La primera Feria de Abril de Antonio Muñoz como alcalde de Sevilla ha de salvar un conflicto que amenaza con alterar su celebración. Tras dos años sin poder desarrollarse por culpa de la pandemia del Covid, ahora son los caseteros los que han amenazado con convocar un paro en la semana de farolillos para exigir que se flexibilice la reforma laboral en dicha actividad, esencial en este tipo de fiesta. 

A los pocos minutos de que la Asociación Andaluza de Hostelería de Feria anunciara esta intención, el regidor hispalense se ha pronunciado ante los medios de comunicación, a los que ha explicado que el "nudo gordiano" del conflicto excede de las competencias municipales, ya que se trata de un asunto en el que ha de pronunciarse el Ministerio de Empleo. 

No obstante, Muñoz ha asegurado que desde el gobierno local se trabajará para que "la Feria se desarrolle con absoluta normalidad". "Intentaremos conciliar los intereses de una y otra parte", ha abundado. 

El acalde también ha hecho una advertencia al sector sobre la necesidad de encontrar un acuerdo que no altere la segunda de las fiestas de primavera. "Este año tiene que haber Feria", ha aseverado Muñoz, quien ha incidido en que "la ciudad necesita que haya esta celebración con absoluta normalidad. Lo necesita económica y anímicamente". 

Unas palabras que llaman a la calma ante una vísperas de Feria que se han visto alterada por la falta de encargados en más de 200 casetas, debido a que muchos profesionales han abandonado la actividad tras dos años sin ferias, y ahora por el paro convocado por los caseteros, que podría dejar sin el servicio de hostelería a las casetas.