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La Policía Local puede hacer ya controles de droga si el de alcoholemia da negativo

Las pruebas se restringirán a los casos en los que los síntomas de intoxicación sean claros La Jefatura elabora un protocolo provisional a la espera de la instrucción general de la Fiscalía

La portavoz de la Policía Local muestra uno de los aparatos durante la presentación del 'drogotest', el año pasado.
Fernando Pérez Ávila

24 de marzo 2013 - 05:03

La Policía Local de Sevilla cuenta por fin con un protocolo específico para la realización de los controles antidroga, si bien sólo los practicará a aquellos conductores que presenten síntomas más que evidentes de conducir bajo los efectos de sustancias estupefacientes y que ya hayan dado negativo en una prueba anterior de alcoholemia. Hasta ahora existía un vacío legal sobre este asunto que había impedido la práctica de estas pruebas, pese a que desde diciembre de 2012 un furgón policial está equipado con el drogotest y con un identificador de sustancias.

El Ayuntamiento de Sevilla adquirió el año pasado estos aparatos, que costaron 35.000 euros a las arcas públicas, después de que el fiscal de Seguridad Vial de Sevilla, Luis Carlos Rodríguez León, anunciara en mayo de 2012 su intención de que la Policía Local realizara controles antidroga de manera masiva para después del verano. La falta de una instrucción que la Fiscalía General del Estado debe publicar acerca de cómo deben intervenir los agentes municipales en estas pruebas y de quién debe asumir el elevado coste de las mismas mantenía paralizado hasta ahora el proyecto.

A la espera de que llegue ese protocolo general, los policías cuentan ya con unas indicaciones provisionales para poner en marcha estos controles. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, marca claramente los pasos a seguir por los policías tanto en los controles de drogas como en los de alcoholemia. El texto arranca con la fase inicial en la que los policías informarán al conductor de la obligación que tiene de someterse a las pruebas y de las consecuencias de su negativa. En esa primera toma de contacto empezarán a percibir posibles síntomas, si los hubiera, de una ingesta de alcohol o drogas.

En el caso de que el conductor dé positivo en el etilómetro con una tasa de alcoholemia superior a los 0,60 miligramos de alcohol por aire espirado, los agentes no practicarán otra prueba con el drogotest. Lo que explica esto es que el artículo del Código Penal que se aplica es el mismo para personas bebidas y drogadas, con lo cual esta segunda prueba, mucho más costosa, no elevaría en ningún caso la sanción al conductor que ya ha dado positivo por alcoholemia. Resulta, por tanto, innecesario en estos casos el control de estupefacientes.

El protocolo policial establece que las pruebas de detección de drogas se realizarán "sólo en los casos en los que los síntomas externos sean muy evidentes y la tasa obtenida en el etilómetro sea cero o en cantidad inferior a 0,60, existiendo gran desproporción entre la medición y los síntomas". Esta afirmación es contraria a la anunciada hace casi un año por el fiscal, que apostó por los controles "masivos" de manera similar a los que establece periódicamente la Guardia Civil de Tráfico.

Si el policía tiene la titulación requerida, someterá al conductor a la prueba con el equipo Drug-Test 5000. El Ayuntamiento formó a 15 agentes en el manejo de este detector a lo largo del año pasado. Ahora bien, si el policía no dispone de este título, tendrá que trasladar al conductor sospechoso al centro sanitario más próximo para que pueda ser reconocido. En este supuesto, el conductor sí puede negarse a ir al ambulatorio, y sólo tendría que hacerlo de manera obligatoria si así lo ordenara un juez, independientemente de que pueda quedar imputado por un delito de desobediencia.

La prueba con el drogotest consiste en extraer una muestra de saliva que será analizada en el equipo portátil. Si da positivo, se tomará una segunda muestra como garantía de la primera y el agente informará al conductor de que ésta será enviada para su análisis a un laboratorio homologado. Se garantiza así la cadena de custodia. Las dos muestras se enviarán a las dependencias del Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla.

Los policías tendrán que informar a los conductores de que tienen derecho a contrastar el resultado positivo mediante extracción sanguínea y análisis de orina, antes de cumplimentar las actas de detección de drogas y sintomatología. El vehículo quedará inmovilizado de manera cautelar. En aquellos casos que el conductor muestre una imposibilidad de salivar, el protocolo indica a los agentes que tienen que proceder de la misma forma que ante la imposibilidad de una prueba de detección de alcohol y rellenar el acta de detección de drogas y el de sintomatología.

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