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El confinamiento redujo los delitos en casi un 30% en Sevilla

  • La actividad delictiva bajó más que la económica en la capital andaluza, donde descendieron bruscamente los delitos

  • Sólo el tráfico de drogas repuntó levemente, aunque Interior lo achaca a la presión policial

Coronavirus en Sevilla: Controles de la Policía Nacional a las puertas del puente del 1 de Mayo

Coronavirus en Sevilla: Controles de la Policía Nacional a las puertas del puente del 1 de Mayo / Antonio Pizarro

No todos los efectos de la pandemia iban a ser negativos. La delincuencia cayó a un ritmo más vertiginoso que la economía por obra del confinamiento y la paralización de la actividad. Difícilmente pueden cometerse robos si no hay personas en las calles, si las viviendas no están vacías y si los comercios están cerrados y no hay dinero ni género en su interior. Tampoco puede haber peleas, violaciones o secuestros si la mayoría de la población está encerrada en sus casas.

El Ministerio del Interior cifra la caída de la criminalidad en el primer semestre del año 2020 en Sevilla en un 28,6%. Es una estadística mejor que la media de España, donde el descenso de los delitos fue del 24,8%. Se confirma así la tendencia apuntada en el primer trimestre del año, que ya incluía las primeras dos semanas de cuarentena obligatoria de finales de marzo. Ahí ya se notaba el efecto del confinamiento en los delitos, que provocaba una bajada del 5% de los mismos en el primer trimestre. 

Entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2020 se registraron en Sevilla capital 17.742 infracciones penales. El mismo periodo del año anterior cerró con 24.854. Han bajado todos los tipos delictivos salvo dos: los homicidios y el tráfico de drogas. En el primer caso, Interior divide los homicidios y asesinatos en los consumados (es decir, han terminado con la muerte de la víctima) y en los que se han quedado en grado de tentativa (en los que la víctima ha resultado herida pero no muerta).

Los consumados pasaron de 0 a 1, lo que supone estadísticamente un incremento del 100% pero que no tiene relevancia al ser un solo caso. Fue, además, anterior a la pandemia. Ocurrió el 22 de enero en la barriada de la Carrasca, en la Macarena, donde un toxicómano mató a su padre, el escritor Antonio Perejil Delay. Otro crimen reciente, como es el de la avenida de la Cruz Roja, queda fuera del informe al haberse cometido después del 30 de junio. Los homicidios en grado de tentativa también crecieron, pasando de 11 a 19 casos en Sevilla capital, lo que supuso un incremento del 72%.

El otro delito que crece a pesar del confinamiento es el tráfico de drogas, si bien Interior achaca este incremento a la presión policial sobre las mafias del narcotráfico, en especial de la marihuana, la droga cuyo cultivo se ha extendido en muchos barrios deprimidos de Sevilla. El informe apunta 90 delitos relacionados con el tráfico de drogas en Sevilla capital, un 2,3% que en el mismo periodo del año anterior, que acabó con 88. El auge de la marihuana ha propiciado numerosas operaciones contra el cultivo y tráfico de esta planta en viviendas, garajes, naves industriales y locales. En el caso de otras sustancias como el hachís o la cocaína, la cuarentena y la restricción de movimientos afectó mucho a las mafias, que se vieron obligadas a buscar nuevas formas de trasladar la droga sin despertar sospechas. Intentaron robar taxis para pasar sin problemas los controles policiales.

El resto de modalidades delictivas baja. Algunas de ellas lo hace de manera sensible. Por ejemplo, las violaciones, que pasan de 10 a 2. El resto de delitos sexuales cae en torno al 7%. Es la primera vez que se registra una bajada de este tipo de infracciones penales desde el año 2016, cuando el caso de la Manada generó un efecto llamada que llevó a muchas mujeres que habían sido víctimas de abusos a denunciar hechos que antes solían solventarse sin pasar por comisaría.

El delito más común en Sevilla es el hurto, que suele representar habitualmente en torno al 40% de las denuncias que se presentan en la capital andaluza. Los hurtos han caído bruscamente, pasando de 9.461 a 5.148, lo que supone una reducción del 45,6%. Esto se explica por la ausencia de turismo durante el segundo trimestre del año, ya que los objetivos principales de los carteristas y descuideros son los turistas extranjeros. A ello se le añade la no celebración de fiestas multitudinarias como la Semana Santa y la Feria, que suelen ser aprovechadas por los delincuentes para mezclarse entre el público y cometer los robos. En años anteriores, la Policía había sorprendido clanes de carteristas de Rumanía y otros países del Este de Europa que se habían desplazado a Sevilla sólo para trabajar durante las fiestas primaverales.

Los robos en domicilios bajaron un 14%, algo evidente teniendo en cuenta que en la capital no suele haber segundas residencias y en las viviendas que están vacías hay poco que robar. No es habitual que los ladrones roben con los moradores en el interior de sus domicilios, circunstancia que se da en casos muy puntuales. De 562 robos en viviendas en la primera mitad de 2019 se ha pasado a 484 en el mismo periodo de 2020.

Más bajaron los robos en comercios y otras instalaciones. Al estar cerrados durante un largo periodo de tiempo, no había nada que sustraer en el interior de las tiendas. Los robos con fuerza bajaron casi un 40% en este primer semestre. Este tipo de delitos era uno de los que más había crecido en los últimos años, y la primavera solía traer oleadas de robos en determinados tipos de negocios, como las ópticas, donde las bandas de delincuentes buscaban gafas de sol que revender en mercadillos e incluso puerta a puerta en algunas zonas de la ciudad. El confinamiento ha impedido que los ladrones hicieran su campaña de verano.

Los robos con violencia e intimidación bajaron un 30,5%, con una evolución de 873 a 607. En esta modalidad delictiva se encuadran los atracos con arma de fuego o blancas (estos últimos se denominan sirlas en el argot policial) y también los tirones, un delito que había repuntado en los últimos años de la mano del uso cada vez más generalizado del teléfono móvil por la calle. Habían surgido especialistas en robar aparatos mientras sus dueños iban chateando o hablando por teléfono. La reducción de personas en la vía pública en los meses más duros de la pandemia ha reducido drásticamente estos robos. En el caso de los atracos, sí se dieron varios en farmacias, gasolineras y supermercados, los pocos negocios abiertos durante la crisis sanitaria. Incluso en una ocasión cayó una banda de delincuentes que asaltó una panadería.

Las sustracciones de vehículos se redujeron en un 32%. En Sevilla se roban principalmente ciclomotores. A menos movilidad, menos robos. También se sustraen coches para luego emplearlos para cometer robos con métodos como el alunizaje. Al haber menos robos en tiendas, también han caído las sustracciones de coches.

Las peleas (oficialmente llamadas delitos de lesiones y riña tumultuaria) cayeron en un 12%, pasando de 118 a 104. Se nota también el efecto del confinamiento, al haber menos personas en la calle y estar cerrados durante un buen tiempo los establecimientos de ocio nocturno.

El último delito que se detalla en el informe del Ministerio del Interior es el secuestro. Sólo hubo un caso en Sevilla capital en el primer semestre del año, lo que supone una caída del 75% en relación con el ejercicio anterior, cuando hubo cuatro en el mismo periodo. En total, Sevilla registró 17.742 infracciones penales, lo que supone casi un centenar de delitos al día.

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