Cuando la bata del estudiante cotiza
Los usuarios de la tarifa social en Sevilla consumen más agua que el resto
Consumo
Un consumidor bonificado utiliza 119 litros al día frente a los 117 del doméstico
Un sevillano que dispone de la tarifa social consume al día dos litros más de agua que el usuario doméstico. Esto es uno de los datos más destacados que aparece en un informe de Emasesa sobre el primer semestre del año. El número de familias beneficiarias de esta tarifa es de 6.315 y cuentan con un consumo medio diario por persona de 119 litros frente a los 117 del resto de clientes.
La empresa metropolitana de aguas cuenta desde mayo de 2020 con una tarifa social que fija por primera vez un precio público ajustado a las rentas de los hogares con bonificaciones de entre el 50% y el 100% para los ingresos más bajos. Este sistema consolida la garantía del mínimo suministro vital para todos los hogares en situación de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión. Esta tarifa se suma a otras bonificaciones y préstamos sociales que la empresa pública tiene en marcha desde hace años.
Esta garantiza un consumo de hasta 110 litros por persona y día (superior al mínimo vital recomendado por la ONU que está entre los 50 y los 100 litros por persona y día), sobre el que se establecen dos niveles de descuentos en función de los ingresos del conjunto de las personas que convivan en la vivienda. Los consumos superiores a esos 110 litros, quedan fuera de esta ayuda, por un principio de sostenibilidad, y los sevillanos bonificados deben pagar esos litros al mismo precio que cualquier otro usuario.
Para implementar esta medida, los técnicos de la empresa de aguas realizaron un estudio sobre los hábitos de consumo en las viviendas acogidas a la emergencia social. En las conclusiones aparecieron que el 36% de las familias que tenían antes de la ayuda un consumo ineficiente (mayor a 110 litros) lo incrementaron en un 30% con un promedio de 162 litros persona y día, muy superior a la media general de Emasesa y situado en los niveles que se consideran muy ineficientes. Los casos en los que el gasto fue más elevado son los inmuebles integrados por una persona.
Emasesa se encuentra satisfecha con la bajada del consumo de los bonificados, que han pasado de 162 litros diarios a 109, aunque sigue estando por encima de la media y nueve litros más de lo permitido en la tarifa. Los técnicos destacan que “se ha evitado la carga a los servicios sociales municipales que suponía el análisis y expedición de acreditaciones para obtener las ayudas”.
En el informe se detalla la identificación como posibles mejoras formales o tramitación en el sistema actual (es necesario modificar algunos artículos) las siguientes. La primera la revisión del criterio del período de renovación: en la actualidad las solicitudes son renovadas al principio de cada año. Pasarán a tener un período de validez de un año independientemente de su entrada en vigor.
La segunda mejora es establecer determinados supuestos que no impiden la concesión de la bonificación para el caso de que el beneficiario sea propietario de algún inmueble distinto a la vivienda habitual como una plaza de aparcamiento o trastero o el dueño de un inmueble del que no se disponga del uso o disfrute por separación o sentencia judicial. Los técnicos recuerdan que estas modificaciones formales no suponen una modificación de la base económica de la bonificación.
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