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Sevilla

Coronavirus: El Hospital Macarena lidera un estudio sobre el impacto de la pandemia en la atención del ictus

Varias personas y sanitarios coinciden en la puerta principal del Hospital Virgen Macarena.

Varias personas y sanitarios coinciden en la puerta principal del Hospital Virgen Macarena. / Juan Carlos Vázquez

Un estudio liderado desde el Hospital Virgen Macarena y publicado en la prestigiosa revista Stroke, con el título Break in the stroke chain of survival due to Covid-19, analiza en qué medida la pandemia sanitaria afecta la atención del ictus agudo.

En un comunicado, el centro señala que las medidas de emergencia para tratar a los pacientes con coronavirus y contener el brote han sido la principal prioridad de los hospitales del mundo durante estos meses, "sin embargo, es probable que la pandemia provoque daños colaterales entre pacientes con otras enfermedades agudas".

En este sentido, durante el confinamiento la actividad de las unidades de ictus disminuyó bruscamente, con una reducción del 25% en los casos ingresados. Las consultas al Centro Andaluz de Tele-ictus (CATI) disminuyeron de 25 cada 15 días antes del brote a siete después del brote y la cantidad de códigos ictus activados a través del 061 también descendió y cayó el número de estos códigos ictus enviados a los hospitales, del 78 al 57%. Además, el tiempo de llegada desde el inicio de los síntomas hasta las unidades de ictus se retrasó más de 30 minutos.

En este contexto, el doctor Joan Montaner, jefe de servicio de Neurología del Macarena y director del Plan Andaluz del Ictus, ha dirigido el estudio en el que han participado las unidades de Ictus del Hospital Macarena y del Hospital Virgen del Rocío, los centros del CATI de Sevilla-Huelva y el centro de referencia de Neuro-radiología intervencionista del Virgen del Rocío. Estos equipos proponen soluciones para mejorar la atención al ictus durante periodos en que el Covid-19 pueda volver a afectar a los sistemas sanitarios o el de otros países que aún están luchando contra la pandemia.

"Es posible que el miedo al contagio por el coronavirus haya hecho que los pacientes con ictus tarden en buscar ayuda y que la atención al ictus se demore. Este hecho que se estaba observando de manera informal por neurólogos de muchos países del mundo que han sufrido la pandemia, es por primera vez analizado y reportado por estos hospitales andaluces", cuenta Joan Montaner.

En esta línea, el SAS y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) han iniciado campañas de concienciación de la importancia de actuar rápidamente ante cualquier sospecha de síntomas de ictus.

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