Sevilla

El Bretón sevillano sólo recuerda una luz fuerte y un bote de pastillas

  • Un tribunal alemán juzga desde el 25 de octubre a Sergio Oliva, el ingeniero sevillano acusado de matar a sus dos hijos.

  • El informe forense desvela que los niños fueron golpeados en la cabeza y apuñalados en el corazón.

Yulia Lantukh y Sergio Oliva, con uno de sus hijos.

Yulia Lantukh y Sergio Oliva, con uno de sus hijos. / M.G.

Juan Sergio Oliva Gómez, el ingeniero sevillano de 40 años acusado de matar a sus dos hijos en Alemania, dijo ante el tribunal que lo juzga que no recuerda nada del crimen. En la primera jornada del juicio por el doble asesinato, que se celebró el pasado 25 de octubre en el tribunal del distrito de Heilbronn, Oliva manifestó que sólo conserva dos recuerdos de aquel día: una luz muy brillante que le enfocaba la cara, y que probablemente procediera de una linterna, y un bote abierto de pastillas.

El presunto parricida había consumido antidepresivos, si bien se desconoce si lo hizo antes o después de que presuntamente acabara con la vida de sus hijos. Oliva continúa sin confesar el doble crimen de sus hijos, Miguel Ángel y Leonardo, de 5 y 4 años de edad, ocurrido el 18 de febrero en un pequeño pueblo del estado de Baden-Wurtemberg llamado Aurich.

El acusado prestó declaración ante el tribunal que lo juzga, si bien no entró en detalles sobre los crímenes y centró su declaración en sus habilidades profesionales. Es ingeniero de telecomunicaciones y ha escrito un libro sobre el enfoque de esta disciplina en la biomedicina. También tiene estudios de enfermería. En su declaración expuso que en mayo debería haber comenzado un trabajo como ingeniero en una compañía alemana, pero que no pudo hacerlo por encontrarse internado en un hospital psiquiátrico. También recordó que en el año 2014 estuvo trabajando en una residencia de ancianos en Alemania. Antes de emigrar participó en departamentos de investigación de la Universidad de Sevilla.

Pese a toda esta información sobre su currículum, Oliva pasó de puntillas sobre la muerte de sus hijos, asegurando que apenas recuerda nada del día del crimen y que se encontraba aturdido. A su abogado le aseguró que se sentía como un zombi y que tomaba pastillas para dormir desde octubre de 2016. Ésta ha sido la primera declaración de Sergio Oliva tras el doble crimen, ya que se negó a declarar después de su detención.

Durante el juicio se hizo público el informe forense, que confirmó que los niños habían sido golpeados con una piedra o ladrillo en la cabeza y luego apuñalados en el corazón. En la vista se mostraron fotos de los cadáveres de los pequeños, que no dejaron ver a la madre, Yulia Lantukh, de nacionalidad rusa y de 34 años, que también declaró como testigo en la primera sesión del juicio.

Está previsto que el proceso continúe el próximo día 7 de noviembre y que siga con la declaración de Yulia, que quedó inconclusa al tener que interrumpirse la primera sesión por enfermedad de su abogado. Ese mismo día se escucharán en la sala las llamadas de emergencia que recibió la Policía. Hay fijadas hasta diez sesiones, por las que pasarán más de una treintena de testigos, entre ellos familiares del acusado que se desplazarán desde España para prestar declaración. La familia de Sergio Oliva sigue viviendo en el barrio de San Jerónimo. El veredicto podría emitirse el 12 de diciembre. Varios medios locales alemanes apuntaron que la Fiscalía considera que el acusado tenía restringida su "capacidad de control" debido a un posible trastorno psiquiátrico. El Ministerio Público apunta a que Oliva mató a los niños "bajo la influencia de una depresión severa y una sobredosis de antidepresivos".

El juicio se prolongará en varias sesiones hasta el próximo 12 de diciembre

Los hechos ocurrieron la noche del 18 de febrero en la casa en la que vivía Sergio Oliva, que se había quedado ese fin de semana al cuidado de los niños. Había ido a recogerlos a la escuela, cosa que nunca hacía, para llevarlos a su casa. Su ex pareja, Yulia Lantukh, se presentó en la vivienda un día antes de lo previsto alertada por la actitud de Oliva, que no respondía a sus llamadas. La mujer aseguró en el juicio que vio un reguero de sangre en el domicilio pero que en un primer momento creyó que eran gotas de una vela de cera roja. Luego vio a uno de sus hijos como si estuviera dormido y que nunca pensó que estuvieran muertos, hasta que no se lo comunicó un médico de los que asistió a la vivienda. En ese momento tuvo que ser sedada y ya no recuerda nada más.

La pareja se había conocido en Sevilla en el año 2009 y la relación fue muy tensa desde el principio. Los niños, Miguel Ángel y Leonardo, nacieron en la capital andaluza. En 2014, Sergio Oliva se marchó a Alemania y a los tres meses pidió a Yulia que fuera con él. El primer año en este país estuvo marcado por la tensión en la pareja, ya que Yulia encontró trabajo pronto y era Sergio quien tenía que quedarse al cargo de los niños, que no siempre estuvieron bien atendidos. Después compraron la casa de Aurich, a 25 kilómetros de Stuttgart, en la que se cometieron los crímenes. A finales del año pasado la pareja se separó y Sergio Oliva amenazó a su mujer con hacerle lo mismo que hizo José Bretón, matar a sus hijos. En el tiempo que ha transcurrido desde la muerte de sus hijos, Yulia Lantukh ha contactado con Ruth Ortiz, la ex mujer de Bretón. Estas charlas le han sido de mucha ayuda.

Oliva, con uno de sus hijos en brazos. Oliva, con uno de sus hijos en brazos.

Oliva, con uno de sus hijos en brazos.

La joven rusa se encuentra en Alemania ayudada por su madre y visita con frecuencia el cementerio en el que se encuentran depositadas las cenizas de sus hijos. En ellas planta cada tres meses flores para que crezcan sobre la tierra que guarda los restos de los pequeños, en la que puede apreciarse una fotografía de ellos. También ha podido incorporarse al trabajo, que le ayuda a pasar estos momentos de dolor. Trabaja en unos almacenes de bricolaje y en ello ocupa buena parte del día. Yulia lamenta el desinterés de la familia de Sergio Oliva hacia ella y los niños y explica que no ha recibido ni una palabra amable por parte de los padres y la hermana del presunto asesino, ni tampoco la intención de visitar el lugar en el que reposan los restos de Miguel Ángel y Leonardo. La madre y la hermana del ingeniero testificaron en septiembre en el juzgado de Instrucción 15 de Sevilla, a petición de la Fiscalía alemana, y negaron que Oliva hubiera amenazado a su ex mujer con matar a sus hijos.

La comunidad rusa de Sevilla, en la que Yulia Lantukh conserva numerosos amigos, se está movilizando para hacerle llegar todos los apoyos posibles. Una tienda rusa está recogiendo firmas y en las redes sociales hay una fuerte movilización para dar ánimos a la joven rusa en estos momentos y para que Sergio Oliva sea condenado a la máxima pena posible. En Alemania existe la cadena perpetua.

Se han destacado especialmente varias blogueras, que han conseguido que haya personas famosas que se pronuncien en favor de Yulia. Una de ellas es el DJ holandés Armin van Buuren, uno de los más importantes del mundo, que ha manifestado su intención de asistir a una sesión del juicio. Además, los amigos de Yulia están elaborando varias cartas para remitirlas al tribunal.

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