El consejero delegado de Endesa denuncia la "vampirización" de la electricidad en Sevilla por los enganches para cultivar droga

José Bogas lamenta que se trata de "una realidad demasiado frecuente" y avisa de que las infraestructuras se mejoran "a costa de seguir alimentando el crecimiento" del cultivo de marihuana

Arde un centro de transformación en el Polígono Sur

El pasado 18 agosto salió ardiendo este transformador en las Tres Mil.
El pasado 18 agosto salió ardiendo este transformador en las Tres Mil. / M. G.

José Bogas, consejero delegado de Endesa e Iberia Country Manager del Grupo Enel, ha publicado un artículo en sus redes sociales en el que denuncia la "vampirización" de la electricidad ciudades como Sevilla o Granada y el "fraude masivo" que se deriva de la existencia de "enganches ilegales" vinculados "al cultivo de marihuana". El ejecutivo lamenta que es "realidad demasiado frecuente" crea además un círculo vicioso, porque cuanta más potencia instala la compañía para compensar esos escapes, más crece el cultivo de drogas en zonas como las Tres Mil Viviendas. Su conclusión, de hecho, es que ninguna medida valdrá si no se acaba antes con los narcoenganches: "El problema no está en la infraestructura, sino en el uso delictivo y descontrolado de la energía", advierte.

"La electricidad, desde su descubrimiento, es una herramienta de progreso, de bienestar, de convivencia. Y sin embargo en algunos barrios de Sevilla, Granada y otras ciudades españolas, los cortes de luz son una realidad demasiado frecuente. Una realidad que tiene una causa desgraciada y clara: fraude eléctrico masivo vinculado al cultivo ilegal de marihuana", reflexiona Bogas. Esa situación que Endesa "viene denunciando desde su inicio" no se ha resuelto y "afecta a familias y comercios que solo quieren vivir con normalidad".

"Desde Endesa llevamos años actuando a través de nuestra filial de redes Edistribución realizando inversiones sin precedentes para sobredimensionar y reparar una red que sufre sobrecargas extremas derivadas de la vampirización de los enganches ilegales", añade.

La empresa, según Bogas, ha "duplicado o incluso quintuplicado" la potencia instalada en "barrios donde, paradójicamente, no se ha registrado ni crecimiento poblacional, ni nuevas industrias, ni planificación urbanística". Es decir, que en condiciones normales no habría por qué aumentar la capacidad. Y lo malo, agrega, es que al final los más beneficiados siguen siendo quienes producen marihuana: "Buscamos garantizar el suministro a nuestros clientes en estas condiciones extremas, aunque a costa de seguir alimentando el crecimiento del cultivo de drogas", apostilla.

"Este uso fraudulento y masivo de la electricidad", prosigue Bogas, "tiene graves consecuencias". "Sobrecarga las instalaciones, deteriora la red y en especial genera un riesgo real para la seguridad de todos", afirma.

Para minimizar los cortes, o impedirlos, Endesa tiene previsto instalar doce nuevos centros de transformación. "Su potencia total podría abastecer a nueve hospitales como el Virgen Macarena", resalta el consejero delegado. Pero hay un matiz: ninguna medida será suficiente si no se acaba con los enganches ilegales. "Es importante decir claramente que el aumento y refuerzo de la red no son la solución. El problema no está en la infraestructura, sino en el uso delictivo y descontrolado de la energía", avisa.

"Seguiremos invirtiendo, sí, pero también seguiremos denunciando y colaborando activamente con las autoridades políticas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Porque la electricidad debe ser un derecho al servicio del bienestar, no una herramienta para actividades ilegales que ponen en peligro a nuestros ciudadanos", sentencia.

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