La demanda de Urgencias médicas bate récord en Sevilla en pleno verano

El mes de julio deja las urgencias sin respiro con más de 400 pacientes diarios en Valme, 500 en Macarena y más de 800 en el Virgen del Rocío

La cifra supera el total del mismo mes del año pasado y está por encima de la media mensual

Sevilla la próxima semana: se esperan hasta 43 grados

Varios pacientes entre personal médico en los accesos a las Urgencias del Hospital General del Virgen del Rocío.
Varios pacientes entre personal médico en los accesos a las Urgencias del Hospital General del Virgen del Rocío. / Juan Carlos Vázquez

El pasado 28 de julio, a las cinco de la tarde, las Urgencias del Hospital General del Virgen del Rocío alcanzaron una cifra que los profesionales califican de “histórica”: 133 pacientes esperaban atención médica de forma simultánea en sus dependencias. “No cabían ni en las salas de espera”, denuncia el personal del hospital sevillano, que advierte de los riesgos clínicos de prestar una asistencia de calidad con ese volumen de pacientes sin el personal ni los recursos adecuados, especialmente en un contexto veraniego donde las plantillas están mermadas por las vacaciones y el calor agrava muchas patologías.

Pero este colapso no es un episodio aislado. Durante todo el mes de julio, las cifras han estado por encima de los promedios habituales. Sólo en el Hospital General, entre el 1 y el 28 de julio se atendieron 10.987 urgencias, con una media diaria de 392 pacientes, cifra superior a los 374 diarios registrados de media en 2024. A nivel global, sumando las urgencias del Hospital General, Traumatología, Infantil y el Hospital de la Mujer, el Virgen del Rocío ha atendido 26.086 urgencias en julio de este año, un 6,69% más que en julio del 2024, cuando fueron 24.450.

Una tormenta perfecta

La situación ha sido especialmente crítica en determinados momentos. El lunes 14 de julio, por ejemplo, se convirtió en la jornada de mayor presión asistencial del mes, con 492 pacientes atendidos en un sólo día. Y aunque esa jornada superó en número total de atenciones al 28 de julio, fue este último el que marcó un récord por el número de personas en espera al mismo tiempo.

Todo es resultado de una tormenta perfecta. El contexto veraniego ha exacerbado las carencias del sistema: menos personal por vacaciones, más enfermedades descompensadas por el calor y una atención primaria que, en muchos casos, no consigue absorber la demanda. Fuentes hospitalarias admiten que existe una tendencia creciente de pacientes que acuden a las urgencias hospitalarias por dolencias menores, que podrían y deberían ser tratadas en los centros de salud. “Ir al hospital por una patología leve que puede resolverse en Atención Primaria es un problema que tenemos que abordar. Allí recibirán igual o incluso mejor atención, con seguimiento, por parte de su médico y enfermero de referencia”, señala personal de este servicio en los hospitales de Sevilla.

Esta fuga de pacientes desde la atención primaria a los hospitales no sólo colapsa los servicios de urgencias, sino que evidencia una fractura en la organización asistencial que no es exclusiva de Sevilla. “Es un reto común a todas las comunidades autónomas”, reconocen fuentes cercanas al sistema sanitario andaluz.

La saturación del servicio en el Virgen del Rocío se repite en los otros dos hospitales de referencia de la provincia. En total, las urgencias hospitalarias sevillanas han atendido más de 54.000 pacientes en un sólo mes. A los datos del hospital de referencia andaluz se suman las registrados en el Hospital Virgen Macarena, que cerró julio con 15.747 urgencias atendidas, lo que supone un incremento del 7% respecto a 2024. Su media diaria subió de 474 a 507 pacientes al día. En cuanto al Hospital de Valme, se registraron 12.551 urgencias (405 diarias), un 4% más que el mismo mes del año anterior.

Las cifras no son una excepción estival. Ya en 2024, la media diaria de atenciones en Urgencias en estos centros había superado las de años anteriores. En el Hospital Virgen del Rocío se ha pasado de una atención de urgencias media en 2020 de 614 a las 852 del 2024. Cuatro años en los que ha habido un aumento progresivo: en 2021 fueron 736; en 2022, 816 urgencias; y en 2024, 821. En el Virgen Macarena, se ha pasado de 466 urgencias diarias en 2023 a 496 en 2024; y en Valme, de 388 a 406. El crecimiento ha sido sostenido, pero no así los refuerzos humanos ni materiales.

Desde hace semanas, los sindicatos médicos y de personal sanitario vienen denunciando la ausencia de planificación estructural para el verano. Acusan al Servicio Andaluz de Salud de no cubrir las vacantes del llamado Plan de Verano y de mantener una plantilla insuficiente, sin apenas contrataciones pese al evidente incremento de actividad.

El Sindicato Médico de Sevilla ya alertó al inicio del verano del cierre del 24% de las camas hospitalarias y de una reducción del 35% en la actividad quirúrgica programada, lo que ha provocado que los pacientes con dolencias no urgentes posterguen sus intervenciones y acudan igualmente al hospital por vía urgente, engrosando aún más la demanda asistencial. “La urgencia no se detiene. Mantenemos los códigos ictus, infarto, trasplantes y cirugía urgente, pero sin recursos adicionales. Esto es insostenible”, advierten desde dentro de los hospitales.

Patologías leves, comodidad y cultura de la inmediatez

Los profesionales también ponen el foco en un problema que va más allá de lo organizativo: el uso inadecuado del sistema sanitario. “Muchos pacientes acuden a Urgencias por cuestiones que no lo son. A veces, por cercanía geográfica, otras porque no consiguen cita en Atención Primaria el mismo día. Y en otras, simplemente, porque se ha normalizado acudir al hospital ante cualquier síntoma”, explican.

Historias como la de una paciente que acudió con una simple urticaria tras venir de la playa, interrumpiendo su viaje sólo para pasar por Urgencias, se repiten constantemente. “Esto no puede convertirse en una rutina. Esa persona tenía un centro de salud a menos de cinco minutos, con urgencias disponibles. Pero venir al hospital parece más cómodo para muchos”, indica el personal consultado.

En el fondo, lo que subyace es un cambio cultural: la urgencia se ha convertido en sinónimo de inmediatez. Y muchos ciudadanos, ante la imposibilidad de ser vistos en el día en su centro de salud, optan por acudir al hospital, sin tener en cuenta que ello no garantiza una mejor atención y sí satura el sistema para quienes realmente la necesitan.

Sea como fuere, los datos hablan por sí solos: los tres hospitales de referencia en Sevilla están soportando un verano especialmente duro, con cifras de urgencias que superan ampliamente las de años anteriores. En este contexto, sindicatos, personal sanitario y usuarios coinciden en que las urgencias viven una situación “límite”, que también comparten las sociedad científicas. Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) destacan un aumento de las urgencias hospitalarias en el periodo estival cifrado en torno al 10%. Aunque, según apuntan, este incremento se concentra especialmente en las zonas costeras y turísticas, donde el cambio de rutinas, la práctica de actividades al aire libre sin preparación adecuada, el calor extremo, como el que soportan los sevillanos cada verano, y el incremento de la movilidad derivado del periodo vacacional elevan la presión asistencial en los centros sanitarios.

Entre los motivos más habituales de consulta en esta época del año destacan las intoxicaciones alimentarias, las picaduras de insectos y medusas, así como las lesiones traumatológicas. En paralelo, el calor extremo propio de regiones como Andalucía multiplica las urgencias por golpes de calor y quemaduras solares. Saber cómo actuar puede marcar la diferencia, tal y como explica Ana Belén Luengo, coordinadora de Urgencias en Vithas Sevilla. “Ante un golpe de calor, debemos trasladar a la persona a una zona fresca y sombreada, hidratarla con pequeños sorbos, retirar el exceso de ropa y aplicar paños húmedos en la frente, cuello y nuca. Una vez estabilizada, es recomendable acudir al médico para una evaluación completa”.

Capítulo aparte merecen las patologías de las zonas íntimas, que durante el verano aumentan un 50% y llegan a representar un tercio de las consultas anuales de los especialistas, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), con las infecciones vulvovaginales, la enfermedad inflamatoria pélvica, el dolor pélvico o las infecciones de herida quirúrgica, como las más comunes, debido a que las temperaturas elevadas contribuyen a la proliferación de hongos y bacterias.

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