La Policía Nacional ha imputado al menos tres robos con violencia e intimidación a la banda del atracador de la cara descubierta. El delincuente, que fue detenido el pasado miércoles tras dos robos en sendas farmacias, contaba con dos cómplices, que también fueron arrestados poco después. La banda estaba formada por dos hombres y una mujer. Los dos primeros han ingresado en prisión provisional, mientras que la mujer ha quedado en libertad con cargos, según han informado este viernes fuentes policiales.

Los tres robos se produjeron entre el martes 15 y el miércoles 16 de septiembre. El primer día se produjo un atraco en una panadería de Sevilla Este, donde el delincuente irrumpió pistola en mano a las nueve de la mañana. Amenazó a la empleada y sustrajo el dinero de la caja, además del teléfono móvil de la trabajadora. Huyó del lugar en un vehículo conducido por su cómplice.

El segundo robo fue el miércoles, también a primera hora. Sobre las nueve y cuarto de la mañana, el ladrón entró armado con una pistola en una farmacia de Pino Montano. Actuó de la misma forma que en la panadería para llevarse el dinero que había en la caja registradora. Media hora después, entró en otra farmacia del Polígono de San Pablo. Vestía con la misma ropa y cometió otro atraco. Huyó en el mismo vehículo.

En esta ocasión, en el interior del coche había una mujer junto al atracador y al conductor, considerado coautor de los robos. El Grupo de Atracos abrió una investigación sobre los hechos y dispuso un operativo para la localización y detención de los sospechosos, que dio sus frutos tan sólo dos horas después del último atraco. En ese momento fue detenido el presunto atracador y la mujer con la que iba, justo cuando se disponía a subirse al coche, que estaba aparcado cerca de su domicilio, en el barrio de Los Pajaritos.

Al tercer implicado se le detuvo minutos después en las inmediaciones. En el registro del vehículo se localizó la pistola empleada para cometer los atracos, que resultó ser una réplica. También se halló un blíster de monedas.

Lo que llamaba la atención de esta banda es que el atracador no utilizaba ninguna prenda para ocultar su rostro. Ni siquiera llevaba la mascarilla obligatoria y actuaba sin temor alguno a ser identificado por víctimas y testigos o a ser grabado por las cámaras de videovigilancia.