Derecho y Trabajo culminarán su traslado a Pirotecnia a final de año

El nuevo espacio universitario estará a pleno rendimiento después de las vacaciones de Navidad · El campus jurídico-económico de Ramón y Cajal albergará, cuando esté completado, a 20.000 alumnos

Una imagen del patio central del Edificio Principal, la zona más antigua del conjunto.
Una imagen del patio central del Edificio Principal, la zona más antigua del conjunto.
Luis Sánchez-Moliní

06 de agosto 2008 - 05:03

Las facultades de Derecho y Ciencias del Trabajo estará plenamente instaladas en sus nuevas instalaciones de Cross Pirotecnia el 31 de diciembre, según el vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano. Culminará así una de las obras más importantes del Plan de Infraestructuras de la Hispalense, que convertirá al entorno de la avenida Ramón y Cajal, a su paso por Viapol, en un gran campus económico-jurídico en el que se concentrarán unos 20.000 estudiantes. Con el traslado definitivo de los dos centros se cierra un proyecto que arrancó en 2005, aunque los primeros debates sobre la necesidad del mismo ya empezaron a finales de la década de los ochenta. Por cierto, que por entonces la Facultad de Derecho se oponía tajantemente a trasladarse de su actual ubicación en la Fábrica de Tabacos

Los trabajadores de la UTE formada por Ferrovial, Sando e Inabensa, llevan un año trabajando a doble turno para que en septiembre pueda iniciarse el desembarco progresivo de las dos facultades, que ocuparán un complejo en el que se han invertido unos 50 millones de euros (incluyendo el equipamiento) y que ha sido financiado por la Consejería de Innovación de la Junta de Andalucía y la Hispalense. "Lo más difícil de trasladar serán las secretarías de los centros y las bibliotecas, tanto por la cantidad de bultos como por la complejidad. El traslado de los alumnos es muy fácil, simplemente hay que decirles que al día siguiente la clase se impartirá en Cross Pirotecnia", dice Ramírez de Arellano.

En total, son cinco edificios que suman aproximadamente 43.000 metros cuadrados de planta construida sobre un solar de 15.000 metros cuadrados. Aunque en el próximo curso, cuando ya esté a pleno rendimiento, acogerá a unos 6.000 alumnos entre las dos facultades (unos 2.000 de Ciencias del Trabajo y unos 4.000 de Derecho, según cómo funcione la matriculación del próximo curso 2008-2009), el edificio está preparado para albergar 8.500, una cifra que tardará en llegar si se tienen en cuenta que, actualmente, la población universitaria está estancada.

La satisfacción de Ramírez de Arellano, que acompañó a Diario de Sevilla en una visita a las obras, es evidente, tanto porque se va a cumplir el plazo impuesto en su día (sólo hay un retraso de dos meses) como por la "amplitud y calidad" de las instalaciones. Los números hablan por sí solos: una biblioteca con capacidad para 250.000 libros y 800 lectores; sala de estudios para 376 personas que estará abierta las veinticuatro horas de todos los días del año; más de 300 despachos para profesores e investigadores; un parking de dos plantas con 350 plazas de capacidad; dos comedores (uno para profesores y otro para estudiantes) que ofrecerán tres turnos de comidas; un salón de actos para con 400 plazas; aulas de grado en la que caben 100 personas, etcétera. "Todo pensado según las necesidades de la docencia actual, que poco tienen que ver con las de hace cuarenta años".

Ramírez de Arellano destaca la posición céntrica y estratégica del campus Ramón y Cajal, muy cerca de la Fábrica de Tabacos (donde se encuentra el Rectorado de la Hispalense) y de la nueva biblioteca central universitaria, cuyas obras comenzarán en breve (Urbanismo ha concedido recientemente la licencia de obras) en los jardines de El Prado (no sin la oposición vecinal). También es de destacar las buenas comunicaciones del complejo, con el Apeadero de San Bernardo y una estación de la Línea 1 del metro (que se supone estará inaugurada a finales de año) en sus cercanías.

La inauguración del nuevo espacio universitario supondrá, al fin, la reutilización de un antiguo espacio industrial fundado en 1847 y abandonado en 1967. Con esta intervención se sigue un proceso (más o menos aceptado por los colectivos conservacionistas) de recuperación del patrimonio industrial con usos diferentes a los originales. Como antecedentes más claros están los de Catalana de Gas (hoy gimnasio y conjunto residencial), la actual Consejería de Agricultura o el antiguo Matadero (donde ahora se ubica la Consejería de Educación).

El complejo se verá ampliado durante el curso 2009-2010 con la inauguración de la nueva Facultad de Ciencias de la Educación, que se ubicará al otro lado de la calle Miguel Rodríguez Piñeiro y que supondrá en la incorporación de unos 4.700 alumnos al campus Ramón y Cajal. Más tardará la puesta en marcha del centro deportivo en el llamado Paraguas, una gran estructura industrial de hierro que formaba parte de Cross Pirotecnia.

Pese a que las obras sufrieron un parón de 6 meses debido a las obras del metro, lo cierto es que la UTE ha conseguido entregar el complejo con un retraso mínimo (apenas dos meses), ya que en los planes iniciales éste debía estar entregado en octubre de este año. Uno de los artífices del buen ritmo es el gerente de la obra, Ismael Conde Luque, quien reconoce que las obras del metro supusieron un parón de "unos 6 meses" en los trabajos de Cross Pirotecnia. "De hecho, tuvimos que reconstruir la Casa del Coronel [donde se ubicarán los servicios para estudiantes] debido a los destrozos realizados por el Metro", afirma Conde Luque.

Las titulaciones que se enseñarán en el complejo serán las licenciaturas en Derecho, Ciencias del Trabajo y Conjunta de Derecho y Administración de Empresas; y las diplomaturas de Relaciones Laborales, Gestión y Administración Pública. También la titulación que combina la licenciatura en Derecho con la diplomatura en Administración Pública.

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