Dos años de cárcel por agresión sexual a una mujer con discapacidad

Tribunales

El autor, que reconoció los hechos, también tiene discapacidad intelectural y conoció a la víctima en una asociación

Hay otro condenado por presenciar los hechos y no intervenir

La Audiencia Provincial de Sevilla.
La Audiencia Provincial de Sevilla. / D. S.
R. S.

12 de octubre 2019 - 21:25

La Audiencia de Sevilla ha condenado a dos años de prisión a un hombre por agredir sexualmente a una mujer con discapacidad intelectual en 2017.

El ahora condenado, que también cuenta con discapacidad intelectual, conoció a la víctima en una antigua asociación a la que ambos pertenecían.

En la sentencia, el tribunal condena a dos años de cárcel por un delito de agresión sexual con acceso carnal en el que concurre la circunstancia atenuante muy cualificada de alteración psíquica y consumo de tóxicos así como la atenuante de reparación del daño.

Asimismo, le impone la medida de libertad vigilada durante cinco años así como la prohibición de comunicarse y aproximarse a menos de 500 metros de la víctima.

Además, debe indemnizar a la víctima con 36.000 euros, de los que 30.000 euros ya fueron entregados.

De otra parte, la Sección Séptima condena a un segundo procesado a tres meses de multa con cuota diaria de seis euros por un delito contra la Administración de Justicia, en el que concurre la atenuante analógica muy cualificada de alteración psíquica, por estar presente durante la agresión sexual y no impedirla.

La sentencia es resultante del acuerdo de conformidad de todas las partes en la que los acusados aceptaron la calificación del Ministerio Fiscal y reconocieron los hechos que se le atribuyen y que constan como acreditado por el tribunal.

Los acusados, con inteligencia "por debajo de los límites de la normalidad", quedaron para dar un paseo por Sevilla el 7 de enero de 2017.

Los acusados y la víctima se acercaron a un parque donde el principal condenado ofreció a esta última "lo que en apariencia era un refresco de cola, aunque le había puesto güisqui", insistiéndole a ella para que bebiera pese a que ésta le decía "que como era diabética no podía beber alcohol".

Cuando se encontró mal, cometió la agresión, mientras que el otro chico permanecía sin hacer nada, comiendo un bocadillo.

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