Coronavirus: la odisea de los sevillanos atrapados en el extranjero

Una sevillana pide ayuda al Gobierno español tras quedar "encerrada" en Polonia por el cierre de fronteras y haber tenido que invertir más de 500 euros para regresar en un vuelo no comercial de una compañía polaca

Un grupo de erasmus de la UPO resiste en la región italiana de Macerata tras no encontrar la vía para volver

La sevillana Marta Salas posa junto a las otras cuatro andaluzas durante su primer día en Łódź.
La sevillana Marta Salas posa junto a las otras cuatro andaluzas durante su primer día en Łódź. / M. G.

Todo apuntaba a un plan inmejorable. ¿Qué podía fallar?. Cinco amigas, un reencuentro y un viaje de recuerdo durante una semana a la Polonia que hace un año las recibió con una beca erasmus que las uniría para siempre, sin llegar a imaginar que en cuestión de horas ese bonito encuentro se tornaría en incertidumbres, miedos y desesperación por el avance mundial de coronavirus.

Marta Salas es una sevillana de 22 años a la que el pasado jueves 12 de marzo le sorprendió en la ciudad polaca de Łódź, muy cerca de Varsovia, el cierre de la frontera de Polonia para evitar la propagación del coronavirus. Junto a otras cuatro estudiantes almerienses, Marta despegó del aeropuerto de Sevilla el martes 10 de marzo con la única intención de pasarlo bien en el que habían planeado como su viaje de fin de curso, adaptado a sus recursos económicos, y con el que recordarían el lugar en el que se conocieron. El día del viaje, en España la expansión del coronavirus ya era un hecho, aunque los afectados en el país apenas sumaban 1.600 personas y los fallecidos, una treintena. En Polonía, hasta la fecha, no había contagios. Aún así, Marta Salas y sus amigas preguntaron en la embajada española en Polonia si podrían tener algún problema durante sus estancia y la respuesta, asegura la joven fue rotunda, "no hay ningún problema".

"Antes de viajar preguntamos a la embajada española por la situación en Polonia y nos dijeron que no tendríamos ningún problema en volver"

Así emprendieron su viaje estas cinco universitarias que, cinco días después, y con la frontera polaca cerrada por la crisis mundial del Covid-19 se encontraron "encerradas" a más de 3.200 kilómetros de sus casas. "Emprendimos el viaje porque, hace sólo una semana, la situación del coronavirus nos cogía de lejos y creíamos que no íbamos a tener problemas tal y como nos dijeron al llamar a la embajada, pero poco a poco la situación fue empeorando y aún así nos seguían diciendo que podríamos volver tranquilamente el martes 17 en nuestro vuelo como teníamos programado. De repente, Polonia cerró el jueves fronteras y ya la embajada dice que no nos ayuda, que no nos va a ofrecer recursos, y ya no tenemos mucho dinero", relataba desesperada Marta Salas desde la ciudad de Łódz.

Las jóvenes denuncian haberse encontrado "totalmente desprotegidas" por las instituciones españolas durante su estancia en el país polaco. Aseguran haber vivido una semana "encerradas y asustadas" y en "condiciones lamentables" a fin de poder aprovechar más los recursos económicos con los que disponen ante el miedo de saber cúando iban a poder salir de allí. "Los últimos días los hemos pasado en un apartahotel muy antiguo, que parecía que se iba a caer a pedazos, porque es lo único que podíamos pagarnos", explica la joven que subraya que durante su viaje han estado "sobreviviendo".

"Hemos pasado mucho miedo, sobre todo, de contagiarnos en un país en el que estábamos solas. Somos muy jóvenes y no sabíamos qué hacer", afirma Salas, que hace un llamamiento al Gobierno de España después de que finalmente hayan tenido que aceptar para volver las únicas soluciones que les dieron desde el Gobierno polaco.

Las cinco universitarias han llegado este martes a Sevilla después de aceptar coger un vuelo no comercial a través de una aerolínea polaca por más de 450 euros por billete. "Nos ha costado volver más que el viaje entero, pero es la única solución que se nos ha dado. Había muchísima gente allí igual que nosotras", dice la joven. La otra opción para abandonar el país era hacerlo por vía terrestre, pero lo descartaron ante el temor de quedar atrapadas en la frontera de otro país que también tienen tienen cerradas sus entradas y salidas.

Marta Salas explica que desde España, y Sevilla en concreto, la Universidad Pablo de Olavide, en la que estudia el doble grado en Derecho y Relaciones Laborales y Recursos Humanos, sí les ha ofrecido ayuda y contactos de erasmus en el país, así como asistencia telefónica o por mail continua. Al mismo tiempo, para intentar que se les escuchara, las jóvenes crearon un grupo en Instagram llamado #yomequedoenPolonia en el que han narrado el día a día de su viaje.

El sevillano Alfonso de Medina López junto al resto de eramus españoles en la región italiana de Macerata.
El sevillano Alfonso de Medina López junto al resto de eramus españoles en la región italiana de Macerata. / M. G.

No son las únicas que se han quedado atrapadas en el extranjero con el cierre unilateral de fronteras europeas para frenar la propagación del coronavirus. Alfonso de Medina López es un sevillano que estudia Derecho y Ciencias Políticas en la Olavide y que se encuentra "atrapado" en la región italiana de Macerata junto a cuatro sevillanos más y un total de 35 alumnos erasmus españoles. Los jóvenes denuncian sentirse "desamparados" por las instituciones y tras numerosos intentos fallidos por salir del país, a través de vuelos con escalas en distintos países que les han ido cancelado, han desistido y finalmente permanecerán en Italia, donde afirman, han retomado las clases on line. "Estamos ya cansados de buscar soluciones y que todas tengan una traba, damos por hecho de que nos tendremos que quedar aquí y hemos vuelto a retomar nuestra vida", afirma el joven.

Con mejor final terminó la aventura académica de Ángela Sanz, también en Italia. Esta estudiante de quinto curso del Grado de Arquitectura en la Universidad de Sevilla pudo finalmente regresar a casa. Sus padres lo intentaron todo para sacar a su hija de la región de Campana, al sur del país, y tras algunas anulaciones de vuelo vía Madrid o Málaga, la joven pudo finalmente coger un avión hasta Toulouse el pasado miércoles 11 de marzo donde hizo noche y al día siguiente viajó a Sevilla.

Esta ruta la habrían hecho también otros de los siete jóvenes que se encontraban en la misma situación en la región y que también han podido regresar ya a casa mientras otros optaron por quedarse ante las complicaciones surgidas. "Gracias a Dios estamos todos juntos y muy felices, estamos confinados como el resto de españoles, pero con nuestra niña", afirma el padre de la joven, José Sanz.

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