La Guardia Civil detuvo el pasado viernes a un funcionario de prisiones que estaba presuntamente introduciendo drogas y teléfonos móviles en la cárcel de Sevilla-I. El trabajador fue arrestado al inicio del turno, a las siete y media de la mañana, cuando se disponía a empezar su jornada laboral en el módulo 8 de la cárcel sevillana.

En el momento de la detención se le encontraron estupefacientes entre sus pertenencias, si bien no ha trascendido la cantidad que le fue intervenida. Según indicaron a este periódico fuentes del instituto armado, el asunto lo lleva el juzgado de Instrucción número 2 de Sevilla, que ha decretado el ingreso en prisión del sospechoso. Por el momento permanece en el módulo de funcionarios de la cárcel de Sevilla-I, la misma en la que trabajaba, pero está a la espera de ser trasladado a otro centro penitenciario.

Según apuntaron fuentes del caso, el arresto de este trabajador culmina una larga investigación sobre la entrada de droga en prisión, que se había mantenido pese a que durante el estado de alarma se habían suspendido las visitas de familiares a los reclusos y los vis a vis. 

El funcionario se estaría dedicando desde hace tiempo a introducir los estupefacientes en la cárcel en la que trabajaba. También metía teléfonos móviles que entregaba a los presos. Llevaba los efectos dentro de una tortilla. De esta forma habría hecho llegar hasta la población reclusa distintas cantidades de heroína, cocaína y hachís, así como proteínas. La investigación continúa abierta para averiguar el origen de la droga y las posibles conexiones del detenido con las redes de distribución de la droga en Sevilla.

Fuentes de la cárcel han destacado a este periódico la lucha contra la corrupción por parte del actual director del centro, José Luis Castejón, quien ya se caracterizó por esta política de tolerancia cero en su anterior etapa al frente de la prisión de Topas (Salamanca).