opciones quirúrgicas frente al cáncer avanzado

El Virgen del Rocío aumenta la supervivencia en pacientes con carcinomatosis peritoneal

El cirujano Daniel Díaz, junto a los oncólogos José María Silván Alfaro y Purificación Estévez, en los accesos a la zona quirúrgica.

El cirujano Daniel Díaz, junto a los oncólogos José María Silván Alfaro y Purificación Estévez, en los accesos a la zona quirúrgica. / Juan Carlos Vázquez

"Hoy sé que si no me hubiera sometido a esa intervención, y en este hospital, con este equipo quirúrgico, a estas alturas estaría terminal". Es el duro testimonio de una mujer de 64 años, que prefiere mantenerse en el anonimato, a la que en julio del año pasado le diagnosticaron un carcinoma de ovarios, el tipo de cáncer relacionado con el aparato reproductor femenino más agresivo y mortal.

La cirugía a la que se refiere es una citorreducción, consistente en extraer quirúrgicamente la mayor cantidad de tumor y de tejido afectado posible, en su caso en toda la cavidad abdominal, acompañada de una sesión de quimioterapia hipertérmica intraperitoneal (Hipec), que se realiza en el mismo acto en quirófano y que busca eliminar las células tumorales que hayan podido quedar tras la intervención. 

El equipo profesional al que alaba la paciente es el dirigido por el cirujano del Hospital Virgen del Rocío, Daniel Díaz Gómez, responsable de la Unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal y Retroperitoneal, junto a un equipo de profesionales entre los que se encuentra el jefe de sección de la unidad de Ginecología Oncológica del hospital, el doctor José María Silván Alfaro, y la especialista en Tumores Genitourinarios y Ginecológicos, Purificación Estévez. Forman parte de la unidad de referencia de tratamiento de la enfermedad metastásica peritoneal (carcinomatosis) y tratamiento con quimioterapia hipertérmica intraperitoneal -Unidad Coper- que, tras iniciar su andadura en 2014, acaba de renovar esa certificación dentro del Servicio Sanitario Público Andaluz, que designa la dirección general de asistencia sanitaria y resultados en salud.

"Hace ocho años creamos la unidad autonómica del tratamiento de la carcinomatosis a instancias de la Consejería de Salud porque no había ningún centro más que lo hiciera, luego ya han salido otros en los que está implantada la técnica. En diciembre del año pasado renovamos la certificación, pero ahora, de forma muy diferente, con participación multidisciplinar, contando con la unidad de Ginecología Oncológica y otras, como Radiología, Oncología Radioterápica, Anatomía Patológica o Medicina Nuclear, que también participan en la discusión y toma de decisiones sobre los pacientes", aclara el doctor Díaz.

La cirugía con quimioterapia intraoperatoria

La cirugía con quimioterapia intraoperatoria es un "complejo abordaje de las metástasis peritoneales" y está indicada en tumores que se encuentran diseminados por la cavidad peritoneal pero limitados a la misma, es decir, sin enfermedad por el resto del organismo, como apuntan desde la unidad de referencia. Consiste en administrar en el mismo momento de la cirugía, justo tras finalizar la citoreducción, una solución de quimioterapia dentro de la cavidad abdominal, que se recircula de forma continuada por un calentador, que la mantiene a una temperatura de 42-43 °C. La elección del tipo de fármaco y de la duración del tratamiento es variable y depende de cada indicación. 

Cirugía con quimioterapia intraperitoneal hipertermica. Cirugía con quimioterapia intraperitoneal hipertermica.

Cirugía con quimioterapia intraperitoneal hipertermica. / Fuente: HUVR. Gráfico: Dpto. de Infografía

Este procedimiento comienza con una citoreducción, que consiste en extirpar todos los tumores visibles, lo que frecuentemente implica la resección de uno o varios órganos abdominales. Después llega la Hipec, es decir, la administración de quimioterapia intraperitoneal hipertérmica, para asegurarse la eliminación de los restos tumorales que hayan podido quedar. 

El proceso estándar, por su parte, consiste en el tratamiento quirúrgico o bien el tratamiento con quimioterapia para reducir la carga tumoral previo a la cirugía y, a continuación, una nueva terapéutica con quimioterapia. A diferencia de la quimioterapia tradicional, el tratamiento con Hipec consigue que la terapia actúe directamente sobre las células tumorales del abdomen. Además, el fundamento del uso de la hipertermia está basado en que, junto con el daño producido por el calor al microambiente tumoral, puede potenciar el efecto antitumoral de algunos fármacos.

Cirugía con quimioterapia intraperitoneal hipertérmica. Cirugía con  quimioterapia intraperitoneal hipertérmica.

Cirugía con quimioterapia intraperitoneal hipertérmica. / Fuente: HUVR. Gráfico: Dpto. de Infografía

Los tipos de carcinomatosis peritoneal que se abordan de manera más frecuente en esta unidad son los que tienen su origen, sobre todo, en el cáncer de ovario, indica el jefe de sección de la unidad de Ginecología Oncológica del hospital, el doctor José María Silván. Sin embargo no es el único tumor que deriva en carcinomatosis. "Hay también enfermedades con origen en el aparato digestivo que tienen en común la forma de extenderse por la cavidad abdominal y también su tratamiento o parte del mismo también es el mismo", apunta el cirujano Daniel Diaz. Destaca el cáncer colorrectal o el cáncer gástrico.

Los profesionales inciden en que el cáncer de ovarios es el tumor más agresivo del aparato genital femenino. Tiene una serie de características específicas, pero la que más destaca es que cursa de forma silente hasta que se expresa que, en porcentaje alto de casos se encuentra en estadios ya avanzados. "Cuando ya sale la enfermedad del ovario puede diseminarse en forma de siembra por toda la cavidad abdominal o bien por las linfas a través de los ganglios", explica el doctor Silván.

Las pacientes con cáncer de ovario son evaluadas en el Comité Multidisciplinar de Tumores Ginecológicos del hospital cuyo objetivo central "siempre es el beneficio de la paciente", destaca la especialista Purificación Estévez. Incluye a todos los especialistas con formación específica implicados en el manejo de esta enfermedad se ubican en Unidades organizadas para proporcionar el cuidado que estas pacientes necesitan. "Es por lo tanto, el primer paso y fundamental ante un diagnóstico de cáncer de ovario avanzado es la valoración en el comité", destaca.

Los beneficios de la técnica

Recalca la agresividad de este tipo de cáncer debido a que, aproximadamente, un 75-80% de las pacientes son diagnosticadas en estadios avanzados debido a la ausencia de síntomas específicos y ausencia de programas de cribado eficaces. "Cuando valoramos a una paciente con cáncer de ovario avanzado, la primera decisión del comité es seleccionar si la paciente se beneficia de cirugía inicial o es preferible iniciar tratamiento sistémico para controlar la enfermedad y reducir su volumen para posteriormente valorar la posibilidad de intervención", explica.

"En esta situación, la cirugía de máximo esfuerzo con citorreducción completa, es decir, sin enfermedad residual visible, seguida de quimioterapia intraperitoneal hipertérmica ha demostrado mejorar la supervivencia libre de progresión y supervivencia global de las pacientes comparada con la cirugía sola", valora.

Y ese fue el escenario con el que se encontró la paciente que, desde el anonimato, detalla que, en su caso, el único signo de alarma en su cuerpo fue "un abdomen algo inflamado" y el estar "un poco tontorrona por las tardes". "Yo me encontraba bien, haciendo vida normal, y trabajando cien por cien. Tenía el abdomen algo inflamado y yo lo achacaba a que serían gases", explica al teléfono a este periódico. Sin embargo, su condición de sanitaria, ya que es pediatra en Cádiz, su lugar de residencia, la llevó a hacerse unas analíticas y un TAC para ver si todo estaba en orden. Así llegó el diagnóstico el 8 de julio del año pasado.

El equipo de cirujanos durante una de las intervención en quirófano en el Virgen del Rocío. El equipo de cirujanos durante una de las intervención en quirófano en el Virgen del Rocío.

El equipo de cirujanos durante una de las intervención en quirófano en el Virgen del Rocío. / M. G.

"En Cádiz me dijeron que primero me darían quimioterapia y cirugía después", afirma la mujer, que destaca que no se conformó con este plan terapéutico. "Me puse a investigar como loca ese mismo día y vi que existía esta posibilidad de operar el abdomen al completo cuando el tumor ya se había infiltrado en otras zonzas del mismo. Se hacía en Córdoba y allí me planté. Así llegué a las manos del doctor Daniel Díaz Gómez en el Virgen del Rocío, que es donde finalmente me operaron el 16 de enero, que es la unidad de referencia y que asumió rápidamente mi caso. No puedo estar más contenta del trato que allí recibí y, por supuesto, de su resultado", detalla minuciosamente.

Cinco meses después, esta mujer lo tiene claro. "Si no me hubiera operado allí no estaría ahora aquí hablando con esta tranquilidad. He tenido mucha suerte", destaca. Dice que de la operación se acuerda  cada día cuando se mira la tripa. "Tengo una cicatriz que va desde el esternón hasta el pubis", detalla. También por las 13 horas que estuvo en quirófano donde, bromea, "me hicieron perder entre tres o cuatro kilos de lo que me quitaron del abdomen". Pero, sobre todo, no olvidará aquel día por los resultados. "El equipo de profesionales que me trató en el Virgen del Rocío va a tumor cero. Me limpiaron todo. La esperanza es bastante importante dentro de la gravedad que tenía al diagnostico, que era muchísima. Era un estadio cuatro. Han pasado varios meses y el último TAC no ha registrado ni rastro. No hay nada", apostilla.

Como esta paciente, por las manos del equipo que conforman la unidad específica, Coper, para abordajes quirúrgicos muy complejos de tumores avanzados que se diseminan en el peritoneo o membrana que cubre la parte interior del abdomen, pasan cada año una media de 70 ó 75 casos. Son cirugías muy agresiva que requieren de un equipo entrenado y que suelen prolongarse durante ocho e incluso doce horas de quirófano. Para operar es necesario que no haya metástasis.  

Aunque fue en 2014 cuando el Hospital Virgen del Rocío puso los cimientos de esta unidad específica, fue en 2016 cuando se realizaron las primeras cirugías de manera más estandarizadas, explican los profesionales. Ocho años después ha conseguido abrir caminos de tratamiento a los casos gravísimos de tumores invasivos que han invadido la cavidad abdominal. Situaciones en las que "hace muy poco se consideraba sobrepasada la posibilidad de curación y que hoy en día se han convertido en una alternativa a los cuidados paliativos, logrando aumentar la esperanza de vida de sus pacientes", concretan los profesionales.

Como criterio general, los pacientes deben ser seleccionados para este procedimiento menores de 70-75 años, con un buen estado general y una enfermedad a priori resecable en los estudios de imagen preoperatorios. El manejo terapéutico de estos pacientes debe ser consensuado en un Comité Multidisciplinar (oncólogo quirúrgico, oncólogo médico, farmacólogos, intensivistas y anestesistas), especialmente establecido para la valoración de la enfermedad maligna con afectación peritoneal.

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