"En casa con mis dos hijos sólo hablamos en alemán"
Javier Andrade. Director comercial del Museo del Baile Flamenco
Llevó a Cristina Hoyos a bailar en escenarios de Colonia, Leipzig y Düsseldorf, y la bailaora se trajo en 2006 a este morisco nacido junto a Stuttgart para que llevara los números del Museo de Baile Flamenco
Primero emigró su padre; después, su madre, con su hermano recién nacido. Javier Andrade (Ludwigsburg, 1967) es el primero de esta familia de Puebla de Cazalla que nace en Alemania. Pero siempre supo que volvería.
-¿No se hizo a la vida allí?
-Todo lo contrario. Mi mujer es alemana, de Sindelfingen, cerca de Stuttgart. En casa con mis dos hijos sólo hablamos alemán. A diferencia de turcos, italianos y yugoslavos, la generación de mi padre eran emigrantes que cuando se jubilaban volvían a España. Ahora va otro tipo de emigrante: enfermeras, ingenieros.
-¿Se vuelven porque nunca se fueron del todo?
-Allí vivíamos en una mini-Andalucía, una mini-Puebla. Comíamos lo que se come aquí; en casa escuchábamos flamenco: Manolo Escobar, Caracol, Mairena. Mi padre, primo hermano de Menese, era aficionado al cante jondo.
-¿Su hermano también?
-Es guitarrista flamenco. Aprendió en Alemania, aunque vive en Málaga casado con una bailaora.
-¿El flamenco le trajo a su tierra?
-Estudié Ciencias Económicas en la Universidad de Heidelberg, donde estuvo Ortega, pero montamos una empresa familiar para promocionar las giras de mi hermano. Me contrató una multinacional con la que fuimos al Bolshoi de Moscú, a Nueva York o por toda Europa. A Cristina Hoyos la llevamos a la Filarmónica de Colonia, la Ópera de Leipzig y la de Düsseldorf. En la vida es imprescindible el destino. Mi madre se muere en 2005 y en abril de 2006 me vengo a trabajar con Cristina Hoyos.
-¿Era el viaje de sus padres pero al revés?
-Mi madre se fue con un niño recién nacido y yo me vine con mi mujer embarazada. La niña nació en el hospital comarcal de Osuna y el niño en el Virgen del Rocío.
-¿Le costó convencer a su mujer?
-No, porque la madre de Heidi es finlandesa, su abuela sueca y su familia procedía de Italia.
-El gentilicio de los de Puebla es moriscos, palabra que lleva el destierro en los genes...
-Mi padre me decía que alrededor de Puebla de Cazalla hay ciudades más grandes como Osuna, Morón o Marchena y que sin embargo hay moriscos en Argentina y en Uruguay, hay hasta una feria de Puebla de Cazalla en Ibiza. En Alemania conocí apenas a un pintor. En Puebla puedes dar con uno que pinta, recita, canta y puede ser un albañil.
-Tenía cuatro años cuando los Juegos Olímpicos de Múnich 72.
-Recuerdo mucho mejor el Mundial de dos años después, el de Beckenbauer, Müller, Netzer. Allí no estuvo España porque nos eliminó Yugoslavia, pero desde que volví no dejamos de ganar cosas.
-Tenía 21 años cuando cae el muro de Berlín...
-Lo recuerdo de una excursión escolar. Cruzamos todo el país y te impresionaba la diferencia de treinta o cuarenta años de un lado al otro del muro.
-¿Hizo boda andaluza o alemana?
-Nos casamos en la parroquia de Puebla de Cazalla y me traje a setenta personas de Alemania.
-¿Hay algún cantaor alemán?
-En flamenco puedes aprenderlo todo, menos a cantar.
-¿Le piden consejo los que emigran ahora a Alemania?
-A mi hermano se lo pidió un vecino parado de Málaga y le consiguió trabajo de cristalero. En el hospital de Ludwigsburg han empezado a trabajar sesenta enfermeras españolas. Allí tienen una imagen muy buena de los españoles gracias a nuestros padres: eran trabajadores, no se metían con nadie.
-¿Alguna vez se lanzó al tablao?
-A lo más que llegué es a hacer de palmero con mi hermano y mi cuñada en la televisión alemana. Y un aprieto cuando de promoción de mi hermano nos contrataron para la apertura de una sala en Bitterfeld, cerca de Leipzig, el pueblo más feo de Alemania. La bailaora era de Leipzig y se puso mala. El contrato era con cinco y yo, que iba de mánager, me puse un pañuelito de lunares y bailé una sevillanita con la otra bailaora.
-Parece Un, dos, tres, de Billy Wilder...
-Algo parecido. Un buen apuro.
-¿Qué naciones van al Museo?
-Franceses, con diferencia, americanos, ingleses, alemanes, italianos. Y cada vez más chinos y asiáticos. Los chinos no vienen en grupo, como los japoneses. Hay que orientarlos.
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