EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
Los Obispos del Sur acaban de nombrarlo presidente de Cáritas Andalucía. La salida del Ayuntamiento de Mariano Pérez de Ayala (Sevilla, 1956) provocó una crisis entre socialistas y andalucistas. Su abuelo fue alcalde.
-¿Recuerda a su abuelo?
-Mariano Pérez de Ayala, el padre de mi padre, fue alcalde entre 1959 y 1964. Le tocó la riada del Tamarguillo. Yo tenía ocho años cuando dejó la Alcaldía. Está enterrado en el panteón familiar con otro alcalde, García de Vinuesa, tío-abuelo de mi abuela paterna.
-¿Dónde se despierta la vocación política del nieto?
-En Granada. Allí me voy a estudiar Filosofía y empiezo a trabajar de abogado en el despacho de Luis Angulo. Entro en política a través de la asociación Andalucía Abierta y en 1990 consigo escaño al Parlamento andaluz. El único que ha conseguido el partido en Granada. Me tocó el traslado de San Hermenegildo a las Cinco Llagas.
-¿Por qué vuelve a Sevilla?
-En 1993 me eligen secretario de organización del partido.
-Fue concejal con dos alcaldes, ninguno de su partido...
-Con Soledad Becerril llevaba el distrito Macarena y sustituí a Pepe Núñez en Urbanismo. En el 99 fui de número dos.
-¿Cuando más cerca estuvo de su abuelo alcalde?
-Alguna vez fui alcalde accidental y presidí más de un Pleno.
-¿Por qué deja el Consistorio?
-Por la solución que intentó darle el alcalde al caso del Bazar España contra la opinión de mi grupo. Decidí no continuar porque lo entendí como una falta de lealtad con el grupo andalucista y conmigo.
-¿Cuál fue la raíz del problema?
-Alfredo Sánchez Monteseirín estaba negociando a espaldas una solución que se demostró inviable; intentó responsabilizar a la Gerencia de Urbanismo de lo que había sido un accidente y lo hizo a espaldas del grupo andalucista.
-¿Deja también la política?
-Ocupé cargos orgánicos en mi partido y soy delegado provincial de Turismo y Deporte en el Gobierno del pacto PSOE-PA, con José Hurtado de consejero.
-Como usted, otro político con inquietudes religiosas...
-En esa época muchas vocaciones políticas habían surgido de grupos de comunidades cristianas.
-Hasta Felipe González...
-Y muchísima gente. Los grupos cristianos eran un caldo de cultivo para este tipo de compromisos.
-¿El único andalucismo ya es el de los Obispos del Sur que le nombran al frente de Cáritas?
-Lo forman dos provincias eclesiásticas, Sevilla y Granada, aunque suelen reunirse en Córdoba.
-¿La presidencia de Cáritas es un observatorio más fidedigno que el despacho de un político?
-Más que el despacho, lo que aísla a los políticos es el ambiente político, a veces muy endógeno, muy cerrado en sí mismo.
-¿La crisis vino para quedarse?
-Han mejorado las magnitudes macroeconómicas respecto a los años 11, 12 y 13, pero la crisis ha supuesto un empeoramiento de las condiciones de vida de grandes capas de la población. Ha puesto en cuestión todo el modelo económico y social.
-¿Con signos lacerantes?
-El desempleo juvenil y los parados mayores de 45 años. Abrimos un centro de Empleo y pasa muchísima gente, algunos con buena preparación profesional. Eso me produce mucha angustia.
-¿Cambió los militantes por los voluntarios?
-Son 10.000 en Andalucía y 2.800 en Sevilla. Yo creo que es la organización con mayor número de voluntarios. Gente que va una tarde a la semana a la parroquia o la que está comprometida en centros de personas sin hogar o trabajando con inmigrantes. Gente que dedica tiempo, preparación y medios económicos.
-Eso nunca abre un telediario.
-A mí me estimula, ves que en la sociedad todavía hay una fibra ética. Si faltara eso, probablemente seríamos una sociedad más pobre en el sentido humano.
-Si su abuelo levantara la cabeza...
-Él también tenía convicciones religiosas muy profundas. Tuvo mucha relación con el cardenal Herrera Oria y trabajó en el Patronato de Vivienda con Bueno Monreal. Yo le he dedicado más años a la política. Él estuvo cinco años de alcalde y yo he estado en política veinte años. Tenían otras ocupaciones. Mi abuelo tuvo diez hijos y mi padre nueve.
-¿Vuelve a Granada?
-Siempre que puedo. En Sevilla estudié Derecho, con el claustro más brillante que había en toda España, y en Granada estudié Filosofía. Es mi segunda ciudad.
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