Óscar Riquelme ingresa en prisión tras ser condenado por el Supremo

Acudió el viernes a la cárcel para cumplir la pena de 12 años y medio por el crimen de la 'botellona'

Óscar Riquelme, fotografiado el pasado viernes en la prisión de Sevilla-I.
Jorge Muñoz

24 de junio 2013 - 05:03

Después de varias informaciones contradictorias y tras un intento fracasado de entrar en prisión -porque no había funcionarios en Sevilla-I para hacerle la reseña-, Óscar Riquelme Rodríguez ha ingresado voluntariamente en prisión para cumplir la condena de 12 años y medio de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo por el crimen de la botellona.

El acusado, que fue hallado culpable por un jurado, absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), y condenado nuevamente por el Tribunal Supremo, acudió el pasado viernes a la cárcel de Sevilla-I, acompañado de su abogado, Álvaro Pimentel Siles, para ingresar de forma voluntaria. Riquelme ingresó cuando la Audiencia de Sevilla aún no había recibido los autos del Alto Tribunal y, por tanto, ni había sido requerido para su encarcelamiento ni había sido puesto en busca y captura por haberse dado a la fuga supuestamente.

Su abogado, Álvaro Pimentel, sigue estudiando la posibilidad de presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, al considerar que en este caso se han vulnerado los derechos fundamentales de su cliente y el derecho "a ser oído" antes de que el Alto Tribunal adoptase una medida tan drástica como revocar la sentencia absolutoria que había dictado el TSJA. El letrado recordó que la decisión del Supremo cuestionaba incluso la propia jurisprudencia de este tribunal, que establece que antes de revocar un sentencia absolutoria hay que escuchar de nuevo al acusado.

Riquelme está ya en prisión como autor del homicidio de Francisco José Guerrero Vargas, el vecino de La Puebla de Cazalla de sólo 23 años que recibió una puñalada en el corazón en el transcurso de una pelea durante la fiesta de la Primavera que se celebró en el Charco de la Pava el 25 de marzo de 2011.

El Tribunal Supremo tumbó la absolución del acusado, al entender que existían pruebas suficientes para acreditar que fue Óscar Riquelme quien clavó la navaja en el pecho de la víctima.

Los jueces del Supremo consideran que el jurado, que sí halló culpable a Riquelme, tuvo en cuenta varias pruebas para emitir su veredicto, entre ellas las declaraciones de varios testigos y, sobre todo, de la testigo protegida, que fue mucho más clara en su declaración durante la fase de instrucción que en el juicio. El jurado otorgó más credibilidad al testimonio prestado en la instrucción porque se prestó en "mejores condiciones de tranquilidad" que el prestado en la vista oral.

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