Investiga su propia dolencia
Antonio J. Pérez ha publicado varios trabajos sobre las proteínas y su funcionamiento dando pistas sobre el porqué de muchas enfermedades
La historia de Antonio J. Pérez Pulido, profesor de Bioinformática en la Universidad Pablo de Olavide y director del máster de Biotecnología Sanitaria de la misma universidad, es la de alguien que desde sus comienzos se centró en el estudio de las proteínas convencido del papel crucial que juegan en la salud de las personas. Con sus trabajos, centrados especialmente en analizar secuencias de proteínas y basados en el uso de la informática, ha puesto en cuestión lo ya conocido para descubrir más sobre su enfermedad y de otras de las consideradas enfermedades raras.
Antonio J. Pérez, desde su puesto como profesor e investigador de la UPO y el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, publicó el año pasado un trabajo que retomaba, junto a algunos alumnos, su tesis doctoral sobre predicción de función de proteínas y, a partir de ahí, se centraron en la proteína SMN (Survival Motor Neuron). Explicó que el mal funcionamiento de esta proteína, que es la causante de la atrofia muscular espinal que él padece, ocasiona que la comunicación con el músculo no se produzca de manera óptima y, por tanto, éste no reaccione a las órdenes. Pero "lo más bonito", afirmó el profesor, "fue descubrir la relación evolutiva de los axones de las neuronas con los filamentos de los hongos". Pérez Pulido quiere seguir trabajando en el futuro a partir de esta novedad porque aseguró que "conocer el funcionamiento de los filamentos de los hongos podría dar pistas para conocer el de los axones de las neuronas" que están evolutivamente relacionados. Trabajar con axones, cultivar neuronas en un laboratorio, es mucho más difícil y caro que hacerlo con hongos. Por tanto, demostrar esto, sería un importante avance que ilusiona a este investigador.
Recientemente, ha publicado otro trabajo de especial trascendencia sobre identificación y funcionamiento de proteínas. Estas partículas forman parte de las células e interfieren directamente en el funcionamiento de los organismos. Además, hay muchas enfermedades que se originan cuando el funcionamiento de las proteínas no es el adecuado, como es el caso de la proteína SMN y su relación con la atrofia muscular espinal. Este trabajo se publicó en la prestigiosa revista BCM Bioinformatics. En él participaron, junto al profesor Pérez Pulido y con el apoyo estadístico de la profesora Rosario Rodríguez Griñolo, los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide Marcos Parras Moltó, Francisco José Campos Laborie y Juan García Diéguez. Las conclusiones del estudio demuestran que las proteínas, que son "como las herramientas de la célula" explicó el profesor, es que han evolucionado en función del compartimento celular al que se asociaron en un principio. Es decir, si una proteína evoluciona asociada al núcleo realizará funciones diferentes a las de otra, que aunque tenga secuencia idéntica, ha evolucionado en otro compartimento, como por ejemplo el exterior de la célula. Por otro lado, si las proteínas se encuentran en compartimentos relacionados de la célula sí realizarán funciones similares.
El trabajo se basó en comparar dos bases de datos sobre proteínas y módulos proteicos a través de un programa informático que ellos mismos diseñaron. Con este programa identificaron a qué lugar pertenece cada una de las millones de proteínas registradas y qué función realiza, descubrimiento que da pistas para localizar proteínas causantes de algunas enfermedades.
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