"En la Catedral están los libros de Colón, mucho más importantes que sus restos"
Pablo Emilio Pérez-Mallaína · Los invisibles
De América venía a Sevilla el oro y a América viajaban los pobres. Ese trasiego humano lo estudió este americanista, historiador de cabecera en el pabellón de la Navegación.
Una profesora de Minnesota tradujo al inglés su libro Los héroes del Océano. Pablo E. Pérez-Mallaína (Sevilla, 1952), vuelve veinte años después a ser asesor histórico en el Pabellón de la Navegación donde lo fue en la Expo.
-¿Cómo entra el mar en su vida?
-Vengo de gentes del norte. Mi abuelo materno había sido marino, en la guerra le requisaron el barco y se vino a Sevilla, la primera América, para montar una tienda de ultramarinos y la fábrica de anís La Montañesa. Lo recuerdo con ocho años contándome un naufragio en el mar de China o enseñándome una moneda de oro de la revolución mexicana.
-¿Quién le despertó la vocación?
-Mi padre era un lector avidísimo con una biblioteca impresionante. Para hablarle a mis alumnos de América Prehispánica de los sacrificios humanos de los aztecas, tengo en mis manos la Crónica de Bernal Díaz del Castillo, un libro de mi padre fechado en 1957.
-¿Quiénes fueron sus maestros?
-Tengo el orgullo de ocupar el despacho de Francisco Morales Padrón. Cuando iba a jubilarse, me dio simbólicamente la llave. Supongo que cuando me jubile lo haré con alguno de mis alumnos.
-¿Los habrá?
-Cada vez se enseña menos Historia de América. Dejó de ser especialidad y se ha reducido un año. En los años cincuenta, con el pretexto del Imperio hacia Dios, estaban mucho mejor. Las tecnologías dan una rentabilidad rápida y cercana, pero a largo plazo pueden volverse contra nosotros, como en 2001, Odisea en el espacio. Las Humanidades dulcifican esas aristas tan peligrosas de violencia que hay en el ser humano.
-¿Europa le ha restado protagonismo a América?
-Dos universidades europeas, las de Colonia y Toulouse, están interesadas en hacer conjuntamente con la de Sevilla un grado de Historia de América que tendría como idioma oficial el español. Ya quisieran eso muchas disciplinas de las llamadas científicas.
-Compartimos con Toulouse los aviones... y los barcos.
-El sur de Francia no es París. Yo he dado conferencias en una institución de Toulouse que está en la avenida Antonio Machado.
-¿Qué huellas americanas hay en Sevilla?
-Están las evidentes y de bulto, como el Archivo de Indias. Y otras menos conocidas, como los libros que usó Colón para sus viajes con sus anotaciones al margen. Una joya bibliográfica que catalogó su hijo pequeño, Hernando Colón, y que están en la Biblioteca Colombina de la Catedral, en un lateral del patio de los Naranjos. ¡Lo que daría cualquier Universidad norteamericana por tenerlos!
-No se sabe si están los restos, pero los libros sí están...
-Los libros son más importantes que los restos, son cuatro huesos.
-¿Qué otros misterios hay?
-La calle donde vivió Hernán Cortés, que murió en Castilleja.
-¿Por qué no murió en Otumba?
-Ésa era la intención de los aztecas. Murió viejo y pleiteando por recuperar el gobierno de México.
-¿Quiénes iban a América?
-Fundamentalmente, los pobres. Sevilla era muy rica, pero el barrio del Arenal estaba lleno de niños pobres perdidos. A unos se los llevan secuestrados, a otros los dueños de los barcos los prohijaban y les enseñaban el oficio.
-¿Ha sido navegante?
-Participé en la réplica del primer viaje de Colón con Miguel de la Quadra Salcedo. Di un curso de Historia de América en la discoteca del barco, y en La Habana nos recibió Fidel Castro.
-¿Coincidió con Vázquez Consuegra en el pabellón de la Navegación?
-Fui guionista y asesor histórico. Mi relación fue con el arquitecto catalán que intervino en los contenidos del pabellón.
-¿Qué historias va a contar?
-Saldrán del Archivo de Indias, una fuente más poderosa que las ficciones. Historias entretenidas y rigurosas. De naufragios, de éxitos y fracasos. Historias de pícaros, de frailes, de piratas, de menestrales, de supervivientes.
-¿Algún éxito para los anales?
-El de Francisco de Luján, un almirante que en San Juan de Ulúa, junto al puerto de Veracruz, derrotó a los dos piratas más famosos del mundo, Francis Drake y John Hawkins. Un hombre muy desconocido, porque nosotros desconocemos nuestros éxitos.
-Una historia marítima poco conocida...
-Por qué los chinos no nos descubrieron a los occidentales en 1433. Tenían más barcos, más grandes, inventaron la brújula, llegaron a la costa oriental de África y en Zanzíbar se retiraron.
-¿Lo dejaron para el siglo XXI?
-Los chinos han vuelto, como todo el mundo sabe. En aquella expedición africana cogieron jirafas, un animal tan mágico como el unicornio. El emperador Yong Li, de la dinastía Ming, mandó dibujarlas y reproducirlas, porque simbolizaban el buen gobierno.
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