Sevilla

Tres vehículos protagonizan una espectacular persecución a tiros con la Policía Local de Sevilla

Policías locales de Sevilla.

Policías locales de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Tres vehículos de alta gama protagonizaron la madrugada del domingo una persecución a tiros con la Policía Local de Sevilla. Los hechos ocurrieron sobre las seis de la mañana, cuando un patrullero detectó los tres coches, de la marca Range Rover, parados en fila india en un semáforo. Los vehículos estaban en la avenida Luis Montoto y se disponían a girar a la izquierda hacia Luis de Morales.

El patrullero circulaba hacia la avenida de Andalucía desde el centro. Como este tipo de coches se están utilizando recientemente para cometer alunizajes, los policías decidieron cambiar el sentido de su marcha para acercarse a ellos. En ese momento, los tres Range Rover rebasaron el semáforo, todavía en rojo, y giraron hacia Luis de Morales. Esta calle está en obras y sólo hay un carril para cada sentido. Pese a ello, circularon a gran velocidad y saltándose los semáforos.

Al llegar al cruce con Eduardo Dato, los sospechosos cambiaron de sentido y volvieron de nuevo por Luis de Morales, otra vez en dirección a Luis Montoto. Cuando llegaron a la intersección, uno de los turismos siguió en línea recta hacia Kansas City, mientras que los otros dos giraron a la derecha hacia la avenida de Andalucía. El patrullero siguió a estos dos coches y dio aviso al resto de unidades de servicio.

Los dos vehículos sospechosos rebasaron en rojo todos los semáforos que se encontraron a su paso hasta la salida de la ciudad. Salieron por la autovía A-92 y estuvieron a punto de causar varios accidentes. Otros usuarios de la vía tuvieron que frenar para no ser alcanzados por alguno de los coches, que no paraban de cambiar de carril. Todo ello a una velocidad superior a 150 kilómetros por hora.

A la altura de Mercasevilla, uno de los ocupantes de uno de los coches sacó un extintor y roció con el polvo del mismo la calzada, con el objetivo de dificultar la visión de los policías locales. El patrullero tuvo que reducir la velocidad, mientras que el resto de conductores tuvieron que detenerse en el arcén.

Una vez superado este incidente, los agentes continuaron la persecución y dieron alcance a los dos coches a la altura del centro comercial Los Alcores, en Alcalá de Guadaíra. Pasado este edificio, los policías recibieron el aviso de sus compañeros, que alertaban de que el tercer coche sospechoso se había dado la vuelta y tomado también la dirección de la A-92. En esa huida, habían echado el vehículo encima de un patrullero, que se había salido de la carretera.

Todo esto se produjo mientras la persecución continuaba a velocidades entre 180 y 190 kilómetros por hora. Detrás del patrullero, a más de 200, venía el tercer vehículo, con las luces largas y sin ninguna intención de detenerse o frenar. El policía que conducía el patrullero tuvo que realizar una maniobra brusca y cambió de carril para evitar ser embestido. Nada más rebasar el vehículo policial, el conductor sospechoso se colocó en el mismo carril y frenó bruscamente para obligar al patrullero a pararse. Nuevamente, el policía logró esquivarlo. 

La maniobra se repitió una vez más, y otra vez lo esquivó el agente. Viendo que no era capaz de detener al patrullero, el conductor dio varios volantazos para llevar el coche de la Policía hasta el carril derecho. Trataba de cortarle el paso y que se estrellara contra unas barreras de hormigón que hay en la A-92.

Cuando ambos vehículos estaban en paralelo, una persona que iba en el asiento trasero sacó una escopeta de caza con dos cañones. En ese momento, el policía frenó para esquivar el tiro y se colocó tras el coche. Su compañero sacó el arma reglamentaria y disparó en dos ocasiones. El turismo aceleró bruscamente y logró perderse de vista en dirección Arahal, tras apagar las luces.

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