Muñoz admite el "desastre" de mesas, sillas y toldos en la Avenida

El Ayuntamiento analiza cómo solucionar esta invasión antes de renovar las licencias en otoño.

Veladores y otros elementos que limitan el paso de peatones en la avenida de la Constitución.
Veladores y otros elementos que limitan el paso de peatones en la avenida de la Constitución.
A. S. A.,

23 de junio 2016 - 05:03

El delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, admitió ayer que el problema de la Avenida de la Constitución es el "desastre paisajístico" que sufre esta vía principal por una "invasión de toldos, mesas, sillas y reclamos publicitarios que deja mucho que desear". El edil explicó que éste y otros problemas en las zonas más conflictivas se están analizando en la comisión de veladores, que ha celebrado dos reuniones, y que la idea es tener el diagnóstico de la situación de todos estos puntos antes de otoño.

"Estamos analizando una a una las zonas más conflictivas y las soluciones para tener un informe previo a la renovación anual de las licencias, que es en septiembre u octubre", dijo el concejal a preguntas de la prensa. Esas zonas conflictivas detectadas por el Ayuntamiento son las calles Betis y Mateos Gago, la Avenida de la Constitución-San Fernando y General Polavieja-Albareda, las plazas de la Alfalfa y la Alameda y el Barrio de Santa Cruz.

En el caso de la calle Betis, el concejal explicó que el problema en este caso tiene que ver más con los ruidos que provocan los bares de copas y la reacción de protesta de los vecinos.

El Ayuntamiento de Sevilla ha trasladado ya al sector hostelero su análisis de la Avenida de la Constitución y la calle San Fernando: "Una situación caracterizada por la invasión de espacios, la mezcla de usos, la falta de respeto de las distintas ocupaciones y el incumplimiento de las condiciones estéticas, principalmente".

Entre otras propuestas se plantea que las ocupaciones con veladores se establecerán en ámbitos de extensión máxima, definidos desde la perspectiva de la ordenación y el paisaje urbanos, de tal forma que la zona adosada a las fachadas, en ambos viarios, esté destinada a uso de itinerario peatonal accesible, debiendo quedar en todo momento libre de obstáculos. Esto podría suponer en algunos casos una reducción de la extensión de las terrazas.

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