El apartado de la encuesta sobre las instituciones más valoradas por los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide arroja resultados muy interesantes sobre cómo ha cambiado la mentalidad de la juventud española en las últimas décadas. La institución más valorada es la Unión Europea (6,09), lo cual, según el catedrático y director del Euskobarómetro, Francisco Llera, se debe a que estas generaciones "ya se consideran ciudadanos europeos, algo que antes no ocurría". En el horizonte de esta preferencia también se puede rastrear el descontento con la clase política española, que cierra la lista con un 3,7 junto a la Iglesia (3,26).

Después de la UE, la institución más valorada es el Tribunal Constitucional (5,97), algo que no deja de ser sorprendente en unos momentos en el que este organismo está continuamente en el cadalso mediático debido a su tardanza en decidir sobre la constitucionalidad del nuevo estatuto de autonomía de Cataluña. Sin embargo, el dato es coherente con el masivo apoyo a la Constitución española que muestran los estudiantes de la Olavide.

También llamativo es que la tercera institución más valorada son las Fuerzas Armadas (5,64), lo que concuerda con la opinión de algunos analistas de que el Ejército ha sido una de las instituciones españolas que mejor se ha adaptado a la modernidad democrática. Además, al menos en la Olavide, se acaba con la pretendida identificación de juventud y antimilitarismo. Según Llera, en esta valoración pesan mucho las nuevas funciones militares de intervención en desastres y en zonas en pacificación.

Por su parte, el Rey es la cuarta institución (5,59), seguido de la Policía y Guardia Civil (5,55), el Congreso de los Diputados (5,29), la OTAN (5,12) y el Senado (5,05).

Ya en el campo de los suspendidos figuran instituciones como el Parlamento andaluz, la Justicia, los gobiernos español y autonómico, los sindicatos y las organizaciones empresariales.

Comentario aparte merece la valoración de la Iglesia, que cierra la lista con un 3,26. Para Llera, esto demuestra el alto grado de laicismo de los estudiantes de la UPO y su amplio espíritu de tolerancia, que no ha comprendido posturas de la Iglesia como su "oposición al matrimonio entre homosexuales".