Poesía clásica a ritmo de 'rap'
Programa educativo
El teatro de Blanca Marsillach acerca a los niños los versos del Siglo de Oro y fortalece su autoestima.
Salir por un día de las cuatro paredes del aula es siempre motivo de alegría para los más jóvenes. Cualquier excusa es buena, más aún para despertar la curiosidad por el teatro y la poesía. Acercar el verso a los pequeños es precisamente el objetivo que la compañía teatral de la actriz Blanca Marsillach, junto a Varela Producciones, persigue con Una noche blanca con los clásicos, que ayer ofreció en el teatro de la Fundación Cajasol.
El teatro de la calle Chicarreros acogió desde bien temprano el entusiasmo de niños de primaria de los colegios Jacaranda, San José de Palmete y Nuestra Señora de las Mercedes. Era el primero de los dos pases previstos. Una actividad educativa donde la poesía de los autores clásicos del Siglo de Oro tomó protagonismo junto a la participación de los alumnos, que dejaron a un lado su yo para convertirse en los personajes recreados en la obra.
Una noche blanca con los clásicos es una adaptación del espectáculo producido por Adolfo Marsillach y representado en su día con Amparo Rivelles y María Jesús Valdés. Un homenaje que Blanca Marsillach tiene con su padre, con el que dio sus primeros pasos sobre las tablas. En la obra se reinterpreta la poesía del Siglo de Oro con un repertorio diferente donde, aseguran, prefieren obviar los poemas de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz por lo pesado que pueden resultar para los adolescentes. Temas actuales como el amor, la muerte, la sensualidad, la lujuria, el poder, el dinero y la ambición están presentes en un espectáculo enfocado al público infantil para que conozca de primera mano y de una forma lúdica a poetas clásicos.
La obra se dividió en dos partes. Durante una primera media hora, los más de 230 niños asistieron a un peculiar recital de poesía a tres bandas conformado por el propio Adolfo Marsillach, proyectado sobre una pantalla, su hija Blanca y Mónica Buiza. Romanceros y cancioneros. Versos de Góngora y de Quevedo. Algunos complejos de entender para edades tan tempranas; otros con una rima fácil que dio juego a que los pequeños los completaran al unísono. La fase final permitió a los niños subir al escenario y conocer la importancia de la indumentaria y la intencionalidad en el teatro, recitando algunos de los poemas con diferentes acentos y estilos como Gerineldo o Poderoso caballero es Don Dinero. El momento estrella llegó cuando una vez familiarizados con el verso pasaron a rapearlo. "Los endecasílabos tienen la misma métrica que el rap. Encajan perfectamente. Convertimos a los clásicos en raperos del siglo XXI", explica Marsillach sobre esta original iniciativa con la que, además, trata de difundir valores como la autoestima.
El espectáculo es un homenaje a la figura de Adolfo Marsillach. "El siempre quiso acercar el Siglo de Oro al público y en concreto a los niños. Es fantástico poder continuar ahora la saga para que el legado de mi padre no muera", confiesa la actriz catalana, que junto a su compañía desarrolla desde hace seis años un programa de teatro social educativo. Con él tratan de difundir valores como el poder terapéutico del teatro y el uso del escenario como técnica para mejorar la confianza en uno mismo. Tras pasar por Cádiz, Huelva, Barcelona y Madrid, es la primera vez que vienen a Sevilla y esperan repetir.
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Contenido ofrecido por el Ayuntamiento de Rota