Sevilla

El Pelón vuelve a su hogar: la cárcel

  • El delincuente, de 57 años, ingresa de nuevo en prisión por violar reiteradamente a su hermana 

  • Es un clásico de la vida carcelaria sevillana y está considerado como uno de los reclusos más conflictivos

El Pelón vuelve a su hogar: la cárcel

El Pelón vuelve a su hogar: la cárcel / Rossell

El hombre que entró en prisión a finales de diciembre por violar reiteradamente a su hermana es un viejo conocido de la cárcel y está considerado como uno de los presos más conflictivos de Sevilla. Se le conoce como el Pelón y fuentes penitenciarias dicen de él que con su expediente se pueden empapelar todas las paredes de la cárcel, de gordo que es. Tiene peleas, autolesiones, agresiones a otros presos... Y fuera de la cárcel cuenta con más de 60 detenciones. La mayoría de ellas fueron por robos de todo tipo, aunque también tenía una agresión sexual previa a la que ahora le ha devuelto a la cárcel. 

Este delincuente es oriundo del barrio de Torreblanca y pasó tiempo residiendo en San Rafael, que pertenece al término municipal de Alcalá de Guadaíra pero está muy cerca de Torreblanca. Precisamente la carretera que divide ambos núcleos residenciales es la que lleva a la prisión de Sevilla-I, que él conoce bien. Apodado el Pelón por su alopecia prematura, tiene 57 años y ha pasado buena parte de su vida entre rejas. 

Ingresó en las cárceles españolas en 1978. Sus delitos han sido muchos, pero la mayoría fueron del mismo tipo: robos con fuerza, hurtos y, sobre todo, robos en vehículos. El caso es que en prisión cometió delitos más graves que fuera. Ya en 1985 apareció en una noticia del diario El País, que informaba de un incidente ocurrido en la recién inaugurada cárcel de Daroca (Zaragoza). "Se causó heridas cortantes en los antebrazos y abdomen, además de una herida incisa en el brazo derecho. Ingresado en el Hospital Provincial de Zaragoza, su estado ha sido calificado de grave", dice la nota del rotativo, publicada el 7 de noviembre de 1985.

Un corredor de la cárcel Sevilla-1 Un corredor de la cárcel Sevilla-1

Un corredor de la cárcel Sevilla-1

Sobrevivió a aquello y luego seguiría una carrera delictiva que le llevaría a entrar y salir de prisión continuamente. Robos, hurtos, sirlas, atentados, reclamaciones... las detenciones se acumulaban en su expediente criminal. En enero de 1998 sustrajo un vehículo muy cerca del parque acuático de Sevilla, entonces llamado Guadalpark. Aprovechó que el propietario se había apeado para orinar y utilizó a una chica de gancho para robarle el coche. Lo amenazó con un cuchillo para quitarle la cartera y se marchó del lugar.

En la cárcel se reveló como uno de los presos más conflictivos. "Es un clásico. Sin escrúpulos, muy violento. Ha estado mucho tiempo en primer grado. Tiene tomos en su expediente penitenciario por su dilatada y conflictiva vida carcelaria.", apuntan fuentes penitenciarias. En septiembre de 1999 agredió con una cuchilla a otro preso. En febrero de 2006 hizo lo mismo con un pincho carcelario, con el que atacó a otro compañero de internamiento. Ambos resultaron heridos de gravedad y los dos episodios fueron calificados judicialmente como tentativas de homicidio.

Su comportamiento negativo y asocial contra sus compañeros le hizo estar en aislamiento y regresar de grado. Estuvo en primer grado durante un tiempo, en la prisión gaditana de Puerto I, según indicaron fuentes judiciales.

Son tantos los delitos cometidos del mismo tipo que le han llevado a refundir las múltiples condenas. Habría alcanzado la libertad definitiva en el año 2023. Antes de agredir a su hermana estaba en el Centro de Inserción Social (CIS) Jiménez de Asúa, en tercer grado y libertad condicional.

Fotografía difundida por la Policía Nacional junto con el comunicado de la detención de Francisco B. P. Fotografía difundida por la Policía Nacional junto con el comunicado de la detención de Francisco B. P.

Fotografía difundida por la Policía Nacional junto con el comunicado de la detención de Francisco B. P. / D. G. P.

Ahora ha vuelto a la prisión de Sevilla-I, donde ya ha pasado la cuarentena que todos los recién ingresados tienen que pasar por protocolo de prevención del coronavirus y ha sido trasladado al módulo 5, un área terapéutica, ya que el delito por el que ha entrado en esta última ocasión está muy mal visto entre los reclusos. No sólo es una violación, sino que es la violación de una hermana.

La historia que le ha llevado de nuevo a la cárcel ocurrió en un piso del barrio de los Montecillos, en Dos Hermanas, donde el Pelón residía desde hace un tiempo. Allí agredió sexualmente a su hermana durante más de dos meses. La mantuvo encerrada en su casa para impedir que ella pidiera ayuda. La sometió a todo tipo de malos tratos. Era frecuente que la cogiera por el pelo y la arrastrara por el pasillo. Le cambió la medicación que tomaba para darle unas pastillas que la adormecían, y que a él le permitían abusar de ella a su antojo. La violó reiteradamente y la amenazó con "cortarla a cachitos" o con "matar a quien fuera" si escapaba o contaba a alguien lo sucedido. La víctima no lo contó, de hecho, porque sabía que su hermano era muy capaz de cumplir sus amenazas.

La mujer había venido desde Francia, donde reside, para poner en orden la documentación referente a la muerte de su madre. No veía a su hermano desde veinte años atrás, tanto por el hecho de residir fuera como por que cuando venía a Sevilla coincidía que su hermano estaba en prisión. Decidió quedarse en casa de éste mientras realizaba los trámites oportunos en Sevilla. Pero pronto empezarían los problemas. Después de una primera semana de buena convivencia, la actitud del Pelón, al que la Policía define como "violento y controlador", cambió radicalmente. Lo primero que hizo fue quitarle la llave de la casa a su hermana para que no pudiera irse. Después le retiraría las medicinas que la víctima tomaba por una enfermedad y las sustituiría por somníferos. Las violaciones se sucedieron durante dos meses.

Fue la hija de la víctima la que notó que algo no iba bien al observar el comportamiento de su madre, con la que hablaba a menudo por teléfono. Percibió que ésta daba respuestas extrañas y confusas y decidió comentarle lo que pasaba a su tía, otra hermana del Pelón, que sí reside en Sevilla. La visita de esta otra hermana fue clave para que la primera pudiera escapar. En un momento de descuido de su hermano, una le enseñó a la otra los moratones y lesiones que tenía.

La barriada de los Montecillos, en Dos Hermanas. La barriada de los Montecillos, en Dos Hermanas.

La barriada de los Montecillos, en Dos Hermanas. / Victoria Hidalgo

Ambas pudieron escapar y se marcharon a Francia, con la familia de la víctima. Allí se reunieron con la hija de ésta y acudieron a las autoridades francesas para denunciar lo ocurrido. La Policía francesa les recomendó que presentaran la denuncia en España, pues éste era el país en el que habían sucedido los hechos y es la Policía española a quien les corresponde investigarlos. 

Así lo hicieron. Cruzaron de nuevo la frontera y se presentaron en una comisaría de la Policía Nacional en Gerona. Allí la víctima relató el periplo que había vivido y los malos tratos, abusos y agresiones sexuales a los que su hermano le había sometido durante dos meses. La Policía de Gerona informó del asunto a la comisaría de Dos Hermanas, por ser ésta la ciudad en la que se cometieron los delitos.

La Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la comisaría de Dos Hermanas recibió la denuncia desde Gerona y se encargó de la investigación. El 29 de diciembre, la Policía Nacional detenía de nuevo al Pelón, a quien se le imputan en principio hasta cuatro delitos: agresión sexual, malos tratos, lesiones y detención ilegal. En la nota de prensa que emitió recientemente, la Policía recordaba que tenía más de 50 arrestos anteriores, uno de ellos por otra agresión sexual.

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