral de Sevilla. Cita a Herman Hesse cuando decía que el arte era "encontrar a Dios dentro de cada cosa". Una relectura de la belleza, la gran belleza utilizando el título de la premiada película de Paolo Sorrentino, en la que este canónigo incluye sendas definiciones de belleza de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. El primero dice que "la belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente". El segundo, Papa emérito, dice que la belleza "nos lleva más allá de sí misma, nos asoma al abismo de lo infinito". Un Papa polaco y otro alemán. Por primera vez en muchos siglos la barca de la iglesia, por volver a la portada del libro, era llevada por timoneles no italianos. No hay dos sin tres y apostaron por el argentino Bergoglio, el papa Francisco.
Como buen lector de Borges, no necesita de teóricos de la belleza. Redacté las notas de la presentación después del bochorno de la Roja frente a la Naranja Mecánica. Abrí al azar el libro Páginas Escogidas de Jorge Luis Borges y encontré esta joya: "Nadie rebaje a lágrima o reproche / esta declaración de la maestría / de Dios, que con magnífica ironía / me dio a la vez los libros y la noche".
Una mañana de Corpus se compone de ocho cuentos protagonizados por Santa Ángela de la Cruz, Santas Justa y Rufina, San Fernando, los santos Isidoro y Leandro, el Niño Jesús del Sagrario, la Inmaculada de Murillo, la Custodia Chica y la Gran Custodia. Pilar empezó contándoselos a su madre y pensó para escribirlos en Pilar y Teresa, sus hijas. Por la mañana en el Mercantil, acompañada de su bibliotecario, Francisco Cárcamo. Por la tarde, en la iglesia de Ómnium Sanctórum, donde Pilar fue hermana mayor de Todos los Santos.
Mal asunto dejar la fe sólo a los tristes, a los que leyeron del revés a Unamuno o no supieron entender a Teresa de Jesús, la santa de Ávila. Al Señor le gustan abulenses, pero no abúlicos. Dejemos de aburrir a las ovejas con sermones trasnochados que sólo conmueven a los lobos. Se acerca el histórico día 19, jornada de Corpus y de nuevo rey de España. El único día del año en el que un refrán se convierte en axioma teológico: a quien madruga, Dios le ayuda.
No se pierdan el Jumanji dentro de la catedral que protagonizan un seise y un carráncano o el tránsito de Curro a don Currito en el diario de un cura casi rural escoltado por un cocodrilo que hizo el trasvase del Nilo al Guadalquivir.
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