El Macarena consolida técnicas para reparar el sistema cardiovascular

El servicio de Endovascular ha visto aumentar sus pacientes un 30% en 2017, tras la incorporación de más terapias

Un paciente se somete a una intervención endovascular en uno de los quirófanos del servicio en el Hospital Macarena.
Un paciente se somete a una intervención endovascular en uno de los quirófanos del servicio en el Hospital Macarena. / Reportaje Gráfico: Belén Vargas
Noelia Márquez

13 de mayo 2018 - 02:40

El servicio de Endovascular del Hospital Macarena, que está integrado por 30 profesionales, ha consolidado técnicas de mínima invasión, diagnósticas y terapéuticas, para abordar problemas cardiovasculares, que tienen una elevada incidencia, y riesgo vital, en la población general. El equipo de especialistas dirigidos por el doctor Rafael Ruiz Salmerón ha visto incrementar en un 30% el número de pacientes en un año, lo que en términos absolutos se traduce en un total de 6.170 casos atendidos en 2017. Este incremento se debe, por un lado, a la mayor incidencia de los problemas cardiovasculares en la población general, asociados a la edad; y por otro lado, a la incorporación de nuevas técnicas en la cartera de servicios del Hospital Macarena, en los últimos años, para resolver situaciones muy delicadas.

"La enfermedad cardiovascular comienza en la juventud con los malos hábitos de vida, pero se manifiesta en la vejez. El envejecimiento de la población conlleva el incremento de los casos que requieren técnicas endovasculares como la angioplastia coronaria, una de las más frecuentes", explica el doctor Ruiz Salmerón. El pasado año el servicio de Endovascular del Macarena realizó 1.030 angioplastias coronarias, una cifra récord en la historia de este hospital universitario.

Este equipo médico realizó el pasado año 1.030 angioplastias coronarias, cifra récordEl hospital incorporó hace años la técnica en tumores infantiles y para miomas uterinos

La angioplastia coronaria es una técnica endovascular que se basa en eliminar obstrucciones (arterioesclerosis) en los vasos sanguíneos, a través de cateterismo y stent. Todos los especialistas en Endovascular (cardiólogos y enfermeros expertos) del Macarena están entrenados en eliminar la suciedad que llega a acumularse en el corazón, en las piernas, o en cualquier otra localización del sistema cardiovascular.

"En la inmensa mayoría de los casos accedemos al lugar de la obstrucción por la vía radial (la arteria del pulso, en la muñeca). Esta técnica es más segura y favorece que el paciente reciba el alta el mismo día de la intervención, aunque resulta más complicada que la vía femoral (en el muslo)", explica el responsable del servicio Endovascular, que forma parte del Área del Corazón. Las obstrucciones en las arterias son debidas a la acumulación de colesterol, tabaco y otros residuos que afectan a la normal circulación de la sangre; que pueden desencadenar infartos cardiacos, ictus, gangrena de los tejidos y otras complicaciones graves.

Los tres quirófanos ubicados en el semisótano del Hospital Macarena, y que están dedicados a los pacientes que requieren técnicas endovasculares, cuentan con sofisticados equipos de imagen que permiten a los especialistas observar en tiempo real todo el procedimiento, a través de imágenes de rayos X y ecografía. Los doctores tienen que permanecer protegidos mediante delantales de plomo durante las intervenciones para burlar la radiación a la que están expuestos.

Durante la sesión de quirófano los especialistas se guían a través de estas imágenes de rayos X y ecografía para maniobrar por las arterias hasta llegar al lugar donde se localizan los problemas de los pacientes, unas técnicas que requieren una amplia curva de aprendizaje. En la angioplastia coronaria, una vez que el catéter alcanza a la obstrucción, el siguiente paso del especialista es eliminarla mediante dos métodos: a través de un stent o mediante rota-ablación. El stent es un dispositivo que abre la arteria por medios mecánicos, mientras que la rota-ablación es un procedimiento similar al de una tuneladora. "Consiste en una especie de broca que rota a 200.000 revoluciones y que no deja residuos, reduce la suciedad en partículas, que son eliminadas por el propio organismo", añade el doctor Ruiz Salmerón.

Otra de las técnicas endosvasculares que más crecen son las terapias para abordar el pie diabético, la enfermedad vascular periférica. La eliminación de obstrucciones en las arterias a su paso por las piernas, a través de cateterismo, evita la gangrena de los tejidos y por lo tanto, amputaciones. "También se salvan vidas", asevera el especialista. El pasado año se beneficiaron de esta técnica 511 personas en el Macarena.

Al aumento de los casos que precisan estas intervenciones se ha sumado, en los últimos años, la incorporación de nuevas terapias en el hospital universitario, para abordar problemas complejos con la mínima invasión, entre las que destaca la embolización de la hipertrofia benigna de próstata. La técnica endovascular de este problema masculino asociado al envejecimiento evita los riesgos de la cirugía, como la disfunción eréctil y las pérdidas de orina.

Desde hace cuatro años los especialistas del Macarena también abordan los miomas uterinos mediante técnicas endovasculares. "Accedemos mediante cateterismo y, a través de un dispositivo que desprende partículas de alcohol, quedan ocluidos los vasos del mioma, lo que nos permite disminuir su volumen", comenta el doctor Ruiz Salmerón. Los miomas son tumores benignos que provocan continuos sangrados a la mujer. La técnica endovascular es una opción alternativa a la cirugía. Las pacientes que se pueden beneficiar son derivadas desde Ginecología, y coincide con el de una mujer de entre 38 y 50 años que desea conservar su útero.

Otra de las técnicas endovasculares incorporadas, hace tres años, en la cartera de servicio del Macarena consiste en un delicado tratamiento: quimioterapia intraarterial en retinoblastoma, el cáncer ocular más frecuente en niños. "Son bebés de menos de un año que no toleran la quimioterapia sistémica. La solución endovascular permite administrarles la quimioterapia en el mismo tumor. Para ello accedemos por catéter hasta la arteria oftálmica e inyectamos el fármaco quimioterápico. El catéter que usamos tiene un calibre inferior a un milímetro", explica el especialista. Cada año en torno a cinco niños procedentes de distintos puntos de la geografía se benefician de la compleja técnica en el hospital universitario.

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